Entrevista histórica: Anders Johansson (Hammerfall) para Batería Total (2001): ‘De tal palo, tal astilla’

Era 2002 y ya me estaba desvinculando de lo que era el mundo de Batería Total debido a que me habían hecho una buena oferta para combinar el trabajo en el gimnasio con el de la escuela, pero ya que podía y que el nombre de Modern Drummer Spain (Batería Total) nos abría todas las puertas, opté por intentar entrevistar a un batería que me encantaba: Andres Johansson, hermano de Jens Johansson, teclista de Stratovarius. Sabía que en aquella familia los genes musicales era algo que les llevaba en volandas, y no me equivoqué.

 

Fue una entrevista por mail con reseña de su concierto con Masterplan y añadimos el kit de batería que llevaba el vikingo. Lo que no sabía es que su padre era toda una institución en Suecia, un músico de jazz altamente venerado. Y entonces lancé un brindis al sol:Habrá que estar atentos a las carreras de los hijos de Anders, ya que la música y el éxito parecen estar en los genes de la familia Johansson”. La clavé, pues a día de hoy Anders toca con sus tres hijos en una bandaza llamada Tungsten que aquí vamos a seguir muy de cerca.

 

Y así salió publicado en su día:

Hammerfall es, hoy por hoy, uno de los principales artífices del renacimiento del metal clásico en Europa. Cuando su anterior baterista abandonó la banda, no tuvieron dudas: el sustituto perfecto era Anders Johansson, una apuesta segura.

 

Poca gente imaginaría que, detrás de los parches de una de las bandas más emblemáticas del metal actual, se encuentra un baterista de jazz que ha trabajado durante años en proyectos que van desde tributos a Elvis Presley hasta fusión y speed metal. Este talentoso sueco alcanzó la fama a los 21 años, cuando un joven Yngwie Malmsteen le convenció para unirse a sus primeros pasos en solitario.

 

Hijo de un reconocido músico de jazz sueco, sorprende que él también haya alcanzado el éxito en el mundo de la música. Aún más sorprendente es que su hermano, Jens Johansson, lo haya logrado como teclista en Stratovarius. A pesar de la tragedia familiar que vivieron con la temprana muerte de su padre, los dos hermanos han seguido sus pasos musicales. Habrá que estar atentos a las carreras de los hijos de Anders, ya que la música y el éxito parecen estar en los genes de la familia Johansson.

 

Empecemos hablando de tus inicios y de tus estudios de piano en la infancia. ¿Es cierto que comenzaste a tocar la batería a los 14 años después de un grave accidente de bicicleta? ¿Ese accidente fue lo que te hizo cambiar el piano por la batería?

Sí, así fue. Tenía una caja de batería y un charles que me regaló mi madre cuando tenía 12 años, pero no empecé a tocar regularmente hasta que nos mudamos a un apartamento en la ciudad. Estudiaba piano, pero me frustraba tener que tocar una y otra vez piezas clásicas. Fue entonces cuando descubrí a Deep Purple y el boogie-woogie. Mi hermano Jens, que es teclista de Stratovarius, estaba más interesado en el piano, y yo, poco a poco, me fui decidiendo por la percusión.

 

Cuando nos mudamos, mi madre empezó a darme una paga semanal, lo que me permitió ampliar mi kit de batería, mientras mi hermano continuaba con su teclado. Fue una elección natural. Los dos estábamos muy interesados en los ciclomotores, pero teníamos que elegir entre ellos o los instrumentos. El accidente de bicicleta fue horrible. Necesité cirugía y sedantes para calmar el dolor y poder dormir. Afortunadamente, mis dedos recuperaron su movilidad, aunque todavía uso el casco, por supuesto.

 

¿Es cierto que conociste a Yngwie Malmsteen en una tienda sueca de instrumentos musicales?

