Linkin Park – From Zero

75/100

15 de noviembre de 2024

Warner Records/Machine Shop

From Zero es un borrón y cuenta nueva, una declaración de intenciones. Después de 7 años de silencio, Linkin Park demuestran que su historia no solo no ha terminado, sino que empieza un nuevo capítulo. Prácticamente, un nuevo libro. Los fans tal vez se cuestionaban a esas alturas si la banda sigue siendo relevante hoy en día o solo queda la sombra de un legado lejano. A pesar de que la esencia sigue ahí la mayor parte del tiempo de escucha del breve y llamativo From Zero, la línea que separa al Linkin Park de antes y al actual queda clara.

 

En este caso el contexto es importante, lo es todo, y no se puede usar la misma vara de medir para este álbum que para los anteriores. Por un lado, llenar el vacío de Chester en la banda era difícil. Por otro lado, superar las expectativas de los últimos discos era fácil. Especialmente tras la mala recepción de One More Light, considerado comercial, genérico y con influencias demasiado alejadas de sus orígenes. Ni siquiera los más nostálgicos pueden ser tan ingenuos de esperar otro Hybrid Theory, o no deberían, pero quedó en muchos un mal sabor de boca por haber sido el anteriormente mencionado el último trabajo en vida de Chester Bennington. Opiniones encontradas aparte, lo que es una realidad para los aficionados de la banda es que este trabajo discográfico marcó el fin de una era. Por su parte, este nuevo álbum supone la vuelta de la banda tras estos años de parón, de rememorar algún que otro aniversario, de cerrar heridas y de probar nuevos caminos profesionales. Incluso los detractores de este nuevo trabajo encontrarán una oportunidad de poder revivir en directo los clásicos de la banda y, tal vez si bajan la guardia, conocer algún sonido nuevo que pueda llegar a ganarse un hueco en esa lista de himnos con el tiempo.

 

Respecto a esta nueva etapa, la incorporación de la vocalista Emily Armstrong ofrece una grandísima versatilidad a Linkin Park. Se trata de una artista con una voz con muchos matices que van de un estilo melódico con un amplio registro a la agresividad más punzante y desgarradora. Además, su química con Mike Shinoda como co-vocalista y con el sonido clásico de la banda son realmente sólidos. A pesar de ser un personaje que pueda resultar polémico a algunos, fue una buena elección para cubrir esta difícil vacante. Las diferencias con Chester hacen evidente que no buscaban a alguien con demasiadas similitudes, sino a alguien que supiera dar nuevos matices a la banda sin que pierda su esencia. Y no es la única incorporación, ya que Colin Brittain se suma a las filas de la agrupación para cubrir el hueco a la batería que deja Bourdon. Lo que es evidente, es que esta nueva etapa con su carta de presentación, From Zero, es un acto de valentía y una declaración de intenciones. Ya habían avisado que era un álbum desafiante e inesperado.

Calientan motores con la adictiva “The Emptiness Machine”, a dúo entre Emily y Mike. Este último aporta el lado melódico, en unas estrofas que van cocinando a fuego lento toda la intensidad que traería Emily en los momentos más enérgicos. “Cut The Bridge” es más intensa, con un ritmo enérgico y un Shinoda muy presente rapeando sobre unas enérgicas guitarras mientras Emily continúa mostrando su versatilidad vocal. Una de las canciones que más evidencian en el álbum las ganas de la banda de retomar su esencia más nostálgica es “Heavy Is The Crown”, con partes rapeadas al más puro estilo de sus inicios, y un estribillo adictivo en el que destaca la desgarrada voz de Armstrong. Una canción con mucha esencia que retoma esa combinación rap/nu metal.

 

“Over Each Other” muestra a Emily en su faceta más melódica y versátil, su momento de oro para demostrar por qué fue la persona seleccionada para cubrir la vacante de nueva vocalista. La canción se cuece a fuego lento, aumentando en intensidad hasta convertirse en un agradable viaje melódico lleno de frescura. “Cuasualty” ya empieza fuerte, y anticipa que viene una canción con un sonido más contundente. Con momentos de auténtica locura y unas voces mucho más viscerales, su estilo es una delicia para los nostálgicos de la formación americana. “Overflow” comienza a fuego lento, con un aura misteriosa y absorbente que termina en un cúmulo inesperado de sonidos poperos, electrónicos y místicos. De primeras, te dicen que es una canción de Linkin Park y tal vez no te lo creas, porque no se ubica su esencia, lo cual la convierte en una sorpresa. Si es buena o mala esa sorpresa depende de las expectativas del oyente.

 

“Two Faced” da un salto a la distorsión, con la voz rasgada de Emily y las frases punzantes de Mike a ritmo de rap. La fuerza de esta canción no le resta esa tónica de estribillo pegadizo y estrofas enérgicas con distorsión y detalles electrónicos que tanto maneja la banda. “Stained” también arranca con introducción suave, pero no rompe inmediatamente, entra despacio bajo la batuta de la línea vocal de Shinoda. El puente a cargo de su compañera a las voces anticipa otro estribillo adictivo y melódico. Una canción donde las voces marcan la diferencia. “IGYEIH” continúa en una línea instrumental discreta, muy rítmica pero con las guitarras en un segundo plano hasta la entrada del estribillo, pesado e intenso, hasta un final atronador. Otra muestra de la química entre ambos vocalistas y lo bien que casan sus registros vocales. El sólido trabajo del nuevo baterista de la banda también cumple su parte en este acertado conjunto sonoro.

 

El final llega muy rápido, tras escasa media hora, con “Good Things Go”, un suave viaje lleno de melodía realmente agradable donde destaca una letra sincera y una impecable voz femenina. Un final que deja buen sabor de boca para un álbum que, sin ser para todos los gustos -como ya nos tienen acostumbrados desde hace años-, es una propuesta fresca, no excesivamente arriesgada, y que resulta una buena carta de presentación de sus nuevos integrantes en esta segunda etapa de Linkin Park. Álbum sin complejos, sin miedo a probar sonidos nuevos y otros no tan nuevos, y ritmos plagados de energía, dejando a un lado la sobriedad y el estilo sombrío que caracterizaba a Chester en ocasiones, una nueva era sin complejos y rejuvenecida. La compenetración de las voces y la versatilidad de estilos a nivel instrumental suponen un soplo de aire fresco. Este álbum es una prueba de lo que Linkin Park saben hacer sin su mítico vocalista, sin sus influencias y sus letras atormentadas. Y, sobre todo, que se puede empezar de cero incluso cuando parece imposible.

 


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