Discharge: un clásico del punk que sigue sacudiendo escenarios

Discharge + Avern + Nafra

8 de noviembre de 2024 – Estraperlo – Badalona

HFMN Crew

Crónica: Markcerök

Fotos: Markcerök

 

Nafra

Los encargados de abrir el festín de hardcore y punk y de desatar una tormenta sonora fueron los catalanes Nafra. Esta banda, que ha conquistado el corazón de muchos con su crudo y directo punk, ofreció un setlist que recorre su discografía, con temas que van desde himnos como “Som i serem”, que invitan a la unidad y a la lucha, hasta canciones más introspectivas como “Sistema sense sortida”, en las que exploran la sensación de estar atrapado en un sistema opresivo.

 

En un giro inesperado, Nafra rindió homenaje a RIP, leyenda del punk vasco, interpretando “Crimen de Estado”, un clásico de denuncia directa y furiosa contra la opresión y la brutalidad de las instituciones. La sala explotó en un grito colectivo de indignación y rabia; las guitarras rugieron con una potencia que hizo vibrar cada rincón, y el público, encendido, coreó cada línea como si las palabras fuesen propias. La intensidad subió como una llama imposible de apagar, creando uno de los momentos más viscerales de la noche.

 

“Catalunya explota” marcó otro punto de inflexión en el concierto. La multitud, unida por un sentimiento de identidad y rebeldía, coreaba cada palabra, convirtiendo la sala en un hervidero de emociones. La tensión crecía con cada canción, alcanzando su punto máximo con “IV guerra mundial”, un tema que habla de la violencia y la destrucción, pero también de la resistencia.

 

El concierto culminó con un estallido de energía en “A mort”, un himno al punk y a la lucha. La bandera catalana ondeaba en el escenario, mientras el público coreaba al unísono. Fue un momento de celebración, unión y resistencia, un recordatorio del poder de la música para conectar y levantar a la gente en una sola voz.

 

Avern

Los siguientes en aparecer fueron Avern, los amos del metal stoner punk catalán, quienes irrumpieron en el escenario con la fuerza de un maremoto sónico. Su nuevo álbum, Hell on Earth, era la excusa perfecta para desatar una auténtica orgía de decibelios.

 

Desde el primer acorde de “Chaos Priestesses”, la sala se transformó en un infierno sonoro. La guitarra, con un sonido sucio y distorsionado, se entrelazaba con el bajo, creando una base rítmica sólida y contundente. La batería, precisa y demoledora, marcaba el compás de una música que invitaba a la destrucción, mientras las voces guturales, llenas de rabia y desesperación, completaban la ecuación perfecta para un concierto inolvidable.

 

A lo largo del espectáculo, la banda interpretó algunos de los temas más destacados de su nuevo álbum, como “Shadows of Filth”, que dejaron al público sin aliento. Cada canción era un viaje hacia las profundidades del alma, un lamento desgarrador y una celebración de la rabia.

 

La intensidad se mantuvo durante todo el concierto, con temas como “Golem” y “Under the Weight of Pesanta” que pusieron a prueba los límites físicos de la sala. El público, entregado por completo, respondía con un pogo frenético y una energía desbordante. Ya para el cierre, Avern dejó caer dos de sus mejores balas: “Hell on Earth” y “Savage Soul”, un descenso total a las profundidades del averno del metal.

 

La noche culminó con una interpretación épica de “Black Goddess”, un tema que resume a la perfección el sonido oscuro y contundente de Avern. La sala retumbaba con la fuerza de la música mientras el público despedía a la banda con una ovación ensordecedora. Avern no solo demostró su maestría musical, sino también su capacidad para conectar con el público, consolidándose como un número recurrente como teloneros de los grandes de la escena internacional.

