Entrevista a Ray Haller, líder de Sweet Savage (Parte 2): ‘Cuando Metallica grabaron nuestra canción, la banda volvió a despegar’

Segunda parte de la entrevista con el gran Ray Haller en la que nos cuenta la historia de Sweet Savage y las enormes dificultades que tuvo el grupo en sus primeros años debido a estar localizados en Belfast. Irlanda del Norte era un polvorín y las discográficas no se acercaron nunca a ver a cuatro bichos raros que no pudieron llegar a grabar un disco como tal. Y con todos los elementos en contra consiguieron grabar algún tema. Metallica, años más tarde grabó la versión de “Killing Time” y diez años más tarde, pudieron grabar su primer disco con Neat Records.

 

Debo decir que la primera vez que asistí a un concierto de Simon McBride fue en 2017, en un pequeño recinto de un festival de Catalunya, en España. Era la primera banda que abría, tocando como trío. Yo me preguntaba: ¿por qué este tipo no está tocando ante multitudes? Es increíble. Y años después, ocurrió… Es genial. Es un músico extraordinario.

A mí nunca me sorprendió que sucediera, Jordi. Todo eso pasó porque Simon es endorser de PRS Guitars. El dueño de PRS es amigo de Don Airey. Don dijo que necesitaba un guitarrista, y el de PRS le contestó: “Conozco a un chico irlandés, Simon McBride”. Simon fue a ensayar con Don Airey y consiguió grabar su guitarra en uno de sus discos en solitario. Luego, cuando surgió todo el asunto de que Steve Morse tenía que volver a casa, la elección obvia fue Simon McBride el elegido, porque Don ya había trabajado con él.

 

Don Airey es un profesor de música. Cuando fue al resto de los chicos de Deep Purple les dijo: “Creo que tengo al indicado”. Y ellos pensaron: “Si está en PRS, tienes que ser muy bueno”. No era ningún secreto… Tenían previsto hacer una semana de ensayos. Simon apareció en el primero, y los demás dijeron: “Bueno, no necesitamos ensayar más, ya te conoces todo el material”. Ese es el nivel de Simon como músico. Es un extraterrestre, no es un ser humano. Su conocimiento de la música, cómo la interpreta y cómo la toca, va más allá de lo creíble.

 

Y lo que más me gusta de él, Jordi, es que es increíblemente humilde. Es un tipo normal, como tú y como yo. Prefiere hablar de motos y de fútbol, de las cosas normales de las que los hombres charlan en un bar tomando una pinta y soltando tonterías. Prefiere eso. No hay nada de estrellato en él.

 

La semana pasada estuve en su casa. Es él quien prepara los bocadillos, el que prepara una taza de té, el que lava los platos… Es un tipo totalmente normal, y eso es lo que me encanta de él. ¿Y sabes qué? Lo curioso también es el caso de Vivian Campbell. Vivian fue el fundador de Sweet Savage  junto a mí. Lo vi el lunes. Viv acaba de volver a Estados Unidos después de un gran concierto con Def Leppard en Londres. Voló a Irlanda para ver a su familia. Es que Vivian Campbell es igual. Hemos tenido guitarristas increíbles en la banda. Realmente, realmente, realmente: hemos tenido mucha suerte.

 

¿Cómo defines el estilo musical de Sweet Savage hoy en día? Es oscuro y algunas canciones me recuerdan a los 90. Pero en otras, hay un aire industrial. Es industrial, pero no hecho con sonidos ni efectos, sino con las guitarras. Y resulta muy interesante. ¿Estás de acuerdo?

Sí, al cien por cien. Y de nuevo, eso se debe a Simon. Simon hace cosas increíbles con los pedales y los efectos de guitarra. Hay un montón de detalles. Algunos periodistas me han dicho que es la primera vez que Sweet Savage usa sintetizadores, pero no hay ninguno. Todo es guitarra, todo son loops y efectos de guitarra. Todo esos son ruidos locos que Simon consigue.

 

¿Le has visto tocar con Deep Purple?

Sí, claro, dos veces. Ese solo de guitarra… cuando se queda ahí arriba y hace lo suyo al estilo Eddie Van Halen. Los sonidos y efectos que usa son simplemente increíbles. Así que lo del toque industrial no fue algo planeado. De hecho, ni siquiera sabría qué significa exactamente el concepto “industrial”. La gente me ha dicho que sonamos un poco como Nine Inch Nails, pero yo no conozco mucho esa banda, no es algo con lo que esté muy familiarizado. No nos decidimos sonar industriales, simplemente queríamos sonar un poco más modernos. Alejarnos de ser solo un producto New Wave of British Heavy Metal, porque pienso que muchos metaleros jóvenes nunca han oído hablar de eso. Simplemente no les gusta esa música.

 

Ellos no están atados a nada de eso. No te dirán que te has alejado de tus raíces. Antes eras New Wave of British Heavy Metal, pero ya no. Simon y yo pensamos: “hagamos las canciones más cortas, recortemos los solos”. En algunos temas incluso no hay solos. Así que tienes a un guitarrista increíble que ni siquiera quiere hacer solos de guitarra. Él me dijo: “Ray, los tiempos han cambiado. Está bien para Deep Purple, porque son famosos gracias a Ritchie Blackmore y esos solos de diez minutos, y tienen que hacerlo. Pero Sweet Savage no es conocida por largos solos de guitarra, necesitamos meter más canciones”. En lugar de hacer seis temas con un solo de diez minutos cada uno, lo natural fue simplificar. Todo en ese disco fue accidental, algo natural, nada forzado.

