Agarraos que se vienen curvas. Charlar con Yngwie Malmsteen es siempre una experiencia. Lo he podido hacer tres veces y en cada una sube el pan… Pero de las tres veces, esta ha sido de largo la mejor. Fue una entrevista larga en la que permitió vídeo y que le grabáramos y estaba especialmente risueño, hablador y un poco contundente.
También pudimos hacerla a dúo con Yolanda Sabater, y elevamos el nivel. Y digamos que de un guitar hero como él esperas esta intensidad en las respuestas. Ferraris, Donald Trump, Vivaldi o su paso por el reciente Rock Imperium son algunos de los temas que tocamos en esta primera entrega. Y ya en la primera pregunta nos pega la bronca como podéis leer en el titular.
Hola… ¿está todo bien?
Hola… No soy exactamente una persona de Zoom, la verdad. Siempre hago una broma, digo que me gano la vida tocando un trozo de madera. Así que no, no soy muy bueno con todo el tema de la tecnología. En fin, vamos a comenzar.
Empecemos pues: Hola, Sr. Malmsteen, somos Yolanda Sabater y Jordi Tàrrega desde España, escribiendo para Stairway to Rock. Primero que todo, felicitaciones por tu nuevo álbum Tokyo Live. La primera pregunta es, ¿por qué un álbum en vivo ahora y por qué grabarlo en Tokio?
Bueno, la verdad es que no estaba planeado, siendo honesto contigo. Lo que sucedió fue que yo… ¡Bueno! primero que todo: quiero dejar algo claro para gente como vosotros, y sin ofender. Algunos de vosotros, los periodistas, habéis malinterpretado lo que soy, lo que hago y lo que represento.
Cuando crecí en Suecia… Y no voy a entrar mucho en detalle, pero digamos que era un ambiente muy inhóspito para un aspirante a músico. No se consideraba un «trabajo real» si eras músico, compositor o lo que sea. Así que no me sentía en casa allí. Desde muy joven empecé a tocar. Crecí en una familia entrenada y estudiada en lo clásico, rodeado de música clásica y jazz, y todo eso. Pero yo quería tocar rock and roll. Conseguí mi primera guitarra a los cinco años y comencé a tocar cuando tenía siete, y desde ese momento, no he parado.
Comencé a tocar en bandas cuando tenía ocho, nueve o diez años, pero en realidad, no eran bandas. Te doy un buen ejemplo: estaba en tercer grado y le dije a un chico de la clase, «Oye, el viernes tenemos un concierto«. «¿Cómo? ¿Qué quieres decir con que tengo que tocar la batería? Yo no toco la batería«. «Pues te voy a enseñar a tocar la batería«. «Es que no tengo batería». «Está bien, yo tengo batería«. Y ese viernes tocamos un concierto, y yo tenía ocho años.
Estaba tocando con un amplificador y haciendo efectos, y ese tipo solo mantenía el ritmo. Desde ese día en adelante, fui, el compositor, el guitarrista principal, el cantante, y todo. Tuve diez millones de bajistas y bateristas diferentes. Esto fue en Suecia y no podía llegar a ningún lado en mí país, así que me ofrecieron lo de ir a América. Allí me uní a una banda llamada Steeler, luego formé una banda llamada Alcatrazz. Luego, en enero de 1984, quiero señalar esto especialmente: en enero de 1984, firmé un contrato como artista solista.
Eso es todo… Ahora, todas estas personas que han estado dentro y fuera de mis proyectos, parecen pensar que tienen algo que ver con ello. Y no, no tienen nada que ver. No importa quién cante mis canciones, no importa quién toque el bajo, el teclado o la batería. Eso no importa. Es como decir que el tercer violinista de la Filarmónica Checa es el señor que sea… No es importante quien toca el tercer violín en los conciertos de violín de Vivaldi.
Así que quiero señalar que desde el primer día yo fui un artista solista. Me uní a una banda por dos semanas en 1983. Formé una agrupación luego durante aproximadamente un año y después, de nuevo, fui como Michael Schumacher bajando las calles de Mónaco en su Ferrari.
Entonces, os diría que entre 1984-2024 son ya 40 años desde que me convertí nuevamente en un artista solista. Y paré, hice una gira mundial por el 40 aniversario, por toda Europa, América, y por todos lados. Cuando llegué a Japón, los promotores querían filmar el show. «Queremos filmar el show«. Yo les dije que sí, y filmamos dos conciertod, Tokio y Osaka, y me dieron las cintas.