 

 

Discharge

Discharge, creadores del estilo D-beat, han ejercido una influencia indiscutible en la escena musical, marcando a géneros como el hardcore y el metal. Su impacto es innegable, y bandas tan icónicas como Anthrax, Carpathian Forest, Napalm Death, Machine Head, Metallica y Sepultura, entre otras, les han rendido homenaje a través de covers. Aunque la banda ha experimentado numerosos cambios de formación, Tez Roberts y Cal Morris son considerados los vocalistas más emblemáticos. Desde 2014, Jeff “JJ” ocupa esta función, compartiendo además escenario en la banda Broken Bones junto a Anthony Roberts “Bones” y Terence Roberts “Tezz”.

 

La audiencia era variada: nerds, punks y veteranos del género se congregaron para ver a estas leyendas vivas del punk. Cuando se apagaron las luces y sonó el primer tema de la noche, “The Blood Runs Red”, quedó claro que el repertorio incluiría las canciones clásicas del enorme disco debut Hear Nothing See Nothing, Say Nothing de 1982. Desde el primer acorde, la sala se llenó de una mezcla de rabia, euforia y liberación que atrapó a la horda de punks, tanto de la vieja escuela como del otro lado del charco. Con “Fight Back”, el ambiente se tornó caótico; no había barreras que separaran a la banda del público, que abarrotaba la sala en Badalona, apretujados contra el escenario.

 

El actual vocalista, JJ Janiak, afincado ya desde hace una década, defiende a capa y espada el legado de Discharge. Temas como “The Nightmare Continues”, “A Look At Tomorrow” y “Drunk With Power” siguen siendo una patada en el trasero al sistema capitalista y feudal que impera en los gobiernos del mundo. Los hermanos Roberts, Bones y Tezz, junto a Royston Wainwright «Rainy», se mantienen como leyendas vivas. Lejos de ser músicos acabados, forman una máquina de riffs bien engrasada y transmiten una actitud desafiante y rebelde. La sección rítmica, a cargo de la nueva incorporación, Davis Caution en la batería, fue fundamental para el sonido: su solidez y precisión contribuyeron a la energía del concierto.

 

El sonido D-beat, caracterizado por riffs rápidos y repetitivos, una batería frenética y voces ásperas, inundó la sala desde el primer acorde. Los riffs de guitarra, como puñales certeros, se clavaban en el público, que se movía al unísono. La sección rítmica, sólida como una roca, proporcionaba la base perfecta para que un descamisado JJ Janiak desatara su voz, llena de rabia y energía. Temas como “Hell On Earth”, “Cries of Pain”, “Ain’t No Feeble Bastard”, “Protest and Survive” y “Hype Overload” fueron prueba de ello. Las continuas invasiones al escenario y los incesantes pogos con cuero, crestas y pinchos fueron la tónica de la noche. No hubo grandes producciones ni efectos especiales, solo una banda entregada al máximo y un público respondiendo con la misma intensidad.

 

 

Las letras de Discharge son verdades como puños. Canciones como “New World Order”, “Corpse Of Decadence”, “Hate Bomb” y “Never Again” abordan temas como la injusticia, la violencia y la opresión de forma directa y sin concesiones, generando una conexión emocional con el público a través de un mensaje claro de lucha, resistencia y esperanza.

 

Con “State Violence State Control”, “Realities of War” y “Accessories By Molotov” el público, ya exhausto, estallaba en un último “Olé olé olé”. Los asistentes coreaban las canciones, levantaban los puños y se entregaban por completo a la música, marcando el final del concierto. Los amplificadores rugían, la batería golpeaba con fuerza y las guitarras tejían una red de riffs agresivos que envolvían al público. Los bises, demoledores, incluyeron “War is Hell”, “You Deserve Me”, “The Possibilities of Life’s Destruction” y “Decontrol”, generando un caos controlado bajo una lluvia de vasos de cerveza, dientes menos y moretones.

 

Discharge demostró una vez más en Badalona que son una fuerza imparable en el mundo del punk. Su música, cargada de rabia y energía, sigue siendo tan relevante hoy como siempre; el legado de Discharge sigue vivo y coleando.

 

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