Dream Theater – Parasomnia

90/100 

7 de febrero de 2025

InsideOutMusic

Dream Theater está de vuelta. Y lo hace con «Parasomnia», su decimosexto álbum de estudio y con el que comienzan su tercera era tras el retorno a la banda de Mike Portnoy, batería y co-fundador de la banda. Este retorno nos pilló a todos por sorpresa cuando fue anunciado en 2023, y desde entonces hemos estado expectantes por poder escuchar el nuevo material de la banda. Mientras esperábamos nos ha dado tiempo de poder disfrutar de la formación en directo el pasado año, pero nosotros lo que queríamos es nuevo material. No vamos a decir que el trabajo de Mike Mangini haya sido malo a la batería durante estos años, pero es innegable que la salida de uno de los mayores pesos a nivel compositivo de la banda se había notado. Faltaba magia, se echaba de menos ese aura que Portnoy imprimía a las canciones.

 

En los últimos meses, los estadounidenses han estado poniéndonos los dientes largos con dos primeros adelantos. Sin embargo, estos primeros temas han despertado tantas dudas como entusiasmos, porque en algunos aspectos no eran lo que varios fans se esperaban. ¿Pero qué pasa con el disco completo? ¿Consigue dispersar esas dudas?

 

Sí. Voy al grano: «Parasomnia» es un discazo que trae de vuelta algunos de los elementos que llevaba años echando de menos en Dream Theater. Y posiblemente también sea uno de los mejores trabajos que han parido en los últimos años. De hecho, te diré que ninguno de estos dos singles está entre mis canciones favoritas de este trabajo. Tienes de todo, desde unos musicazos divirtiéndose en una jam y dejando que su imaginación vuele a lomos de los instrumentos con pasajes musicales extensos hasta momentos mágicos y muy melódicos que personalmente llevaba tiempo echando de menos.

 

Es un disco brillante, pero también es diferente, ya que han envuelto la música de una atmósfera oscura y misteriosa, con un trabajo que gira alrededor de un abrazo oscuro a la «Parasomnia», que es un trastorno de un sueño que implica momentos breves de despertar, y comportamientos y movimientos anormales. No se trata de un álbum conceptual, pero sí de uno en el que cada canción hace las veces de capítulo o relato corto, y todas están conectadas con la temática principal.

 

“In the Arms of Morpheus” es una introducción de cinco minutos. Comienza lento, con unos pasos y el sonido de una persona metiéndose en la cama. Pone el reloj despertador en marcha y se pone a dormir. Entonces, una música oscura e inquietante va acercándose desde el fondo hasta conquistar el primer plano durante unos minutos. Se oyen las agujas del reloj, y van dibujándose melodías que iremos visitando más adelante, pero que luego se van distorsionando lentamente hasta que se produce una explosión musical con la entrada de la batería de Mike Portnoy, el bajo de John Myung y guitarra de John Petrucci, a los que luego se une el teclado de Jordan Rudess. Es una pieza instrumental compleja, con momentos fuertes y otros más melódicos, una introducción perfecta.

 

Le sigue “Night Terror”, que fue el primer adelanto. Nos ofrece 10 minutos lleno de detalles, y con una omnipresente atmósfera oscura, como de terror, que lo envuelve todo. Tenemos un riff contundente que se mantiene, una estructura de canción muy efectiva con un estribillo potente y emocional, donde James LaBrie hace un excelente trabajo con su voz. Pero luego, también tenemos todo tipo de solos, cambios de ritmo y desvíos musicales, con extensos momentos instrumentales en los que cada uno de los componentes de la banda tiene un momento para lucirse. Metal progresivo en estado puro.

 

 

“A Broken Man” comienza con un potente riff y una densa atmósfera, con un aire oscuro y muy cinematográfico. Es más potente, con algunos puntos setenteros en el sonido, y momentos muy sorprendentes como ese solo de música blues que meten en mitad del tema. Esto consigue transmitir una sensación de que están disfrutando, de que juegan con la música y a sorprendernos con lo inesperado. Quizá alguno de nosotros hubiera preferido que fueran un poco más al grano para tener canciones más redondas, pero Dream Theater está aquí para gustarse a sí mismos y disfrutar. Eso sí, en este caso LaBrie no tiene demasiado trabajo, porque hay un momento en que la parte instrumental despega y juguetea con distintos subgéneros musicales durante un largo rato.