Eso es solo quien soy, yo no soy como el Donald Trump de la música, yo hago tratos. Así que sucedió de esta forma. Hace unos 10 años, más o menos, lancé dos álbumes en vivo, uno de Florida, Orlando, y otro de Tampa, Florida. Y se grabaron primero una noche, y luego, la segunda noche. Y si escuchas ambas tomas, no hay una sola toma igual, no hay una sola toma igual… Cada noche que subo al escenario, toco de forma diferente. Nunca toco lo mismo… Y es gracioso cuando escucho a otras bandas que tocan siempre lo mismo. Wow, está bien, eso es genial, pero… yo no lo hago, yo no hago eso.
La idea inicial era que el disco iba a ser sólo para el mercado japonés. Así que, en fin, recibí las cintas y el video y el sonido. Estoy en el estudio aquí mezclando, y pensé: «Esto suena bastante bien«. Así que lo lancé a nivel mundial. Pero originalmente, solo iba a ser en Japón. Digamos que… esta es una larga historia con una respuesta larga a una pregunta corta.
Entonces, ¿has estado involucrado en la grabación del video? Supongo que sí, y supongo que estás contento con el resultado.
Sí, porque si no, no lo hubiera lanzado. Déjame volver a lo que estaba diciendo un poco antes. Si quieres llamarme un «control freak», adelante, llámame eso todo el día, soy culpable… Yo decido cuándo se activa la máquina de humo, yo decido qué colores de luces van a estar al frente, en el trust de las luces. Yo decido exactamente qué va a ser la introducción y qué no lo va a ser. Yo construyo todo el show, todo, cada noche. Así que sí, tuve mucho que ver con ello.
Sí, y luego está el hecho de que tuve que decirles a los cámaras que no podían filmar desde determinado ángulo. Pueden tener cuatro cámaras desde aquí, pero no pueden filmar desde este ángulo. No pueden hacer esto… Sí, lo hice. Aunque solo iba a ser en Japón, yo estaba 100% involucrado. Pero les dije que no, lo siento. Tuve todo que ver con ello. Dicho esto, solo se suponía que iba a ser en Japón, pero mi alma, mi fuerza interna, tenía claro que no iba a ser solo en Japón.
Yolanda y yo asistimos a tu concierto en el Rock Imperium en España, y yo llegué a pensar que estabas en uno de los mejores momentos de tu carrera. ¿Estás de acuerdo?
¿Cuándo fue eso?
Este verano en Cartagena, en España, en el Rock Imperium.
¿Fue un festival?
Sí, fue un festival.
¿Al aire libre?
Sí, al aire libre.
Lo siento, no recuerdo exactamente porque he hecho 500 conciertos seguidos. No, no recuerdo que hice una gira corta por España hace un par de años, y que fue genial. Pero luego, en mi última gira, hice los shows al aire libre. Siempre me molestan un poco porque no puedo controlarlo todo. Así que, sí, pero me alegra que te haya gustado. Siempre doy lo mejor de mí, sin importar dónde esté, sin importar lo que haga. Siempre doy todo lo que tengo, ya sabes…
Te entrevisté hace tres años y me dijiste que odias los festivales al aire libre porque no puedes controlarlo todo y, a veces, el público no es tu fan. Así que siempre prefiero asistir a tus conciertos de tu propia gira.
Vale sí, quiero decir, que no me molesta el público, obviamente. Me encanta tocar frente a personas que no son mis fans. Eso me encanta, no es un problema. Lo que no me gusta es lo estar al aire libre. Yo es que tengo todos estos amplificadores Marshall, y yo no uso efectos. Así que el sonido del Marshall es el Marshall en una sala, y si tocas al aire libre… no hay reflexión y se vuelve todo muy seco. No tienes una prueba de sonido y realmente no hay iluminación. Por eso no me gustan tanto los festivales… pero los hago sin parar. Probablemente los haré este verano también, pero no estoy seguro del todo. No lo sé, ya veremos. Y sí, siempre doy de mí todo lo que tengo.
FOTO DE MAYA C. CAÑESTRO

Licenciado en INEF y Humanidades, redactor en Popular 1, miembro fundador de TheMetalCircus y exredactor en webs y revistas como Metal Hammer, Batería Total, Guitarra Total y Science of Noise. Escribió el libro «Shock Rock: Sexo, violencia y teatro». Coleccionista de discos, películas y libros. Abierto de mente hacia la música y todas sus formas, pero con especial predilección por todas las ramas del rock. Disfruto también con el mero hecho de escribir.
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Mr. Ego Malmsteen attacks again.