81/100
25 de abril de 2025
InsideOutMusic
Neal Morse, uno de los grandes popes del rock progresivo contemporáneo, faro y aglutinador de proyectos y colaboradores de gran entidad, realiza su enésimo proyecto musical acompañado por todo un Chester Thompson (Genesis) a la batería. El grupo queda bautizado como Cosmic Cathedral y las otras cuerdas para el arco son Phil Keaggy a la guitarra y Byron House a las cuatro cuerdas. Excepcionales músicos que ya habían tocado juntos y que se ponen al mando del maestro. Porque el disco es muy Morse… Eso lo notas ya desde la primera canción, en letras y en composición.
Cuando empieza la extensa “The Heart of Life” ya sabes que vas a disfrutar, y que por letras y música, allí está en cuerpo y alma el gran Neal Morse. Excelente entrada de teclado con todos los instrumentos sonando pulcros y sofisticados hasta que Morse entra a cantar. Espectacular el bajo de Byron House e intrincados momentos que nos acercan a un estribillo muy bonito y espiritual. Rock progresivo de inmaculada factura y de tono optimista repuntado por un estribillo ganador y arreglos positivistas de teclado. “Time to Fly” puede ser algo más densa de inicio, pero es un medio tiempo con coros angelicales y arreglos de teclado que imitan vientos. Las voces están trabajadas al milímetro, al igual que la guitarra de Phil Keaggy, que solea acompañando un groove precioso. Y obviamente meten un saxo dándole un plus a todo.
Personalmente considero que el “temazo” del disco no es otro que “I Won’t Make It”. Una balada especialmente intensa, repleta de sensibilidad y orquestaciones de apoyo sutiles y de etiqueta. Gran letra con un inmenso Morse a las voces. El teclado del maestro conduce la tonada con maestría y los sentimientos quedan a flor de piel, con violín incluido. Y el prog más clásico y de etiqueta asoma en el inicio de “Walking in Daylight”. Generoso tramos instrumentales con teclados añejos, mucha evocación y un riff base muy 70ero con el que Chester Thompson responde a las mil maravillas. Su técnica y detallitos parecen simples, pero son de altas capacidades.
“Deep Water Suite intro” se empieza con voces robóticas y electricidad instrumental destinada a que la gente del grupo destape el tarro de las esencias y juegue solear. Esto nos lleva hasta el “Launch Out – Part One” en la que las guitarras más metaleras del disco florecen junto a unos coros rimbombantes. Temazo puramente Neal Morse con ese extra de dureza de la guitarra de Keaggy. Casi que podría llegarnos a recordar a los Transatlantic que tanto echaremos de menos a partir de ya. Y hablando de esa banda de cinco genios, toca pararse y aplaudir lo que consiguen en “Nightmare in Paradise”, pues es una composición monumental con un Morse expresivo, con un coro de voces y con muchísima potencia y melodía. Digamos que es justo lo que esperamos de Neal Morse.
En “Fires of the Sunrise” hay mucha delicadeza acústica, con muchos coros en la que tiran de solemnidad y hablan del océano inabarcable. Se busca el contraste con la proggie y eléctrica “Storm Surface”. Todo reposa sobre el bajo hipnótico de Byron House para casi tres minutos serpenteantes de pieza instrumental en la que la protagonista absoluta es la guitarra de Phil Keaggy. Hay hacia el tramo final dos tramos más del “Launch Out”, muy corales, con mucho protagonismo vocal y que sirven para dar cohesión al disco y para lucir técnica.
Tremendamente cadenciosa y adictiva es “New Revelation”, con instrumentos jugando a pregunta-respuesta y con un groove bailable muy cantable. Hay cambio de turno en las voces principales y te deja esa sensación de felicidad total. De verdad que se nota que han disfrutado creando esta obra. Y la pieza final que cierra el disco es una de esas composiciones barrocas y excesivas con las que Morse suele gustar de cerrar. Tiene un cierto aire a los Styx más míticos y suena a baladón emotivo de esos en los que en los 70 y 80 la gente prendía el mechero y cantaba. Colofón perfecto a un disco trabajadísimo y bello.
Deep Water de Cosmic Cathedral es un producto 100% Neal Morse. Puede cambiar la gente, puede haber músicos nuevos, pero la capacidad, trabajo y liderazgo de este vocalista y teclista es algo arrollador. Ha compuesto la mayoría de la música y de las letras mientras los musicazos que lo acompañan se dan un festín técnico en el que reman todos hacia una dirección y trabajan para las canciones. Muchas lucen especialmente, pero obviamente, cuando no paras de sacar proyectos y discos, todo puede hacerse algo previsible. Eso no quita que estemos ante un disco imprescindible de escuchar para todo fan del progresivo. ¡Y aquí está Chester Thompson!

Licenciado en INEF y Humanidades, redactor en Popular 1, miembro fundador de TheMetalCircus y exredactor en webs y revistas como Metal Hammer, Batería Total, Guitarra Total y Science of Noise. Escribió el libro «Shock Rock: Sexo, violencia y teatro». Coleccionista de discos, películas y libros. Abierto de mente hacia la música y todas sus formas, pero con especial predilección por todas las ramas del rock. Disfruto también con el mero hecho de escribir.
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