 

La siguiente es “Dead Asleep”, donde se lo toman con calma en sus más de 11 minutos de duración. Tras un primer minuto de atmósfera musical, llega un riff muy sólido, seguido de un solo muy limpio de guitarra que le imprime mucho dramatismo. Las voces no entran hasta pasados 3 minutos, pero dibujan muy buenas melodías, que concluyen en un muy buen estribillo. Tenemos muchos cambios de ritmo, mucho y buen ambiente de oscuridad, y también unos dos o tres minutos más en la que los instrumentos vuelven a alejarse de lo que es la canción para juguetear con varias melodías. Eso sí, después del «intermedio» musical donde Petrucci vuelve a brillar con luz propia, el estribillo vuelve para un climax final muy melódico y dramático, al que siguen otros dos minutos más de cierre musical.

 

“Midnight Messiah” es un tema bastante más duro que los anteriores, y musicalmente más directo, potente y enérgico, rompiendo con lo que hemos tenido hasta ahora. Recuerda mucho a bandas como Metallica y Megadeth, y podríamos decir que es la manera en la que Dream Theater se acerca a este tipo de metal sin dejar de lado sus señas de identidad, con solos y varios pasajes instrumentales, aunque ni son tan largos ni se alejan tanto del la estructura principal de la canción como en las anteriores. Es una muy buena sorpresa que seguro que va a funcionar de maravilla en directo.

 

Luego llega “Are We Dreaming”, que es un interludio de apenas minuto y medio. Básicamente, es un teclado imprimiendo una atmósfera oscura y calmada, y sirviendo de introducción para “Bend the Clock”, una preciosa balada de 7 minutos con toques de power ballad de los 90. Aquí podemos disfrutar del mejor LaBrie imprimiéndole un tono cálido y suave a la voz. A mi, esta balada me ha llevado de vuelta a las más emotivas de Metropolis Pt. 2, y tiene esas partes melódicas que tanto me cuesta describir, pero que tienen el sonido inconfundible de un Dream Theater con Portnoy. Es difícil definirlo, es como si tuviera un alma muy característica.

 

Y si no tenías suficiente con canciones de 8, 9 y 11 minutos, llegamos a la pista final. Se trata de “The Shadow Man Incident”, una auténtica suite de casi 20 minutos que es pura magia, y lo tiene todo para convertirse en un nuevo clásico de la banda. Empieza con una caja de música, que te lleva a una introducción de guitarra que a los dos minutos se convierte en una especie de introducción muy cinematográfica. Es una composición de varios movimientos en los que habla sobre enfrentarse a tus miedos más profundos, y te vas encontrar desde secciones tranquilas hasta crescendos muy intensos. Es como si Dream Theater pusiera toda la carne en el asador, como si quisieran hacer el más difícil todavía. Tras un amplio y variado pasaje musical, se detiene y suaviza hasta recordar al «Comfortably Numb» de Pink Floyd. Y es en ese momento, pasados los 4 minutos y medio, cuando empezamos a escuchar la suave voz de LaBrie. Esta es una parte muy melódica que va ganando en intensidad y dramatismo, hasta que volvemos a otro crescendo más rápido y enérgico, para luego volver a un estribillo más cinematográfico. Después, nos perdemos en un pasaje instrumental liderado por los teclados de Jordan Rudess. Varios minutos de música después, llegamos a un momento de conclusión donde además de la voz destaca nuevamente Petrucci. Es un corte muy largo, pero muy redondo y absolutamente magnífico.

 

Y es con esta conclusión con la que termina «Parasomnia», y a la que te das cuenta tienes la piel de gallina aunque sea la séptima vez que lo escuchas. Con esto, ya solo me ha quedado ponerme a escribir para deciros que sí, que Dream Theater ha vuelto en plena forma, y que este es un auténtico discazo del que todos vamos a disfrutar. Posiblemente será uno de los discos del año, y ya estoy deseando poder verlos defender varias de sus canciones en el Z! Live.


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