Dynazty consolida su aspiración a la realeza del hard rock en Barcelona

Dynazty + Kilmara

8 de octubre de 2025

Sala Wolf – Barcelona

Organiza: Z Live!

Redactor: Jordi Tàrrega

Fotos: Carlos Martínez

Y Dynazty aterrizaron en la barcelonesa sala Wolf en una noche especialmente complicada, porque había hasta tres conciertos importantes para todo fan de heavy metal que se precie. Lordi estaban al lado, tocando en la Razz, Eivor también en Barcelona, y los suecos hard rockeros, en la sala lobuna. Y no fue llenazo, la verdad, pero hubo una muy buena entrada, similar a la de High Spirits. Los suecos llevan muchos años picando piedra y Nils Molin es un cantante excepcional, que cada vez se empapa más del hard rock AORóbic de bandas como Amaranthe (en la que también está de vocalista), Beast in Black e incluso Alestorm.

 

 

Kilmara juega en casa y gana (como siempre)

Abrieron fuego nuestros amigos de Kilmara con el hándicap que su vocalista Dani Ponce no podía estar esa noche, pero con un gran sustituto como es Héctor Llauradó y con la banda enchufada, dichosa por presentar su nueva obra Journey to the Sun, y con el tema que da nombre al disco empezaron. Intro ampulosa, campanas y un sonido algo bajo. El quinteto iba uniformado con la estética retro de videojuegos y con el vocalista luciendo gafas de sol. El bajista Dídac Pla lo presentó y atacaron “My Haven” con clase y toques tecnológicos. Hay muchos puntos de Masterplan en su música y los solazos del jefazo John Kilmara Portillo destacaron especialmente.

 

Continuaron con “Power of the Mind” de su nueva obra, aunque hubo algún fallo técnico a la hora de empezarla. Realmente la gente les tiene mucha estima y la sala respondió con creces ante su directo. Muy bien todos en la power metalera “Wildfire” destacando la velocísima batería de Neil Gomez. Aquí Héctor se marcó un agudo tremendo, y eso que el chico se ha aprendido los temas en apenas dos semanas. “Disciples” les sirvió para homenajear a sus influencias con la triste, pero cierta frase de: “algunos ya no están”. Y buen cierre con “Chances”, tema muy melódico y con un gran solo. Cumplieron nuestros Kilmara con creces a pesar del hándicap de no contar con su vocalista titular.

 

 

Dynazty quieren crecer…

He podido ver a Dynazty varias veces en shows de festival y la verdad es que siempre muy bien. Y el problema que tiene el grupo es que hay pocas diferencias entre lo que hacen en un festival y lo que te ofrecen en sala, algo que ya les pasaba a Airbourne, por poner un ejemplo. Concierto dinámico y entretenido con el quinteto que se subía a unas pequeñas plataformas y haciendo sonar el “In the Arms of a Devil”. Puro hard rock con tiempos muy marcados, sonido pulcro y solazos por parte de Rob Love Magnusson. Nils canta como los ángeles y “Game of Faces” evidenció que su nuevo trabajo es muy potente, con ritmos más maquinales y efectos. Incluso la gente botó.

 

Llevaban un telón trasero con su logo y el maestro de ceremonias presentó “Natural Born Killer”, con el bajo de Jonathan Olsson comandando la nave. Sabores de oriente y pura elegancia vocal, para luego tirar de base rítmica en la potentísima “Waterfall”, tirando de hímnica. El grupo llevaba un look muy metálico con muchas tachas y con el negro dominante en las indumentarias. En ese momento tuve la sensación de que Dynazty queda en una tierra de nadie entre Amaranthe y Eclipse, cosa que les hace especiales. Luego vino un tramo instrumental de tres temas que termina con el “Highway Star”, y atención, porque hay momentos que la “línea vocal” recae en el bajo.

 

 

Luces rojas y con el baterista Geroge Egg tomando los teclados para un set acústico muy bien llevado, que empieza con “My Darkest Hour”, continua con Power of Will” y termina con “Yours”. Gran momento vocal para Molin, respaldado por acústicas y con la gente haciendo el parabrisas con los brazos bajo el amarillo de las luces. El “Call of the Night” estaba claro que caía sí o sí… espectacular temazo de su nueva obra para alegría de los presentes. Toca decir que había gente muy joven entre el público, que se entregó en ese medio tiempo que es “Firesign”. Quizá era innecesario el solo de batería, pero tampoco nos quejaremos, y más cuando lo visten de juegos de luces.

 

Terminarían el set inicial con “Presence of Mind”, una de las infaltables en sus directos, que vino acompañada de chorrazos de humo. Tema de pátina moderna con ese momento casi rapeado que les acerca a Amaranthe, y toca subrayar el espectacular solo de guitarra del tema. Y ya en los bises, empezaron con “The Human Paradox”, que es el tema más tocado en la historia de Dynazty para luego apostar por “Devilry of Ecstasy”, uno de los grandes momentos de su nueva obra. Pero si hay un tema que enamoró especialmente… ese fue “Heartless Madness”. Es el corte más Alestorm de todo su repertorio, pero es infecciosa, lucida y pegadiza. Llevo toda la semana con el tema en mi cabeza.

 

 

Quizá el hecho de alargar el último tema hasta el hartazgo no sea lo que más me apasione, pero el corte da mucho juego y te deja claro que Dynazty es una banda especial. Abusaron del alargue, no al nivel de The Hives, pero podían haberse marcado un par de temas más. Pues si de algo puede presumir este quinteto es de canciones buenas. El caso es que fue mi primera ocasión con Nils Molin en sala, y tampoco veo grandes diferencias en lo que ofrecen en un directo de festival. Pero el grupo tiene los objetivos claros y tienen entre ceja y ceja lo de ir creciendo, ofreciendo lo que de ellos se les espera. Nils Molin es uno de los grandes vocalistas del momento y poder ver a Kilmara y Dynazty una noche de miércoles en tu ciudad es algo que nos encanta.

 


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