Leyendas del Rock 2025: WASP con voluntad de cambios y Lord of the Lost opositando para ser cabezas de cartel

Leyendas del Rock 2025

6 de agosto de 2025 – Parque Polideportivo de Villena – Villena

Sufiendo @Gozando

Fotos: Javier Paredes «Walls»

Crónica: Equipo Stairway to Rock: Irene Kilmister, Yúbal Fernández, Yolanda Sabater, Tamara Ruíz y Jordi Tàrrega

Como cada agosto, los metaleros peregrinamos hacia Villena para disfrutar de cuatro jornadas de heavy metal y derivados. Siempre hay un buen cartel, siempre hay sorpresas y siempre salimos convencidos y felices, pues como festival, es el más querido y el que posee un público más fiel que compra a ciegas el abono años tras año. Si lo comprabas este año, había un notición: Helloween confirmados para 2026.

Pero cuidado, porque la presente es una edición en la que se está hablando más de la siguiente de aniversario que no de la que toca, y eso no termina de ser del todo bueno. Obviamente había mucha gente y el típico ambiente de festival, con muchos niños, pero ayer fue también una de las entradas más flojas que yo recuerde. La organización ha optado por abrirse a otros estilos, y eso es bueno, pero el cartel de hoy jueves es de lo más arriesgado que he visto yo nunca en un festival.

En Stairway to Rock somos hasta ocho componentes que de una forma u otra colaboramos para ofreceros seguimiento del festival a tiempo casi real. Grande Leyendas… Y lo mejor de todo: esto acaba de empezar.

 

 

Warkings: ¡¡¡¡Espartanos!!!!!

Los encargados de dar el pistoletazo de salida fueron Warkings, y la banda de power metal lo hizo con una potente combinación de temas basados en historia y mitología. Fueron una buena elección, ya que se les dio muy bien encender a los asistentes con la referencia a la película “300” y los gritos espartanos de «auuu auuuu». También hubo sitio para pequeñas bromas al sector del público que estaba en la sombra y a los que tildaban de flojos.

 

Estaban metidos en su papel, y dieron un muy buen concierto, con temas fáciles y pegadizos, con estribillos muy coreables que tanto quienes les conocían como los que no pudieron cantar. El sonido fue muy bueno, la gente se lo pasaba bien, las interacciones fueron efectivas, y quizá la parte más negativa es que abusaron de ellas hasta el punto de que lo del auuu auuu auuu se hacía repetitivo, y hubo un momento en el que estuvieron hablando durante 10 minutos e hicieron que un niño del público subiera al escenario. Pero a los asistentes no pareció importarles, porque la entrega siguió siendo máxima. Había hambre de Leyendas.

 

 

Fit for a King cumplen en horario tempranero

Lamentablemente, pocas veces se ha podido ver a Fit For A King por nuestro país. La última, debería de haber sido una actuación doble en Madrid y Barcelona abriendo para Motionless In White, pero debido a la cancelación a última hora del concierto en la capital, solo el concierto de la Ciudad Condal pudo celebrarse. Es por ello, que está actuación les sirvió a aquellos madrileños que merodeaban el festival para quitarse esa espina clavada de hace unos meses.

Formados en 2007, la banda se Texas lleva casi dos décadas que son la vanguardia del metalcore actual. Cuentan con un estado envidiable y al Leyendas del Rock vinieron a demostrarlo con el recién estrenado «Lonely God» bajo el brazo, gran protagonista en el set de los americanos. Desde el corte de título homónimo, hasta «Witness The End», pasando por «Technium», Las nuevas canciones encajaron a la perfección con temas como «Deathgrip» o «Backbreaker», demostrando en todo momento que la banda comandada por Ryan Kirby se encuentra en un estado de forma envidiable. A pesar de actuar a una hora muy temprana y con el calor, aun bañando el recinto, la actuación de FFAK será de aquellas recordadas en el festival, a la espera de que lavanda pueda salir por fin de gira como cabeza de cartel.

 

 

La fe carnal de Dogma deja pequeño el escenario secundario

Dogmaeran uno de los platos fuertes del festival pese a tocar en el escenario pequeño, que estaba a reventar. El público estuvo entregado, y la banda les dio lo que querían. Con sus característicos vestidos de monja y unos movimientos sugerentes en todo momento, dieron un auténtico recital de hard rock y metal, con una gran actitud, una enorme energía y un repertorio de poses bien ensayadas. Son una especie de Ghost pero rockeras, con mucha personalidad y que pudimos comprobar que ya tenían una base sólida de fans que no paró de animar y aplaudir.