Sí, es verdad. Lo conocí gracias a un amigo en común que trabajaba en esa tienda. En ese entonces, yo tocaba en una banda sueca llamada Silver Mountain, que incluso tenía un disco editado. Yngwie, que por esas fechas no tenía discos grabados ni hacía conciertos, se quedó gratamente impresionado al conocerme. Nos hicimos amigos y mantuvimos el contacto.

 

Supongo que es duro trabajar junto a alguien con una personalidad como la suya…

No es tan difícil trabajar con él como la mayoría de la gente cree. Mi hermano y yo pasamos grandes momentos con Yngwie. Éramos muy jóvenes cuando él alcanzó la fama y, la verdad sea dicha, también éramos bastante salvajes. Nos lo pasábamos muy bien juntos. La única dificultad era su falta de puntualidad en los ensayos. Nos sentábamos a esperarlo y, muchas veces, pasábamos semanas enteras sin hacer nada.

 

Esta situación se hacía cada vez más habitual. Creo que había llegado un momento en mi vida en el que necesitaba probar cosas nuevas, tanto a nivel personal como en lo estrictamente musical. Así que, después de una pelea en un bar, me echaron del grupo. Más tarde, Yngwie me pidió que volviera, pero rechacé su oferta. Mientras Malmsteen se trasladaba a Los Ángeles y volvía esporádicamente a nuestra Suecia natal, mi hermano Jens y yo fundamos una pequeña compañía discográfica.

 

Háblame de tus primeras bandas: Silver Mountain, Bulldog, Aces High, Snake Charmer, etc.

Con Silver Mountain, grabé mi primer disco y salí de gira. Era una mezcla de blues con influencias neoclásicas. Incluso creo que fuimos una de las primeras bandas de metal sueco que tocó fuera de nuestras fronteras. Fue una época muy divertida y tuve muchas buenas experiencias. Poco después, llegó Malmsteeny las consabidas giras mundiales. Era demasiado bueno para ser cierto, teniendo en cuenta que yo, en ese momento, tenía solo 21 años.

 

De Bulldog no hay mucho que decir. Era un grupo con una base de rock progresivo, pero nunca llegamos a salir de gira. Con Snake Charmer, tocaba el teclado en lugar de la batería. Grabé la batería para un disco, pero no hubo giras, solo algún que otro concierto por la ciudad. Aces High era una banda de Malmö. Grabamos un par de discos y fuimos teloneros de Dio.

 

Háblame de tu padre, Jan Johansson. He oído que fue un reputado músico de jazz en los 60. Supongo que él debió ser tu primera y más importante influencia.

Sí, mi padre fue un músico muy respetado en el mundo del jazz. Tocó con algunos grandes del jazz americano, como Stan Getz, y fue el primer músico sueco en ganar reconocimiento internacional en ese género. Aunque él murió en 1968, cuando yo tenía solo seis años, su música y su legado me influenciaron profundamente.

 

¿Por qué decidiste unirte a Hammerfall? ¿Tu amistad con Magnus Rosén, el actual bajista de la banda, influyó en esta decisión?

Sí, Magnus me convenció. Además, tenía ganas de volver a tocar en una gran banda. He estado apartado del circuito de los grandes durante algunos años debido al nacimiento de mis dos hijos, en el 94 y en el 96. Ahora ya han crecido y pueden entender que su padre desaparezca de casa durante cuatro meses debido a la gira mundial de Hammerfall. Estoy muy satisfecho de haberme unido a ellos, no solo en lo musical, también en lo práctico y en lo humano, ya que se han establecido en Suecia de forma definitiva y no están continuamente de gira. Un año salimos y al siguiente descansamos, lo que me permite estar cerca de mi familia.

 

Muchos fans de Anders Johansson consideran que la música de Hammerfall es demasiado sencilla para ti. ¿No preferirías tocar otros estilos como el jazz o la fusión?

