Comentamos la BSO de Stranger Things

1. Master of Puppets – Marc F

¿Es que a estas alturas queda aún algo que decir de “Master of Puppets”? Si bien la canción gozó de un resurgimiento en su popularidad con su estelar aparición en Stranger Things, no creo que sorprenda a nadie si señalo que es uno de los temas más emblemáticos del heavy metal como género, si no el que más; una de esas canciones que atesoran el extraño honor de poner de acuerdo a todos los metaleros.

 

Con una extensión de ocho minutos y medio, es un corte que a priori podría parecer inaccesible, al menos mucho más que cortes más radiofónicos como “Enter Sandman” o “Nothing Else Matters”, pero lo cierto es que es de esas canciones que tienen un poco para todo el mundo. ¿Estribillo pegadizo? Check. ¿Una sección lenta embriagadora? Check. ¿Solos memorables? Check. Lo dicho, poner de acuerdo a una comunidad musical famosa por darse de cabezazos entre sí es un mérito muy muy poco común.

 

Porqué si, puede que Metallica sean el Justin Bieber del metal, que hayan hecho cosas raras en su extensa carrera y que se cortaran el pelo en los ‘90, y si, odiarlos por ser demasiado comerciales es una parte necesaria en el ciclo vital de todo metalero, pero no nos engañemos; “Master of Puppets” es todo un himno. Puede que Stranger Things la devolviera al mainstream, pero para el metalero promedio es y será siempre un amigo de confianza.

 

2. Africa

“Africa” de Toto es presentada como una de las canciones más perfectas y trascendentes de la historia del pop-rock. Según David Paich, sigue siendo fundamental porque en directo genera una comunión mágica con el público, renovándose noche tras noche. Compuesta por Paich junto al baterista Jeff Porcaro, la canción cerraba Toto IV (1982), el disco más exitoso de la banda, aunque inicialmente el grupo no confiaba en ella y apostaba más por “Rosanna”. Paradójicamente, fue la discográfica la que detectó su enorme potencial.

Musicalmente, “Africa” nació con rapidez, impulsada por un nuevo teclado y una experimentación libre sin claqueta, incorporando percusiones y arreglos poco convencionales. Vocalmente, destaca la combinación de voces entre Paich y Bobby Kimball, reflejo del altísimo nivel de la banda. La letra surge del amor idealizado de Paich por África, influido por documentales, relatos de misioneros y referencias geográficas como el Kilimanjaro o el Serengeti, con una visión ingenua pero efectiva.

El videoclip, dirigido por Steve Barron, es descrito como una obra cuidada y simbólica, con una narrativa casi mítica ambientada en una biblioteca, fuego, máscaras y referencias africanas. Con el tiempo, “Africa” se convirtió en un fenómeno global, revitalizado incluso por versiones como la de Weezer, consolidándose como una canción eterna y el cierre emblemático de los conciertos de Toto.

3. Every Breath You Take de The Police

“Every Breath You Take”, lanzada en 1983 por The Police, es probablemente uno de los temas más reconocibles de los años 80. Musicalmente, es elegante y minimalista: la guitarra arpegiada de Andy Summers, el bajo de Sting y la batería de Stewart Copeland crean un ritmo casi hipnótico que acompaña perfectamente la voz contenida y directa de Sting. Su melodía dulce y pegadiza hace que, a primera escucha, la percibamos como la balada romántica que se merece ser.

 

Pero los policías tenían intención de esconder un trasfondo mucho más oscuro. Sting escribió la canción durante un momento difícil de su vida personal, y habla de obsesión y control, no de amor romántico. Frases como “Every breath you take, every move you make, I’ll be watching you” tienen un tono casi de vigilancia constante, lo que ha llevado a interpretaciones que la ven más como una canción sobre celos o incluso acecho que sobre romance.

 

Esta canción ha traspasado fronteras y generaciones y es que su poder radica en esa mezcla de belleza melódica y tensión emocional: te hace cantar con dulzura mientras, al mismo tiempo, te provoca un escalofrío por lo subliminal.

4. Rock You Like a Hurricane

“Rock You Like a Hurricane” es una de las canciones más emblemáticas de Scorpions y un símbolo del hard rock de los años 80. Fue publicada en 1984 dentro del álbum Love at First Sting, un disco clave que consolidó definitivamente a la banda alemana en el mercado internacional, especialmente en Estados Unidos.

 

El contexto histórico es fundamental: a comienzos de los 80, el hard rock y el heavy metal vivían una explosión comercial gracias a MTV y a una producción más directa y potente. Scorpions supieron adaptarse a ese momento con un sonido más agresivo, estribillos memorables y una imagen muy acorde a la época. La canción, escrita por Klaus Meine, Rudolf Schenker y Hermann Rarebell, destaca por su icónico riff inicial y una letra cargada de energía y sensualidad.

