Entrevista a Manuel Ramil (Adventus). Parte II: «el cambio de la primera formación fue bastante traumático: aquellos meses fueron duros»

Hoy os traemos la segunda parte de la entrevista de Irene Kilmister a Manuel Ramil, de Adventus, con motivo de la presentación de su nuevo disco de estudio De mi corazón y otras miserias. Podéis ver la primera parte haciendo click aquí.


Mirando ahora hacia atrás, ¿cambiarías alguna decisión relacionada con Adventus?

 

Si miro atrás y me pregunto si cambiaría alguna decisión, creo que no. No valdría de mucho, ni creo que lo hiciera aunque pudiera. Las cosas vienen como vienen. Es un poco lo que decía el título del disco anterior, “Lo que trajo el viento”: la vida nos va poniendo situaciones delante, y las sorteamos, las aceptamos o las peleamos del mejor modo posible. Al final, las decisiones y todo lo que ha pasado en Adventus creo que forma parte del camino que la vida nos ha ido marcando.

 

Creo que la vida lo ha puesto todo ahí por algo; todo lo que nos ha pasado en el pasado al final nos hace ser quienes somos y estar donde estamos. Ahora mismo estamos en un momento bonito: tenemos disco nuevo, ganas de salir a tocar, mucha ilusión por parte de todos, y debemos quedarnos con eso.

 

Y con la mirada hacia adelante, ¿que nos espera de Adventus?

 

Mirando hacia adelante, lo más inmediato y tangible es que estaremos tocando a partir de marzo, algo que nos apetece muchísimo. Y aunque ahora mismo dé pereza pensarlo, Adventus sacamos el primer disco en 2020 y estamos ya a finales de 2025 presentando el cuarto álbum de estudio. A mí los directos me encantan, pero la parte de composición me apasiona; es lo que más me mueve. No me gustan los ciclos muy largos entre disco y disco, así que la idea es empezar a tocar en marzo y después seguir la rueda natural de tener nuevo material y poder continuar contando historias.

 

Si dependiera de mí —aunque muchas veces esto no depende solo de uno— mantendría la formación estable; sería ideal convertirnos ya en una banda consolidada y fija. Nadie busca ni aspira a que haya cambios, aunque a veces las circunstancias los hacen inevitables. Mi deseo personal, desde luego, es una formación duradera.

 

Los cambios también tienen un impacto emocional, porque no dejan de ser compañeros y amigos. ¿Cómo se lleva eso?

 

Bueno, en mi caso, el cambio de la primera formación fue bastante traumático: aquellos meses fueron duros, sobre todo por lo que fue y por cómo ocurrió. Pero sirvió para rehacer la banda y quizá para llevarla hacia una dirección que no habríamos tomado con la formación anterior. Era lógico que uno de los comentarios recurrentes fuese que sonábamos a los WarCry del principio; era inevitable, porque prácticamente éramos los mismos, y sobre todo porque la voz de Víctor García es inconfundible. Yo compongo especialmente pensando en el cantante, y cuando compones para Víctor es imposible no tener en la cabeza todo lo que ha cantado antes: los primeros discos de Avalanch y, por supuesto, toda la discografía de WarCry. Es normal que lo que salga esté influenciado por eso. Además, Víctor es de esos cantantes que, en cuanto abre la boca, sabes quién es. Quizá si hubiésemos seguido con aquella formación las cosas habrían sido diferentes —seguro—; no sé si mejores o peores, pero sí distintas.

 

Sin duda, el estilo habría navegado más por esa línea más cercana a WarCry. Por eso creo que el cambio fue algo muy bueno y ayudó a que Adventus adquiriese una personalidad propia mucho más marcada, impulsada por la voz de Diego. Él tenía una personalidad muy fuerte y un carácter al cantar absolutamente inconfundible; muy diferente a Víctor, sí, pero también único. Y como te decía antes, a mí me permitió componer desde un punto de vista mucho más puro, por llamarlo de algún modo, sin tener que filtrarme tanto. Más libre.

 

Adventus en Leyendas del Rock 2022.

 

Con Diego veía claro que podía cantar el tipo de letras que me salían de forma natural, mientras que con Víctor había cosas que no me encajaban tanto. Con Ramón me pasa lo mismo que con Diego: aunque son cantantes muy distintos y compones de manera diferente para cada uno, no tengo que frenarme pensando: “Esto sonaría raro en su voz”. Mi forma de escribir conecta muy bien con su manera de cantar, y lo mismo ocurría con Diego. En cambio, con Víctor sí había momentos en los que pensaba: “No lo veo cantando este tipo de letra”, por su personalidad y su forma de interpretar. Así que en resumen, creo que el cambio fue positivo. Y, de hecho, si estamos aquí presentando un disco nuevo, eso siempre son buenas noticias.

