Entrevista a Murmur: «Buscamos a un oyente activo, que quiera indagar y se haga preguntas.»

Tras un silencio que parecía presagiar tormenta, Murmur regresa con un nuevo trabajo que confirma lo que muchos intuíamos: la banda no vino a repetir fórmulas, sino a reescribirlas. Con una mezcla letal de oscuridad emocional, riffs viscerales y una producción que envuelve como una pesadilla hermosa, este nuevo álbum marca un punto de inflexión en su carrera.

Hablamos con ellos sobre la creación del disco, las cicatrices que lo inspiran y el sonido crudo y cinematográfico que convierte cada tema en una confesión a corazón abierto. Porque en el universo de Murmur, el ruido también puede ser redención.

 

Ante todo enhorabuena por el próximo disco que verá la luz el próximo 6 de noviembre. Es genial que las bandas sigan apostando por hacer música y en este caso habéis apostado por un formato ciertamente más exótico, un álbum en tres movimientos.

 

SOBRE EL DISCO RED HILL

 

¿Cómo nació la idea de hacer Red Hill como una obra conceptual centrada en el Cerro de los Ángeles?

 

La verdad que la idea de Red Hill llevaba mucho tiempo en nuestra cabeza y ya nos habíamos puesto manos a la obra incluso durante la etapa anterior con Pvtrefactio.

 

La mayoría de nosotros hemos vivido y crecido en Getafe y, sin duda, el Cerro de los Ángeles es un punto clave, no solo para la localidad, sino para toda la zona sur.

 

Sin embargo, lejos de ese orgullo que pueda despertar este monumento, discutido centro de España, nosotros hemos querido indagar en esa parte triste y oscura. Creemos que este lugar también ha representado esa vergüenza, esa complicidad entre los que orquestaron la dictadura, y parece que es algo que la gente de aquí ignora. Por eso queríamos exponer esta faceta de un tema que nos toca muy de cerca, pero que es completamente extrapolable a toda España.

 

 

¿Por qué decidisteis conectar la historia del franquismo y la Iglesia con simbolismo ocultista y alquímico?

 

Murmur siempre hemos sido una banda que nos gusta coquetear, como dices, con el ocultismo y la alquimia. De hecho, nuestro primer álbum de estudio gira todo en torno a la Gran Obra alquímica, adaptada a nuestras vivencias y nuestro punto de vista.

 

Desde el concepto de la portada a varias referencias en las letras, hemos querido ser continuistas de esos elementos y enseñanzas alquímicas a la hora de hablar de Red Hill. Después, franquismo e iglesia son temas que se relacionan por sí solos. Creemos que es algo mucho más terrorífico que cualquier teoría o acto ocultista y la gente debería reflexionar sobre ello.

 

También es importante explicar que nosotros no buscamos atacar una fe o una religión concreta, sino unas instituciones concretas que, mediante el poder que acapararon, llegaron a hacer cosas horribles que deben ser contadas.

 

Sin ir más lejos, y esto se puede escuchar en uno de los extractos de la segunda canción, se expone el momento de la reconstrucción y reinauguración del monumento al Sagrado Corazón, en el que participaron el propio Franco y el que sería el futuro rey Juan Carlos de Borbón.

 

El álbum consta de tres movimientos amplios. ¿Qué estructura narrativa o emocional siguen?

 

Esta pregunta es interesante porque Pvtrefactio también tenía una estructura muy marcada, cada tema representa con la evolución de la obra alquímica e iba asignado a un elemento hasta llegar al rubedo final, que era ese cierre con ‘Seven’, la canción número 7 y con una duración de 7 minutos.

 

Red Hill tal vez sea menos complejo y avanza de manera cronológica. Así la primera parte hace referencia a sucesos históricos mucho más antiguos, vestigios de una historia muy rica que ha quedado olvidada. Red Hill I: The Dead funciona más como introducción y quizás recapitula un poco todo el concepto hacia la parte final.

 

Red Hill II habla de un tiempo mucho más concreto, de hecho, es el que le da el nombre a ese ‘Cerro Rojo’. Esta puede ser la canción más bélica y más emotiva de las tres.

 

El cierre con The Calling es la canción más personal, ya habla de una etapa que hemos podido experimentar, lo que realmente supone para nosotros ese Cerro de los Ángeles. Esta canción, tras la intro, tiene un cambio de tono que creo que deja muy claro ese cambio de época, ese regreso al presente.

 

 

El disco está dividido en tres movimientos. ¿Cómo trabajasteis la estructura para que cada parte tuviera identidad propia, pero a la vez formara un todo coherente?