 

 

La banda creada por el productor uruguayo Ian Di Leo sabía que tenían a la gente en el bolsillo, y no pararon de moverse, de cambiar de sitio, y de hacer vibrar con los muy buenos temas de su primer y único disco, aunque también hubo sitio para un medley instrumental de versiones de clásicos del metal que mantuvo a la gente encendida (Ozzy, Pantera, Megadeth, Black Sabbath…). La parte negativa es que el sonido les maltrato bastante, sobre todo con los coros grabados que se notaban demasiado, y unos teclados grabados que deslucían el conjunto cuando hacían solos. Pero eso no empaño una actuación sublime en la que el público se dejó la garganta, y de la que salimos con la certeza de que es un proyecto musical con mucho futuro.

 

 

Kublai Khan: un lujo para el festival desde Texas

Desde Texas Kublai Khan hacían acto de presencia en el escenario Azucena para continuar con la tralla, demostrando una vez más que Khan sigue siendo el rey. Y es que desde el inicio con el verso «Khan Is King» en «Supreme Ruler» se desató la histeria en la pista, como no podía ser de otra forma, con una de las bandas más potentes de beat down que existe en el presente.

Matt Honeycutt demostró su poderío sobre las tablas en sus clásicos cortes como «Antpile» o «Self-Destruct», pero también lo hizo en las nuevas composiciones. Y es que, su nuevo disco ‘Exhibition Of Prowness’, fue el gran protagonista de la velada con cortes como «Cannibal», «Darwinism» o «Theory Of Mind», que calaron en el respetable como si de clásicos se tratara. A fin de cuentas, pocos grupos calan con un tema con una sola palabra en su composición. Pero sí fue el caso de «Antpile 2» que con solo un «Two» terminó el espectáculo de manera sublime.

Los americanos se cruzaron el charco simple y únicamente con el motivo de actuar en el Leyendas del Rock, y eso es algo de agradecer. No todas las bandas se prestan ahora algo así, si no que se lo digan a Angelmaker, pues no supieron, pudieron o quisieron arreglar los problemas de su vuelo para su actuación inminente en el festival.

 

 

91 Suite: la suite de lujo del hard rock patrio

91 Suite tuvo las cosas muy difíciles en su concierto en el escenario New Rock. En primer lugar, porque después de haber estado lleno con Dogma mucha gente se marchó, y en segundo porque empezaron casi 20 minutos tarde debido a problemas técnicos. Estos problemas también se notaron en la primera mitad de su concierto, aunque poco a poco consiguieron repartir una buena ración de AOR.

 

A los integrantes de la banda no se les vio del todo cómodos en el principio, algo normal teniendo en cuenta los problemas, pero poco a poco fueron metiéndose a los asistentes en el bolsillo con unos buenos y coreables temas. El público bailaba y se movía, se podían ver muchas caras de felicidad, aunque la cantidad de asistentes no fue tanto como se merecieron.

 

 

Fear Factory toca el Demanufacture entero

Se cumplían 30 años del Demanufacture y la ocasión era propicia para que Dino Cazares optase por tocarlo entero, con el mismo orden que fue editado en su día. Estaba la mítica portada del mítico álbum y el grupo atacó “Demanufacture” y “Self Bias Resistor”, apoyados por un sonido algo mejorable en el que el bajo estaba exageradamente alto. La batería elevada de Pete Webber le dejaba en lo alto mientras Cazares nos recordaba que “Zero Signal” apareció en la película “Mortal Kombat” de 1995.

 

 

Y el mismo Cazares presentó el “Replica” diciendo que nos la sabíamos todos y que catásemos el estribillo con él. Los grandes hits del grupo iban cayendo pronto, pero toca decir que la labor de Milo Silvestro a las voces es exquisita. Lleva incluso a la banda tatuada en su piel, concretamente la portada del Obsolete. “New Breed” cumplió y la versión de Head of David “Dog Day Sunrise”, que siempre sorprende. La versatilidad vocal de Milo impresiona como en “Bodyhammeer” y “Flashpoint” y su guitarrista y líder iba chapurreando español e inglés cada vez que se dirigía al público.

 

Terminaron todo el Demenufacture con clase y convicción y añadieron un tema más como regalo: “Linchpin” de Digimortal. Me gustó más este show que el que les vi hace años con Burton C. Bell en sus filas. Pero es que esta vez tocaban un disco mítico y la gente respondió de maravilla. El cuarteto está rodado y es capaz de presentar el legado de Fear Factory con sobradas garantías. Y Dino Cazares al despedir dijo: “Viva España y viva México”. Genio y figura, pero especialmente gran guitarrista y motor de una banda muy especial.

 

 

Hatebreed van a lo grande

Si había una banda capaz de levantar la noche, esa era Hatebreed. En esta primera jornada, con una notable presencia de grupos estadounidenses, probablemente estemos ante una de las formaciones más influyentes del metalcore hasta la fecha.

 

El público respondió con la misma energía con la que Jamey Jasta y su banda salieron al escenario, ofreciendo un directo donde la intensidad fue la protagonista, con una descarga imparable de temazos sin apenas un respiro.