 

Al final, el destino —para quien crea en él— te pone donde tienes que estar; tarde o temprano acabas caminando por el sitio que te corresponde.

 

Para ir terminando, en Stairway to Rock nos gusta hacer tres preguntas iguales a todos los entrevistados, y te las voy a hacer a ti. 

La primera: ¿recuerdas haber llorado en algún concierto, ya fuera tuyo o de otra banda?

 

Sí, sí. El recuerdo más claro, que siempre me viene cuando sale este tema, es de la primera gira que hicimos con WarCry en México. La noche en que regresamos de ese viaje se murió mi padre. Y no sé si dos o tres días después teníamos otro concierto en España —creo recordar que en Toledo— y me pilló todo tan de sorpresa… Llevábamos tres semanas o un mes fuera, yo estaba viviendo un momento muy especial con 25 o 26 años, mi primera gira en América, un sueño. Mi padre había ingresado antes de que partiéramos, y al volver pude verlo, hablar un poco, preguntarnos cómo estábamos, pero esa misma noche falleció. El contraste fue brutal. Así que ese concierto de después… bueno, te lo puedes imaginar: estás allí, pero en realidad no estás.

 

Y por la parte contraria, por emoción bonita, no sé si llegar al punto de lágrima, pero sí que ha habido conciertos que me han tocado muchísimo…

 

Por contrastarlo con la parte dura, en esa primera gira americana con WarCry recuerdo el concierto de Ciudad de México. Fue uno de esos momentos que te marcan. No recuerdo si era en la Arena o en el Palacio de los Deportes, pero en cualquier caso era un recinto inmenso. Íbamos dentro del Mago de Oz Fest, así que había muchísimo público suyo; por aquel entonces metían una cantidad de gente impresionante. Y me viene a la cabeza ese instante de tocar allí y pensar: “Hostia, ¿qué hago yo aquí?”. Fue increíble vivirlo, intentar interiorizarlo y guardarlo para siempre. Son momentos únicos que te llevas contigo.

 

Yo soy una llorona, así que no podrían hacerme esta pregunta porque no acabaríamos.

 

Creo que en alguno te he visto.

 

Seguro, porque me emociono muchísimo. Y disfruto tanto la música… en todos sus estilos, en casa, en directo… Para mí es un privilegio poder estar ahí, lograr lo que he logrado con las fotos, poder hacerle fotos a bandas que llevo escuchando años, a bandas internacionales, a vosotros… Siempre me emociono. Pero es buenísimo llorar.

 

Sí, sí, lo recuerdo: alguna vez te he visto y he pensado “¿qué haces llorando?”.

 

¡Si estoy haciendo fotos!. Y luego me preguntan cómo puedo hacer fotos mientras lloro. Yo qué sé, es la emoción. Pero es algo bonito, al final es por algo bueno.

 

La siguiente pregunta que siempre hacemos es: ¿cuál fue el primer disco que compraste con tu propio dinero?

 

Pues… seguro, seguro no estoy, pero creo que fue un vinilo: Lovehunter, de Whitesnake. Me tiro un triple porque no pondría la mano en el fuego, pero diría que fue ese. Además, lo compré de segunda mano en una tienda de Ferrol, que era la ciudad cercana donde había una tienda de discos. Yo iba allí a clases de piano y muy cerca estaba esa tienda, que se llamaba Montana. Tenían muchas cosas de segunda mano y yo solía darme un paseo por allí. También recuerdo alguno de Queen, que es una banda que me encanta, pero si tengo que elegir uno como el primero que compré con mi dinero, diría que fue ese.

 

 

Y por último: si tuvieras todo el dinero del mundo para invertir en un concierto, ¿qué harías?

 

Pues ahora mismo, por el momento en el que está Adventus, evidentemente tiraría por ahí. Es lo que decimos siempre: podríamos hacer algo combinado, claro. De hecho, hay una idea que ha salido alguna vez y que seguramente se verá en la gira de Adventus: compartir escenario con bandas que han pasado por mi estudio. Eso me encanta. Es algo muy bonito que delante de ti toquen grupos a los que has producido. Me ha pasado, por ejemplo, con Wild Hard hace poco…

 

No recuerdo exactamente dónde, pero cerca de Madrid, va a pasar en esta gira de Adventus con algunas bandas también; lo desvelaremos en breve. La sensación, al final, cuando estás produciendo un disco de alguien, es intensa. Por mi parte, hay mucha implicación y se crea una relación que va mucho más allá de la parte musical o de grabar un disco: “venga, trae tus canciones, las grabamos y ya está, toma el máster”. Mi forma de trabajar va bastante más allá que eso. Cuando pasas quince días o un mes en el estudio con una banda, sobre todo con gente que viene de fuera, la experiencia es mucho más intensa. Yo tengo un piso a disposición del estudio, así que se vienen a vivir allí durante ese tiempo; el piso está justo encima del estudio y es de ahí de donde viene el nombre “Tercera Planta”.