 

Este es un poco el encanto del álbum, las canciones suenan muy diferentes entre sí, pero no pierde la coherencia sonora ni narrativa. Esto es complicado, sobre todo a la hora de construir temas largos. Ha habido partes en las que nos hemos peleado mucho con la música (y entre nosotros mismos) para conseguir dejar todo atado y bien atado.

 

Nuestro productor, por así decir, Víctor Saiz encontró muy positivo que la voz tuviera mucha presencia y no se dejaran tantas partes instrumentales, como el género puede llegar a sugerir. Además, Beatriz grabó tres líneas de voz diferentes para cada canción, que también refuerza esa idea de tres momentos históricos que se juntan en uno.

 

¿Qué papel juega el Sagrado Corazón como símbolo dentro del disco?

 

Como decíamos antes, la mayoría somos getafenses, este proyecto nace en nuestra ciudad y, de manera un poco irónica a ese black metal de los 90, rápidamente nos centramos en temas muy locales, de nuestra tierra, y así nace Red Hill. Puedes bien, el Sagrado Corazón está presente hasta en el escudo de nuestro municipio.

 

El papel del SCJ y como dio voz a los sublevados fue algo intachable. Por eso en algunas partes de la letra se hace referencia a este símbolo, incluso en el arte del álbum, ya lo veréis y, por supuesto, en el vídeoclip de The Calling se puede ver una referencia muy metafórica de dicho icono.

 

¿Qué buscabais transmitir con la atmósfera densa y oscura del álbum? ¿Cómo se relaciona con el mensaje?

 

Esto es algo que nace de nosotros como banda, y para hablar de todo esto no puede caber otra manera. Esto llevado al directo también gana mucha coherencia. Buscamos esa atmósfera lúgubre, de luto, que de vez en cuando se entrelaza con partes más agresivas para dar salida a todo ese odio y ese resentimiento que todavía queda en lo más profundo de muchos.

 

No intentamos ser políticamente correctos o quedarnos en las medias tintas. Habrá a quien le pueda parecer provocador u ofensivo, pero nosotros creemos que no hay otra manera de mostrar las cosas.

 

SOBRE EL SONIDO Y PRODUCCIÓN

 

¿Cómo fue trabajar con Víctor Saiz en California Studios? ¿Qué aportó al sonido final?

 

Esta es la segunda vez que trabajamos con él en California Studios y siempre es una muy buena experiencia. El trato es increíble y el nuevo estudio está en un lugar inmejorable. Podemos decir que es un grandísimo profesional pero además es un amigo.

 

Esta vez veníamos con la lección aprendida, con mucho mejor equipo y mucha más experiencia, y creo que lo habrá agradecido. Siempre nos fiamos mucho de su criterio y estamos abiertos a cambios y sugerencias por su parte. Además, nos entiende bastante bien, sabe llevar la idea sonora que buscamos, siempre incidiendo en ese tratamiento orgánico del sonido y huyendo de lo postprocesado.

 

Por calidad, por precio, por trato y por todo, lo recomendamos 100% para bandas que están trabajando en sus primeros discos. Muy probablemente el tercer disco de Murmur también se grabe en California Studios.

 

Vuestro estilo mezcla post black, blackgaze y doom. ¿Qué bandas os influenciaron más para este trabajo?

 

Nuestras influencias son muy variadas y esto es algo que se nota en nuestra música. Vemos en este dinamismo algo positivo, la intención de no sonar repetitivos o “parecidos a”, e intentar dar a la gente algo novedoso.

 

Para este álbum yo citaría a una banda pilar en nuestras influencias que fueron los irlandeses Altar of Plagues, sobre todo en Red Hill 2, así como ya en algunos temas de Pvtrefactio.

 

Las partes más pesadas y atmosféricas tal vez nos acerquen a proyectos que nos gustan mucho, como Amenra. En cambio, hay partes algo más melódicas y de blackgaze que trae reminiscencias de Deafheaven, por ejemplo.

 

Por último, siempre citamos ese intento de dotar al disco de cierto lado ‘folk’, ya que hablamos y citamos lugares de nuestra ciudad natal. De ahí esas partes más acústicas que se inspiran en bandas como Agalloch, Wolves in the Throne Room o Falls of Rauros.

 

 

¿Cómo equilibráis lo atmosférico con la contundencia en vuestra música?

 

Es algo que nos sale natural. Dentro del post rock/ post metal tiene que ser así. A la hora de construir temas tan largos tienes que darle mucho dinamismo o la gente se puede aburrir. Hablábamos de Altar of Plagues o, sin irnos muy lejos, bandas nacionales como Toundra, tienen esa capacidad de sumergirte en un ambiente y de repente romper con una contundencia que te sacude y te hace sentir la música..

