Lecturas musicales: Todo el mundo adora nuestra ciudad: una historia oral del grunge

Todo el mundo adora nuestra ciudad

Autor: Mark Yarm

2011 (Es Pop Ensayo)

Si ya has leído el fabuloso e imprescindible “Por favor, mátame: Una historia oral del punk” de Legs McNeil, un poco puedes ya intuir por dónde irán los tiros. Mark Yarm amplía un poco el libro que hizo sobre el sello Sub Pop, piedra clave en el movimiento grunge, y firmó un libro que iba para clásico. Si viviste intensamente los 90 o quieres indagar y descubrir lo que supuso el fenómeno Seattle a principios de esa década, este es definitivamente tu libro. Hablan los protagonistas: músicos, representantes, sellos discográficos, roadies… Todo de forma amena y adictiva.

 

Yarm lo hace de forma cronológica y tiene el gran acierto de dar cancha a las bandas que nunca llegaron, pero allí estuvieron y a los pioneros como Malkfunkshun o sobretodo los U-Men. Hay capítulos preciosos dedicados a las muertes de los mitos del grunge más allá de Kurt Cobain. Definitivamente la heroína en la escena fue devastadora. Esa aura de leyenda en Keith Richards y Johnny Thunders y sus adicciones fue un imán que terminó con muchas estrellas.

 

 

Andrew Wood es la personalidad más arrebatadora y la muerte de Mia Zapata de The Gits es tratada con delicadeza y cariño sin caer en el amarillismo. Cobain y Layne Staley quedan como fulgurantes estrellas inmersas en un espiral descendente de adicciones. Otro que sobresale es Buzz Osborne de los Melvins y Courtney Love definitivamente es un personaje oscuro y delirante, pero se agradece que hable claro. Por otro lado, me parece espectacular el tratamiento a los malditos Candlebox y a su lucha infructuosa para que les tomaran en serio.

 

 

Hay toda la genialidad de la gente que estuvo en Sub Pop, la grabación mítica de discos esenciales, la lucha de Pearl Jam contra Ticketmaster o el injusto ostracismo que sufrieron The Screaming Trees y Tad por no ser guapos. Y se agradece la presencia de Duff McKagan (Guns N’ Roses) o las declaraciones de las hermanas Wilson de Heart. Incluso, y de paso, hay una referencia a Sanctuary, oriundos de Seattle a pesar de no estar en el movimiento.

 

 

Uno termina el libro con ganas de marcharse a visitar esa ciudad lluviosa que fue el centro del universo musical por unos años mientras devora de camino todos esos discos imprescindibles. Bandas dispares, aunque metidas en un mismo saco y que nos brindaron la que fue quizá la última gran revolución musical masiva en la historia del rock. Puedes completar el libro con el especial de Popular 1 sobre los 90 o lanzarte a por las reediciones de Badmotorfinger de Soundgarden o la caja de Temple of the Dog. Esperemos que todo esto sirva de revival y se reivindique todas esas bandas, aunque sea bajo esa maldita etiqueta llamada “grunge”.

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