 

La convivencia con las bandas, sobre todo con gente de fuera, es muy intensa, y el proceso creativo también lo es. Cuando salen del estudio con el disco terminado, lo normal y por suerte es que te agradezcan el haberles ayudado a hacer crecer sus canciones. Encontrármelos luego en festivales es algo precioso; procuro ver a todos y pasar un rato con ellos.

 

Si tuviera que invertir todo el dinero del mundo en un concierto, creo que pondría las condiciones idóneas en un recinto: no el más grande del mundo, pero sí el más cómodo, el que mejor sonara, el más accesible para el público, y montaría un festival en el que pudiesen tocar varias de estas bandas. No todas, porque sería imposible, pero sí unas cuantas de las que han pasado por mi estudio últimamente, como Guajar, Coven o Mar de Fondo, bandas de mi zona. Que esas bandas tuviesen la oportunidad que yo he tenido muchas veces de tocar en recintos grandes con público pagando entrada y prestando atención, sería algo increíble. Nunca lo había pensado, pero me gustaría montar un festival a lo grande para bandas que no siempre tienen esa oportunidad.

 

Como curiosidad, hay una banda que se llama Tacrolimus que no ha grabado en mi estudio, pero son los cardiólogos que me trataron y que salen en el videoclip de “Mi Corazón”. De hecho, Tacrolimus es una pastilla para el corazón. Además de haberme salvado la vida y haber sido encantadores durante mi estancia en el hospital y el proceso posterior, resultó que son músicos que tienen su propia banda. Hemos compartido muchas cosas, los he visto tocar en directo en una pequeña sala de mi pueblo y tengo con ellos una relación que va mucho más allá de la parte paciente-médico.

 

Estaría genial ponerlos de cabeza de cartel y que tuvieran su momento; de hecho, sacan disco ahora, por cierto. Quizás lo llamaríamos “Tercera Planta” o “Amigos de Rami Festival”, o algo así. Creo que sería algo bonito de ver y vivir, al menos para mí.

 

A nivel personal, me parece increíble que, pensando en todo el dinero del mundo para hacer algo con tu banda, hayas pensado en los demás y no en ti. Me parece totalmente admirable y creo que deberíamos aprender a ser un poco así.

 

Si tienes todo el dinero del mundo para montar un concierto, podrías darte el mejor concierto de tu vida, pero eso no va más allá; sería solo un concierto. Como dice Ramón, lo que tenemos que hacer es “picar piedra”: crecer a base de muchos conciertos pequeños, convencer a la gente, no un mega concierto en un estadio, porque eso no cambiaría nuestra realidad ni nos haría avanzar. Sin embargo, poder dar el gustazo de vivir una jornada con toda esta gente cercana, incluso bandas muy pequeñas que saben lo que es pelear para sacar su música adelante, sería algo muy memorable para todos.

 

Para cerrar ya esta charla has comentado alguna pincelada sobre la gira. ¿Puedes darnos alguna ciudad, alguna fecha…?

 

Ya hay unas cuantas ciudades planeadas, aunque necesitamos esperar un poco para anunciarlo oficialmente, con todo firmado. Además, veremos algún festival, y espero que al empezar la gira se genere más movimiento para poder estar en más festivales. Personalmente, disfruto mucho más de los festivales pequeños; no importa ser cabeza de cartel, sino la convivencia con otras bandas y la organización. Evidentemente quiero que estemos en todos los grandes festivales, pero la parte de festivales más pequeños me llama mucho la atención y ojalá podamos estar en alguno más este verano.

 

Poder estar ahí, verlos y disfrutar del momento, sin necesidad de llorar, ya es suficiente.

 

Espero poder estar allí y disfrutar en directo; espero que este disco os traiga muchísimo éxito porque, sinceramente, lo merecen. Sois gente con una calidad musical increíble y, como decías, es un proyecto que merece que la gente le preste atención, porque realmente lo vale. Por mi parte, solo quiero desearos todo lo mejor y vernos muy pronto.

 

Muchísimas gracias por este ratito, por dejarnos compartir la novedad de este disco y gracias también a toda la gente que nos ha dedicado su atención. Espero que nos vayamos viendo en los conciertos y poder disfrutar de la música juntos. Un placer, hasta otra.

 

 

 


Descubre más desde Stairway to Rock

Suscríbete y recibe las últimas entradas en tu correo electrónico.

Deja una respuesta