 

Hemos estado en muchos conciertos de bandas con una garra y una energía increíbles, pero al final te das cuenta de que están todo el rato ahí arriba y eso es agotador para todos. Las canciones deben reposar, deben tener regresiones y matices, jugar con la estructura. Esto es algo en lo que esperamos seguir mejorando.

 

Y, por supuesto, cuidar el sonido y la limpieza del mismo en los directos es crucial. Esto lo convierte en un reto, hay que saber llevar la música sobre el escenario, y eso es algo que se disfruta.

 

¿Cuál es vuestra opinión a la hora de usar pregrabados en directo?

 

Intentamos hacer los directos lo más orgánicos posible, es decir, que suene real. No tiene sentido intentar copiar el sonido del disco, para eso ya lo escuchas en casa.

 

Poco a poco hemos evolucionado y hoy en día llevamos pistas con cierto apoyo por detrás, algún teclado o sonido ambiente sí que lanzamos, todo con el objetivo de rellenar partes que se puedan quedar más vacías o para enriquecer el directo, pero poco más.

 

No lanzamos ningún instrumento pregrabado, aunque haya momentos en los que se monten tres guitarras y nosotros solo tengamos dos. Hay que saber adaptar cada parte sin abusar. Somos muy contrarios a esto, y por desgracia hay muchos grupos que abusan de ellos, incluso prescinden de algunos de los instrumentos durante todo el concierto. Puede tratarse de algo puntual para salvar el día, pero ir por ahí lanzando una de las guitarras o incluso el bajo, no nos parece positivo de cara al público que paga la entrada para disfrutar tu show.

 

SOBRE LAS LETRAS Y EL SIMBOLISMO

 

Vuestras letras son muy crípticas y simbólicas. ¿Qué os inspira a nivel lírico y filosófico? ¿Y del día a día?

 

Sí, esto es algo bastante premeditado, algo intrínseco en cada obra de arte, creemos, no solo la música, sino ya en la pintura, la poesía o el cine. De hecho, hablando de esto último, muchas películas y la propia literatura suelen servirnos bastante de inspiración.

 

Buscamos a un oyente activo, que quiera indagar y se haga preguntas. Yo, personalmente, disfruto mucho cuando termino de ver una película y tengo que investigar y reflexionar mucho sobre lo que el director y el propio guión quieren expresar. Eso de hacer letras muy explícitas creemos que va mejor con otros géneros.

 

Hay muchas cosas que nos interesan y sobre las que queremos hablar. Nos sorprende mucho que todas las críticas y reseñas destaquen el carácter conceptual de este trabajo. Las obras, los álbumes, deben ser conceptuales, tienen que tener un sentido, un propósito. Rellenar un tracklist con 8 ó 10 canciones cada una de su padre y de su madre ha quedado para aquellos artistas acomodados con sellos grandes que necesitan una excusa para girar.

 

 

¿Qué tipo de investigación hicisteis para profundizar en la historia del lugar y los elementos ocultistas?

 

Esto es una constante en nuestras vidas, es algo que nos gusta, nos gusta conocer más acerca de estos temas y nos interesa la historia y la política. Es más, creemos que a todo el mundo debería interesarle un mínimo, al final es algo que está presente en todos los niveles de nuestras vidas. Siempre tratamos de aprender más y cultivarnos como personas.

 

Ya lo hemos mencionado antes, tal vez Pvtrefactio sí que era algo más inaccesible en este aspecto, porque llegamos a devorar tratados alquímicos de la época medieval para hacer un símil con conceptos de actualidad.

 

Red Hill es más asequible en este sentido, ya que hemos tomado un tema más cercano. Aunque como decíamos, tratamos de exponer la cara más desconocida de un lugar que siempre nos han querido presentar como un lugar de paz. De hecho, la propia inscripción del templo lo dice, es un llamamiento a aliviar a los que sufren, pero la verdad es que es un monumento forjado por el dolor y la represión política e ideológica.

 

 

¿Cómo fue el proceso de creación de la portada con Azahara G. Martínez y Fred J. Segado?

 

Teníamos una idea muy clara y disfrutamos mucho del proceso, no solo de la portada, sino de las fotografías que acompañan esta etapa de Murmur. Al final todas están tomadas en el cerro y los alrededores, y para nosotros son lugares llenos de mística.

 

Muchos de estos lugares los conocíamos desde que éramos niños, La Cueva de la Bruja al otro lado del río, o el Monasterio de la Aldehuela. Siempre nos gustaba hacer escapadas por allí, explorar y sentir que eran lugar que parece que quieren susurrar historias a los visitantes que van allí.

