Cine Rockero: “Elvis” (por Vikthor Melkhor)

Director: Baz Luhrman

Productor: Warner Bros.

Año: 2022

Desde “Bohemian Rhapsody” parece que hemos ganado un género que nos ha dado bastantes buenas películas los últimos años. El biopic musical.

 

No es un género nuevo, pero si miras hacia atrás, aparte de The Doors o Walk the Line, cuesta recordar un filme de cierta notoriedad cuyos protagonistas sean intérpretes musicales reales. Éste es un género que solía darse en forma de documental, que espero que siga dándose de esa forma, pero, es algo muy acertado que se pase también al formato cinematográfico en versión película, sin voz en off, entrevista e imágenes de archivo, pero las películas aportan un dinamismo diferente.

 

Como fan de Elvis esperaba la película con ilusión, pues pese a conocer bastante bien su historia, siempre es agradable que hagan un film sobre uno de tus artistas favoritos, aunque tengas cierto miedo de que no acabe siendo un churro. Por suerte, y siempre bajo mi punto de vista, para nada es el caso de este Elvis.

 

Ya desde un inicio, con solo aparecer el logo de la Warner, te das cuenta de que estamos ante un producto muy trabajado, pues el logo aparece decorado con la pedrería típica de los trajes de la icónica época de Elvis en las Vegas, y es que en lo visual Baz Luhrman (“El Gran Gatsby”, “Mouline Rouge”) es altamente cuidadoso.

 

Entrando ya en materia, me gusta mucho el inicio, la ambientación de Misisipi y el mundo en el que creció Elvis y de lo que mamó. Su primera influencia, la música negra, el góspel, que le marco ya de joven, su amistad con B.B. King y la recreación de Beale Street de Memphis. Esto refuerza la imagen de un Elvis más social de lo que creemos, al igual que una proximidad hacia la comunidad negra, no muy conocida, y es que es indudable la influencia de la música negra en el rey del Rock.

 

De hecho, existe el mito de la frase “el día que encuentres a un blanco que cante como un negro, te harás millonario” atribuida a Sam Phillips, fundador de Sun Records y el primero en gravar a Elvis. Sea como fuere, quien se hizo millonario fue el Coronel Parker, al que da vida un irreconocible Tom Hanks, quien aparece ya en escena en los primeros compases (de hecho es el narrador de la película) y quien, como muestra el filme, acabaría adueñándose de la vida de Elvis.

 

La película recrea momentos muy conocidos en la vida de Elvis, el especial retorno en la navidad del 68, el Aloha from Hawai del 73 (primera retransmisión vía satélite de la historia) y otros momentos no tan sabidos, sobre todo, nos da a conocer detalles más desconocidos como el por qué fue desterrado a hacer el servicio militar a Alemania y por qué nunca giró fuera de Estados Unidos, puntos que me sorprendieron bastante.

 

Una de las cosas que más me gusta de la cinta es la muestra y el enfoque de un Elvis más humano y más social, una vertiente que nunca ha estado muy presente en la imagen del artista pero que sí se muestra esta película.

 

Austin Butler (“Dune pt. II”, “Érase una vez en Hollywood”) hace una interpretación descomunal (fue nominado a los Óscar y ganó el Bafta), aparte de clavar físicamente a Elvis (sobre todo en la época más joven), se mueve y habla como él, y lo más importante, muchas canciones las interpreta él mismo (las de los años 50/60, en las de Las Vegas mezclan su voz con la original de Elvis), no en vano, se dice que el actor estuvo más de un año estudiando y preparando su voz para asemejarla a la del Rey, incluso mientras duró el rodaje, hablaba con el acento de Elvis durante todas las horas del día.

 

En fin, un gran espectáculo musical y visual, y un gran biopic que te descubre a un Elvis más cercano a la gente, más humano y menos divino. Al final la película te deja esa sensación irrefrenable de preguntarte, ¿qué hubiera sido de Elvis si hubiera podido librarse de las garras del Coronel Parker?, por desgracia nunca lo sabremos.

 

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