Me gustan ambos estilos, jazz y metal, y los dos me aportan cosas positivas y diferentes. Con Hammerfalltengo la oportunidad de tocar delante de grandes audiencias y en grandes recintos, lo cual es muy divertido. A principios de los 90 empecé a tocar en la escena del jazz de clubes y me encantó. Era totalmente diferente a lo que hacía en Malmsteen. La fusión resulta frustrante porque muchas veces es solo apreciada por los propios músicos, aunque personalmente me gusta tocarla y estudiarla.

 

Hammerfall hace una música sencilla, pero de gran calidad. Algunas veces, si no me encuentro bien durante las giras (con un resfriado o una gripe, por ejemplo) se me hace realmente difícil tocar las canciones más rápidas. Esto demuestra que no se trata de algo tan sencillo, y necesito estar siempre a un gran nivel. Cuando trabajábamos en el disco Renegade casi lo grabamos todo en las primeras tomas. En Crimson Thunder probamos algo diferente y volvimos a tocar de nuevo.

 

Nuestro productor, Charlie Bauerfeind, valoraba el resultado mientras nosotros continuábamos con la siguiente canción. Hoy en día es muy fácil grabar y todo suena muy bien con la ayuda de Pro Tools (risas). Yo me considero un músico de la vieja escuela, de los que tenemos que tocar todo a la primera e improvisar un poco más de lo que se estila en la actualidad.

 

Durante la gira de Renegade, tu kit de batería era exageradamente grande, con platos a distancias inalcanzables e incluso cuatro bombos. ¿Por qué necesitas cuatro si solo utilizas dos?

(Risas) Solo utilizo uno. Tengo un pedal doble. La verdad es que tiene ventajas: solo se necesita un micrófono para un canal. Conseguir un buen balance con dos bombos a veces resulta realmente difícil, especialmente en festivales donde no se dispone de mucho tiempo para hacer pruebas de sonido. Inicialmente tuve la intención de usar los cuatro, pero no tenía suficientes canales reservados ni tiempo para pruebas. Así que decidimos que quedaría mejor con un solo bombo y se ha convertido en mi marca registrada.

 

¿Cuáles son las canciones que más disfrutas tocar?

Me encantan «Heeding the Call», «Let the Hammer Fall», «The Metal Age» y la nueva «Hearts on Fire».

 

Después de haber grabado cientos de discos, ¿en cuál encontraste más dificultades? ¿Fue quizás el tributo a Elvis Presley?

(Risas) No, el de Elvis fue muy sencillo. El más complicado fue Fission, un disco que grabé con mi hermano Jens. Recuerdo especialmente el colapso que tuve intentando tocar la segunda canción, que consistía en seguir un teclado secuenciado mientras tocaba fusas. ¡Fue todo un reto!

 

En tu disco The Lost Vikings también hay canciones muy complejas, ¿verdad?

Sí, sobre todo por la velocidad a la que tocamos. No soy un baterista muy rápido con los pies, y a veces lo paso mal si tengo que aguantar mucho tiempo con el doble bombo.

 

Cuéntanos cómo ha evolucionado tu batería desde los tiempos de Malmsteen hasta ahora en Hammerfall.

Básicamente no ha cambiado mucho. Aunque pueda parecer diferente, sigo utilizando cuatro toms, un goliat y una caja. En cuanto a platillos, tengo splashes, un china, un charles, un ride y varios crashes. Actualmente uso una batería Premier; en la última gira utilicé una Genista, pero para el próximo tour me están preparando una Gen-X.

 

¿Qué opinas sobre los miles de grupos que buscan copiar el estilo de Hammerfall, Gamma Ray o los primeros Helloween?

Creo que es algo natural e incluso positivo. El metal en general está creciendo nuevamente, y aunque a veces pienso «¡Ya están copiando a Hammerfall!» (risas), al final los buenos y originales son los que la gente recuerda.

 

Gracias, Anders, por tu tiempo y suerte con todos tus proyectos.

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