 

Comenzaron con “Balls to the Wall” (Accept) de fondo, y desde ese momento fue como si una bomba hubiese estallado en medio de Villena. El repertorio incluyó numerosos temas de su mítico “Perseverance”, en un espectáculo cargado de humo, sonido atronador y un demonio gigante que presidía el fondo del escenario, probablemente el atrezzo más impactante de toda la jornada. No faltaron los pogos y circle pits durante todo el concierto.

 

Lo de Hatebreed fue simplemente descomunal: una auténtica explosión de principio a fin que arrasó con todo. Uno de esos conciertos en los que no hay tregua posible: golpe tras golpe, borraron de un plumazo cualquier atisbo de duda a esas horas. Y es que puede que el hardcore haya llegado para quedarse.

 

 

Cemetery Skyline: el show del primer día

De vuelta al escenario New Rock, nos encontramos con otra de las grandes joyas ocultas de esta primera jornada, la superbanda Cemetery Skyline, con el cantante de Dark Tranquility Mikael Stanne usando su voz grave y suave en vez de guturales, e integrantes de bandas como Insomnium,Omnium Gatherum,Amorphis,Sentenced o Dimmu Borgir.

 

 

El recinto estaba lleno para ver su propuesta de metal gótico melódico, y a ellos se les notaron mucho las tablas a la hora de encarar el concierto con tranquilidad y las caras de estar disfrutando de una experiencia diferente con este proyecto. Todo temas de su único disco (discazo) más una versión de Roy Orbison: “I Drove all Night” en clave oscura. El concierto fue impecable, con una buena ejecución pese a que el sonido no fue el mejor, y a algún problema técnico como un micrófono que se desenchufa que el cantante afrontó con mucha tranquilidad.

 

El público estaba entregado, y los temas lucieron mucho en directo. Se nota que son músicos curtidos, porque la ejecución fue impecable, y no se molestaron en llevar muchos artificios y efectos grabados, aunque que se agradeció y le dio mucha autenticidad. Siendo un proyecto paralelo para muchos de los integrantes no sé el recorrido que tendrá, pero si esta banda sigue adelante no me cabe duda de que volveremos a verlos en un Leyendas futuro con un escenario más grande y a su medida.

 

 

W.A.S.P con indicios y voluntad de mejora evidente

Después de 30 años de riesgo cero e inamovibles set lists, parece que hay indicios de intentar ofrecer algo diferente a unos fans hartitos de decepciones y de tragarse el mismo concierto de siempre, con escasas luces y con la sospecha, más que real, de que hay mucho pregrabado. Blackie se tiene en pie, majestuoso y elegante, con movilidad constante y sobrado de actitud. Conoce sus límites físicos y se dosifica dentro de la vorágine del directo. Y el grupo ya no cierra los festivales. Durante lustros han decidido ser último, hora y diez minutos, y para casa. ¡Hay brotes verdes!

 

Lawless presentaba los 31 años de su obra homónima y pronto “I Wanna Be Somebody” y “L.O.V.E. Machine” hicieron acto de presencia para deleite de un público que reaccionó de maravilla ante los clásicos. Lo mejor de la noche fue el set list y que hayan decidido quedarse con esa ambientación de circo ambulante de época. Preciosa quedó “The Flame” y la potente “On Your Knees”. La gracia de todo es que la voz de Blackie no era la del disco. Obviamente hay ayudas tecnológicas, pero los coros estaban pregrabados y la sospecha es más que obvia. Pero si le das muchas vueltas a todo, te pierdes lo mejor: el concierto y tener otra vez a WASP de vuelta.

 

 

Fue bastante impresionante lo de vivir “B.A.D.” en directo y especialmente “School Daze”. Mike Duda toca de memoria y la guitarra de Doug Blair es siempre fiable. Blackie llevaba un modelito a la altura del que le esperamos y señalaba a Duda para que hiciera coros. Además… dentro de los brotes verdes, toca decir que se comunicó mucho con la gente, cosa que es algo que no sucedía. Celebramos ese baladón que es “Sleeping (in the Fire)” para finalizar el primer tramo con “Tormentor” y “The Torture Never Stop. Y lo mejor estaba por llegar.

 

A la banda le gusta despacharse rápido y el coitus interruptus sería una cosntante en los bises: Blackie mete la puntita, pero corta las canciones en mixes o al primer estribillo. Imágenes pretéritas de los viejos tiempos y videoclips salpimentaron un directo muy trabajado que busca mejorar las críticas, siempre contundentes hacia sus espectáculos. “Inside the Electric Circus” con “I Don’t Need No Doctor” y “Scream until You like It” quedarían mutiladas, pero lo más sangrante fue con “Forever Free” y “The Headless Children… Que dos piezas del mejor disco de WASP (opinión personal) quedasen cortadas es todo un delito. Como delito es no tocar “Chainsaw Charlie (Murders in the Rue Morgue).