 

La portada en sí tiene mucho simbolismo. Hay quienes consideran que el Cerro de los Ángeles es el centro, el corazón de nuestro país. El hecho de ofrecer una imagen invertida de esto, es una declaración de intenciones. No es solo quedarnos con la típica idea blackmetalera de un crucifijo invertido, pero sí seguir por ese camino alquímico y su premisa “como es arriba, es abajo”.

 

 

¿Qué esperáis que sienta o reflexione el oyente al enfrentarse a Red Hill?

 

Esto es una experiencia totalmente libre. Aunque sean canciones largas es un disco muy fácil de escuchar, que no se hace pesado y que invita a volver a él más de una vez. Tiene un mensaje fuerte, incluso delicado, esas cosas que la gente prefiere huir. Hoy en día parece muy rompedor y transgresor hablar de temas como la salud mental, parece que todo se ha convertido en tópicos, y tenemos la sensación de que el panorama musical se ha quedado demasiado descafeinado.

 

Esto es música, es un arte repleto de posibilidades, nosotros hemos venido a hablar de una herida que, por mucho que quieran algunos, nunca cierra. Venimos a escupir lo que muchos no quieren oír, por eso sabemos que no contentará a todos los públicos. Aunque, bueno, la magia de la música a veces hace que nos gusten canciones o artistas cuyas ideas no casan con uno mismo.

 

Por ahora, la recepción del videoclip de Red Hill III parece que ha impactado. Se trata de ver algo que no te deje indiferente, y el disco al completo sigue esta idea. Esperemos que la música y el ambiente que hemos creado ayude a interiorizar el mensaje y que nos remueva un poquito a todos por dentro.

 

Después de compartir escenario con bandas tan potentes, ¿con qué otros artistas os gustaría tocar?

 

Estamos en un momento de crecimiento y de hambre, así que todo es bienvenido. Por los países vecinos, sobre todo Portugal y también últimamente en Italia, están saliendo bandas muy interesantes. Tenemos muchas ganas de tocar junto a Ponte del Diavolo en 2026. Luego, aquí en casa creemos que hacemos buen equipo con bandas amigas, como Litost en Valencia o Perennial Isolation en Barcelona.

 

A veces se trata más de hacer piña y apoyarnos unos a otros que de mirar tanto hacia arriba. Aun así, es positivo que cada vez más bandas a las que somos bastante afines en cuanto a sonido van viniendo por España. Nos encantaría abrir para Amenra, por ejemplo, porque el ambiente que se genera en sus conciertos sería bastante propicio para nuestra propuesta. Pero al final, cualquier banda a la que hayamos seguido y que nos pueda abrir las puertas para llegar a más público, será bienvenida.

 

¿Cuál es vuestra visión sobre la escena black/experimental actual en España?

 

Es innegable que el black metal tuvo un boom hace poco, algo inesperado y que tal vez fuera un poco en contra del movimiento original. Pero las cosas cambian, a veces mejoran y otras van a peor.

 

La escena fuera de lo mainstream siempre es complicada. Al final da igual tener más oyentes o más público, todos salvo dos o tres bandas muy top, somos todos pequeños. Muchas veces hablamos sobre que nuestro estilo pega más con un público más europeo, fuera de España, pero es verdad que nuestros conciertos han tenido siempre una recepción muy positiva. Nosotros no nos bajamos de hacer lo que nos gusta y creer en nuestra música, y no lo vamos a cambiar para tener mayor alcance o aceptación.

 

No vamos a mentir en que la escena hoy en día no es la más idónea, pero hay oportunidades. Con lo caras que se están poniendo las entradas para ver a los grandes o para ir a festivales, al final para la gente que quiera disfrutar de ir a un bolo una noche, puede encontrar una buena alternativa en bandas como la nuestra. Sí que nos gustaría pedir más apoyo, más oyentes críticos y activos, pero también hay que hacer un poco de autocrítica e instar a que las bandas hagan más piña y colaboremos más entre nosotros, ser los propios músicos los que vayamos más a conciertos. No somos competidores, somos piezas de una misma escena y podemos lograr mejores cosas.

 

Luego viene Nergal (Behemoth) y nos dice que los jóvenes no deberíamos hacer más bandas de metal porque el mundo está saturado de grupos y giras. Nosotros creemos que, primero, hay que hacer lo que uno quiere y lo que a uno le gusta. Y lo segundo, y no menos importante, es ser constantes y creer en uno mismo. Seguramente no lleguemos a haceros millonarios, pero si realmente quieres transmitir tu música, todo el mundo es bienvenido a hacerlo.

 


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