 

“Rock You Like a Hurricane” se convirtió en un himno atemporal, habitual en estadios, eventos deportivos y conciertos, y representa a la perfección el espíritu hedonista y arrollador del rock de aquella década.

5. Should I Stay or Should I Go – Jordi

Es curioso que este himno atemporal de The Clash no explotara ya desde el inicio, pero no sucedió así. La gracia es que años más tarde, en los 90, la canción sería seleccionada para anuncios de bebidas y de pantalones, y claro, volvieron los ingleses a las listas de éxitos y de ventas. Es de esas canciones que escuchas una vez y te quedan, de riff inmortal y que invita a la fiesta y al pogo. La cantó Mick Jones y no Joe Strummer y le añadieron esas míticas frases en castellano.

 

En la serie la canción es la conexión y ancla temporal que evoca a tiempos mejores y que es clave en la conexión de los hermanos de la serie. No es nada casual que aparezca en diferentes temporadas, pues ya la han elevado a símbolo como pasó con todas las piezas musicales que aparecen. Se nota que los directores y creadores vivieron los 80 de niños y piensan en composiciones que a ellos/as “les salvarían la vida”. Y sí… el “Should I Stay or Should I Go” puede salvártela.

6. Pass the Dutchie

“Pass the Dutchie” de los icónicos Musical Youth, vio la luz en 1982, y es una mezcla reggae con pop que se convirtió en un éxito global. Musical Youth era un grupo juvenil de Birmingham, Reino Unido, formado por adolescentes hijos de músicos jamaicanos, lo que le dio autenticidad caribeña y frescura comercial.

 

La canción se basa en “Pass the Kouchie” de Mighty Diamonds, pero adapta su letra: elimina referencias explícitas a la marihuana (“kouchie”) y las sustituye por una metáfora más aceptable (“dutchie”, una olla para compartir comida). Así, el tema habla de comunidad, compartir y supervivencia, con alusiones a la pobreza urbana y la vida cotidiana en barrios obreros.

 

Ganó tanto popularidad porque logró llevar el reggae al gran público sin perder identidad, alcanzó el número uno en varios países y se convirtió en un himno generacional. Su ritmo contagioso, voces juveniles y mensaje accesible la hicieron perdurar como clásico de los años 80.

 

7. Detroit Rock City – Marc F

El catálogo de KISS contiene algunos de los clásicos más celebrados y reconocibles ya no solo del rock, sino de la historia de la música. Hasta a tu tía Dolores le encanta ponerse a bailotear en cuánto suenan las melodías disco de “I Was Made For Loving You”, puede que incluso con la energía fiestera de “Rock and Roll All Nite”, cuyo estribillo es más fácil de recordar que la receta de los cereales.

 

Por ello no es extraño que todo un temazo como “Detroit Rock City” sea fácilmente relegado a un segundo plano, pero lo lógico no lo hace menos injusto. Es un tema que pide todo lo que KISS da en directo: pirotecnia, espectáculo y desparpajo. Tiene esa energía arrolladora que vendría a definir el rock and roll en décadas venideras, esa misma a la que los propios KISS darían la espalda para experimentar o en pos de fórmulas más radiofónicas.

 

En lo personal, siempre me ha parecido que tiene un poco de lo que hizo grandes a las mejores bandas de su época. Tiene un riff memorable digno de los AC/DC de su época dorada, una energía fiestera reminiscente de Van Halen, así como un juego de melodías de guitarras en su clímax más propio de Iron Maiden, liderado por el añorado Ace Frehley. Así pues, si empiezas a escuchar a KISS, no te quedes en lo superficial, porqué probablemente “Detroit Rock City” sea su mejor tema (al menos es mi favorito).

 

8. Running Up That Hill – Kate Bush – Pere

«Running up that Hill» no es solamente el primer sencillo de Hounds of Love, el disco más conocido de Kate Bush, sino también su mayor éxito comercial. Disfrutamos de una Kate con pleno control y madurez musical, escritora y productora a diferencia de sus primeros lanzamientos. Tras aparecer en la cuarta temporada de Stranger Things.

 

Logró batir tres Record Guinness: la canción que más ha tardado en alcanzar el número 1 de las listas británicas; artista femenina de mayor edad en la cima y la brecha más larga entre dos números uno de los Chart oficiales, tras su igualmente icónica «Wuthering Heights» en 1978. Según su autora, su letra nos habla de una pareja intercambiándose de lugar con la otra persona, para entender su perspectiva, en especial en el amor.

9. Never Ending Story de Giorgio Moroder

Para mí, “The NeverEnding Story” siempre ha sido más que una canción pop con arreglos electrónicos; su épica composición me recuerda al heavy metal más dramático, al estilo de Ultravox y su tema “Hymn”. Aunque es netamente pop, sus letras y estructura la han llevado a inspirar a numerosos grupos metaleros.

