Coven – Destroys Minds & Reaps Souls: 55 años del primer disco satánico

Se cumplen exactamente 50 años de la publicación del disco que unió por vez primera satanismo con el rock. Destroys Minds and Reaps Souls nació cuando el verano del amor tocaba a su fin y en plena ebullición de la contracultura. Fue el verano en el que Woodstock se erigió como el más mítico de los festivales, pero también en diciembre acaeció el festival de Altamont y con él, el sueño de las flores y el amor tocó a su fin. Cienciología y sectas satánicas florecían y gente como los procesistas paseaban por las calles de San Francisco ataviados con túnicas y enormes perros pastores alsacianos, repartiendo revistas y panfletos revindicando la guerra y el asesinato.

 

Coven es el puente entre la música hippy influenciada por las drogas y el viaje astral de paz y amor con todo el caldo de cultivo de lo contracultural. En su día el grupo y el disco no tuvieron repercusión alguna, pero con el tiempo fue reivindicado por el atrevimiento y lo rompedor del mismo. Al otro lado del Atlántico Black Sabbath tomaron buenas notas de todo aquello para explosionar, bien empapados del concepto de Coven.

 

Un disco abiertamente satánico y ocultista, con el tiempo, tuvo una repercusión más allá de lo musical, hecho por lo cual fue retirado del mercado en su día. Es curioso ver el hecho de que la mayoría del disco fue escrito por James Vincent, alguien ajeno al grupo, pero que, animado por el productor Bill Traut, empezó a componer la gran mayoría del material. Traut Le vino con montones de libros esotéricos para leer, y Vincent, que en el disco figura como Jim Donlinger, escribió a pesar de considerar el proyecto algo bizarro.

 

Cantos a Satanás con rock hippie y psicodelia

El inicio del disco es brillante con un “Black Sabbath” estelar, posiblemente lo mejor de la obra. Jinx demuestra su chorro de voz y es palpable el aura hippy, aunque, si te fijas, está todo barnizado en oscuridad hasta que confirmas todas tus sospechas en el pasaje fantasmal con voces dobladas. Hay solo de guitarra y la producción premia especialmente el bajo de Oz Osborne. La línea vocal de “White Witch of Rose Hall” es bellísima y es capaz de mostrar a una Jinx en su plenitud vocal, también deja patente que las tareas de composición de Jim Donlinger (guitarra y coros) eran rotundas.

 

La canción está basada en la leyenda de Annie Palmer). Atención a las extrañas percusiones más allá de la batería de Steve Ross. “Coven in Charing Cross” ya posee el tratamiento de misa negra combinando pasajes cercanos al pop lisérgico con cantos recreando un Sabbath. De aquí King Diamond pudo sacar mucho material para Abigail. En las letras encontramos (quizá por vez primera) pasajes como: “hicieron una orgía frenética” o “bebió la sangre de un joven bebé”.

 

En “For Unlawful Carnal Knowledge” ya encontramos el primer tema compuesto íntegramente por todo el grupo con DonlingerVincent cantando a la par con Jinx. Corte dominado por el teclado y el percutiente bajo de Osbourne. “Pact with Lucifer” es abiertamente pop, pudiéndote recordar perfectamente a grupos como Jefferson Airplane. En “Choke, Thirst, Die” hay uno de los solos más conseguidos del disco combinado con la voz de Jinx en otro buen ejemplo de composición muy 60, siempre dominada por el bajo.

 

“Wicked Woman” es un título habitual en el rock ocultista y nos habla de una mujer fatal. Sinceramente, no hay nada más satánico que el feminismo si te pones a pensar… “Dignitaries of Hell” posee un aura feliz a pesar de que recopila una amplia lista de demonios y te cuenta que “las hordas del diablo están vivas”.

 

¿La primera misa negra grabada de la historia?

Pero lo más recordado de este disco es la supuesta grabación de una misa satánica completa: “Satanic Mass”. Hay personajes, cánticos y todo lo que uno espera de un Sabbath en más de 13 minutos de duración. Es quizá demasiado obvio todo, pero teniendo en cuenta que en las calles de San Francisco las sectas satánicas estaban en su apogeo, es probable que se acerque bastante a lo que podían hacer los procesistas o la Iglesia de satanás. Campanas de inicio, pasos, narración solemne e incluso el rumor de fritura habitual de los LPs antiguos y gastados.

 

Proto hard rockprogresivopsicodelia y viaje ácido en la coctelera, todo aliñado con satanismo supuestamente real. Jinx te dirá absolutamente que sí, que era auténtico, pero ya vemos que una pieza tan importante en este disco como fue Donlinger no había experimentado con el ocultismo hasta ese disco. Los asesinatos de la familia Manson fueron posteriores a la edición del disco, hecho por el cual fueron acusados por la prensa de instigadores por haber sacado a la luz un disco de esas características. 

 

Cuernos y cruces invertidas por vez primera

No nos puede pasar desapercibida la carátula y el artwork del disco. La mítica portada rezuma ocultismo, con llamas y calaveras, pero las fotos interiores no tienen precio. Por vez primera aparece el símbolo de los cuernos y las cruces invertidas. El juego de rojos y negro son precisamente los colores que vestía la secta de “El proceso”. La foto de la misa negra con Jinx desnuda como altar, antorchas y una horda con haciendo cuernos, es impagable.

 

El satanismo (el que se desprende de la imagen más medieval) sencillamente se ha burlado siempre del cristianismo y hace una caricatura de toda la ritualística cristiana. Poner el cuerpo de una mujer desnuda como altar es poner como lo más sagrado lo más prohibido por la Iglesia: la mujer. Y van más allá, la desnudan.

 

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