 

Y la que quedaron enteras lucieron como la habitual versión de The Who “The Real Me” o las fantásticas “Wild Child” o el “Blind in Texas”. WASP fueron WASP en Villena, pero con notables mejoras dentro de un desaguisado en directo que así lleva desde 2001 (que yo recuerde). Aquiles Priester es todo un seguro de vida para llevar en directo a buen puerto, pero la mejor noticia ya no es el estado físico y vocal de Blackie, es la voluntad de querer ofrecer algo diferente y el que el esfuerzo se nota.

 

 

Suffocation hacen arder el escenario pequeño

Suffocation llegaban a Villena con la misión de que el death metal y la brutalidad arrasaran con las energías, que ya se iban notando desgastadas a estas horas, del escenario New Rock. Arropados por un escenario teñido en rojo intenso por las luces y el humo, como si el infierno mismo se hubiese abierto paso, los de Nueva York ofrecieron una descarga inclemente desde el primer minuto.

 

Con “Catatonia” marcando el punto de partida, la banda no tardó en demostrar que lo suyo va más allá de la potencia: es técnica, contundencia y presencia escénica. La voz de Ricky Myers, cavernosa y feroz, lideró un arsenal sonoro perfectamente engranado. Himnos como “Pierced from Within” o “Infecting the Crypts” potenciaron aún más la intensidad, provocando un torbellino entre los asistentes.

 

La ejecución instrumental fue impecable, aunque el sonido no fue perfecto, con riffs milimétricos y una batería demoledora que no dio tregua. Una actuación que no solo reafirmó su estatus mítico, sino que dejó al New Rock convertido en zona de guerra.

 

 

Lord of the Lost bordean el show perfecto

Lord Of The Lost es, para quien escribe este fragmento de la reseña, la mejor sorpresa del día. Fui a verlos sabiendo que tenían muy buenas canciones, pero no me esperaba que me gustasen tantísimo. Una de estas bandas que en directo crece muchísimo, con un Chris Harms que te deja la boca abierta con su manera de combinar una potente voz grave con incisivos guturales, y que no paró de moverse de un lado al otro sin parar. Había algunos coros grabados, no lo disimularon, pero transmitieron muchísima potencia, y energía, con buena dosis de teatralidad.

 

 

Su combinación de metal industrial alemán disuelto en goticismo y brillo, con mucha modernidad y algunos buenos breakdowns, fue muy efectiva. Los temas eran variados, y habían, desde algunos más oscuros hasta otros más tralleros y rápidos, pero siempre con esa contundencia alemana que no se para ante nada, y mucha personalidad. Había momentos en los que el teclista Gared Dirge cogía baquetas y tocaba una segunda batería, algo que imprimía mucho dramatismo a algunas canciones, e incluso en el que el bajista tocaba otro teclado, un espectáculo, y supieron conectar muy bien con el público, haciéndonos mover las manos, girar sobre nosotros, y gritar a pleno pulmón. También estrenaron un nuevo single, “Bazaar Bizarre”, el adelanto de su nuevo disco “Opvs Noir Vol 1”. Además, como anécdota para mostrar la hermandad dentro de este tipo de festivales, la banda explicó que sus instrumentos se habían quedado en Hamburgo, y que el concierto pudo salir adelante gracias a los que les había dejado “Warkings”, que habían abierto el festival.

 

 

Dünedain: cierre con pirotecnia 

Gran seguidora del proyecto que lidera Tony, siempre me ha parecido una propuesta especial. Algunos de sus temas ya se han convertido en imprescindibles dentro de su setlist, y comenzaron el concierto con un videoclip especial de uno de los dos temas de adelanto de lo que será su próximo álbum Fénix: «La misma canción».

 

Carlos, además, nos sorprendió irrumpiendo en el escenario con muletas, que apartó rápidamente. Aunque no pudo moverse con la energía de siempre, defendió el concierto con uñas y dientes. La voz de Tony y la de Carlos suenan cada vez más empastadas, y desde el principio cayeron temas míticos como «A un paso del cielo» y «Fénix», el primer single de este nuevo disco.

 

 

El despliegue técnico fue notable, con proyecciones durante todo el concierto y uso de pirotecnia —algo que no habíamos visto en toda la jornada—, con hasta tres momentos distintos de fuegos y chispas en escena.

 

Agradecí especialmente que rescataran temas menos conocidos como «Bola de cristal», de su álbum Pandemonium. Aunque no pudimos quedarnos hasta el final, alcancé a escuchar de fondo canciones como «1000 golpes», y, como es tradición, cerraron con sus dos temas de rigor: «Por los siglos de los siglos» y «Corazón de invierno».

 

 


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