 

Cuando lo grabamos, él me dijo: “¿Qué tal unas segundas voces, como en “The Chosen One”?”. Y yo le respondí: “Sí, justo eso tenía en mente”. Así que esas segundas voces fueron idea de Simon, un elemento nuevo que musicalmente pensamos que era bueno incluir. Simplemente era música buena que aportaba. Si eran coros, pues eso hicimos. Fue un proceso natural, nada calculado. No nos propusimos grabar un disco industrial, fue simplemente una evolución natural de lo que queríamos hacer.

 

Volvamos al pasado. Quiero preguntarte cómo fue para una banda de Belfast empezar a tocar rock dentro de la New Wave of British Heavy Metal.

Pues fue una pesadilla. Irlanda, tanto el norte como el sur, era conocida por el country y el western. No podías conseguir conciertos, ni estudios, ni nadie que te apoyara. Mi pelo largo era toda mi vida, y la gente pensaba que yo era un bicho raro. Estábamos en uno de los países más conservadores de Europa, y allí andábamos cuatro tipos con melenas tocando una música que nadie entendía. No había dónde tocar. Además, estábamos en medio de un conflicto político y armado. Fue un desastre…

 

Pero yo crecí escuchando a Deep Purple, Black Sabbath, Led Zeppelin, todos los clásicos. Y por supuesto, Thin Lizzy. Phil Lynott era mi héroe, yo quería ser Phil Lynott. Esa es la razón por la que toco el bajo. A día de hoy, mi bajo sigue siendo un Precision negro. Con un mástil de palisandro y con esos espejos que tenía el maestro. Cada vez que rompo el golpeador, me compro otro igual. Phil Lynott era mi héroe. Pero no conseguíamos conciertos, no conseguíamos nada, absolutamente nada.

 

Luego surgió la escena del metal y había un pub asqueroso, al que nadie iba porque estaba sucio y era repugnante, y ese lugar se convirtió en un club de heavy metal. Así fue como conseguimos un sitio donde tocar. Al principio lo nuestro era tocar en fiestas escolares, bailes de colegio, lo que fuera, sin cobrar nada. Todo estaba financiado por nuestros padres, siempre recurriendo a ellos para pedir dinero prestado.

 

Me río cuando paso por un lugar en Belfast, conduciendo, que solía ser una tienda de música y ya no lo es. Recuerdo que salí de allí cargando mi primer amplificador en el hombro y caminé al menos una milla para coger el autobús de vuelta a casa. El primer ampli que compré lo llevé a pie por Belfast hasta poder subirme al bus. Todo juagaba en nuestra contra como banda de heavy metal en Irlanda del Norte.

 

Además, no lográbamos que ninguna discográfica viniera a Belfast a vernos porque había bombas explotando, tiroteos, asesinatos, coches bomba… El mejor hotel de la ciudad, el Europa Hotel, era el más bombardeado del mundo. Así que cuando mandabas una carta a una discográfica pidiéndoles que vinieran a vernos, ellos respondían: “No, no vamos a Belfast. Mándanos otra maqueta o venid vosotros”. Pero si eres un chaval de clase trabajadora, sin un duro, dependiendo de tus padres, llevar a cuatro tíos a Londres era casi imposible.

 

Ni siquiera éramos lo suficientemente mayores como para alquilar una furgoneta; teníamos que pedir a alguien que la alquilara por nosotros. Ir a Londres era como intentar conducir hasta Australia, una misión imposible. Así que fue realmente difícil en aquellos días, por todos los motivos: nadie entendía nuestra música, no había dinero, no había salas, no había estudios y las discográficas no querían venir a verte.

 

Pero al final de todo… encontrasteis un sello discográfico: Neat Records.

Sí.

 

¿Cómo fue lo de conseguir un contrato discográfico? Lo considero un sello legendario. Cuando ves la lista de bandas que pasaron por allí, es: “wow”. Y vosotros estabais allí.

Sí. La banda estaba en declive y entonces Metallica eligió “Killing Time”. Cuando ellos grabaron esa canción, la banda volvió a despegar. Fue entonces cuando Neat Metal vino y nos dijo: “¿Estaríais interesados en hacer un disco?”. Y yo pensé: “vale, ¿y dónde estabais a principios de los 80, cuando realmente os necesitábamos”? Pero bueno, dijimos: “¿Sabes qué? Hagamos un disco. No nos va a costar nada, saquémoslo”. Así que Neat Metal nos dio un contrato y sacamos el primer disco, y después nos ofrecieron hacer otro. Y publicamos dos.

 

En esos dos discos, Jordi, ya estaba Simon McBride. Era tan joven que tuvimos que pedir permiso a sus padres para llevarlo a Newcastle a grabar. Pero si Neat hubiera llegado a nosotros en 1982, cuando la New Wave of British Heavy Metal estaba naciendo y en pleno auge, creo que habríamos estado a la altura de Iron Maiden, Def Leppard o Saxon. Creo que podríamos haber competido, porque la calidad del material era suficientemente buena, las canciones eran buenas, la ejecución musical era buena… Eso quedó demostrado por el hecho de que Metallica escogió un tema nuestro porque lo consideró de calidad suficiente como para grabarlo, y por el hecho de que tuvimos dos guitarristas que más tarde pasaron a tocar en dos de las bandas de rock más grandes del mundo: Def Leppard y Deep Purple.

 

La calidad de la banda, de la música y de los músicos estaba ahí. Pero, lamentablemente, Neat Records llegó diez años demasiado tarde. Si hubiera sido diez años antes, habríamos sido una banda mucho más grande. Y, quién sabe, ahora mismo yo estaría viviendo en el sur de España.


Descubre más desde Stairway to Rock

Suscríbete y recibe las últimas entradas en tu correo electrónico.

Deja una respuesta