 

Cuando la escucho, me transporta directamente al mundo de fantasía de la película, con Bastian como héroe inesperado, y a todos esos temas de la infancia, como los sueños que se hacen realidad o el bullying, algo que también encontrábamos en series y películas de los 80 como Stranger Things o Los Goonies. Esa mezcla de esperanza, melancolía y un estribillo inolvidable me hacía sentir que volaba sobre el dragón junto al protagonista.

 

Recuerdo que trabajé en esta canción durante años, y fue llevar a mi hijo al musical en Barcelona lo que finalmente me motivó a terminarla. Recomiendo la película, el libro y el musical, que aunque agregan elementos distintos a lo que escribió Michael Ende, siguen llenos de magia: faunos, caballos que hablan, la emperatriz infantil… Imposible no emocionarse recordando aquellos tiempos. Y, por supuesto, no puedo dejar de mencionar “Ivory Tower” de Giorgio Moroder, un tema que, como él, nos hizo soñar a todos en el cine.

10. Separate Ways de Journey

A veces, hay canciones que aparecen en nuestra vida y, por nuestro estado de ánimo o circunstancias, se quedan resonando en bucle en la cabeza. Eso me ha pasado últimamente con esta canción: siempre me pareció especial, pero en estos días ha adquirido un significado mucho más profundo. Me ha hecho soltar alguna lágrima, pero también me ha dado fuerza y empoderamiento en ciertos momentos.

Me llena de nostalgia y, al mismo tiempo, de preguntas sin respuestas. Esa mezcla de melancolía y determinación es exactamente lo que la banda quería transmitir. La canción habla de la tensión que surge cuando dos personas siguen caminos distintos, pero aún mantienen un vínculo emocional muy fuerte.

Al escucharla, me doy cuenta de que, al final, todos compartimos experiencias muy similares. Nunca estamos realmente solos en ese mar de emociones que a veces nos abruma; puede doler tanto que parece infinito, pero con el tiempo todo pasa, todo se cura y todo se ve desde otra perspectiva.

No sé si la banda tenía a alguien en particular en mente al componerla, pero lograron capturar un sentimiento universal y atemporal, capaz de conectar con cualquiera, sin importar la edad o la época. Para mí, es uno de los grandes temas de los años 80, con un poder increíble para erizar la piel y despertar la melancolía.

11. Fernando – Jordi

Qué maravilla de tema… Y eso que no es de las canciones que más me gustan o que más me lleguen de ABBA, pero es que es el ejemplo palmario de que esta gente estaba tocada por una varita mágica. Los responsables de la música en Stranger Things saben a lo que juegan y saben crear esos momentos cinematográficos en los que la imagen y la música maridan de una forma sublime. Y en eso se basa la serie más allá del argumento. Saben de sobras que el poder crear esos llamados momentos cinematográficos, por los que todo director daría su alma llegan a mucha más gente…

 

Y al tratarse de una serie, parece menos, pero sigue siendo más. Servidor fue uno de esos niños a los que ABBA sonaban cada semana en casa, y por mucho que tengan esa pátina de petardeo, en la gestión de melodías son reyes absolutos. Aquí lo que brillan son los juegos de volumen y los arreglos maravillosos en un tema que tiene un fondo belicista que dista un poco de la versión en española y la inglesa. Me servía de nana, pero puede ser un canto de rebelión perfectamente. Actualmente eso depende de Putin.

12. Who Wants to Live Forever

Sobran o faltan las palabras para mencionar a LA CANCIÓN “Who Wants to Live Forever”. balada emblemática de Queen, escrita principalmente por Brian May y que se publicó en 1986 en el álbum A Kind of Magic.

 

La letra reflexiona sobre la fugacidad de la vida, el amor y la inevitabilidad de la muerte, planteando una pregunta existencial: ¿qué sentido tiene vivir para siempre si las personas que amas no pueden hacerlo? La interpretación de Freddie Mercury transmite una profunda melancolía y vulnerabilidad, lo que refuerza su carga emocional.

 

Es tan famosa porque conecta con miedos y deseos universales, combina una orquestación poderosa con sensibilidad rock y quedó asociada tanto al impacto cultural de Highlander como a la figura de Mercury, especialmente tras su muerte. Hoy es considerada una de las baladas más conmovedoras del rock.

13. Rockin’ Robin

“Rockin’ Robin” es una canción alegre y pegadiza interpretada originalmente por Bobby Day en 1958. Surgió en el contexto del rock and roll temprano, una época en la que la música juvenil comenzaba a dominar la cultura popular en Estados Unidos. La canción utiliza la imagen de un petirrojo cantando como metáfora de la alegría, la juventud y el ritmo, celebrando la música y el baile sin un mensaje complejo, pero con mucha energía positiva.

 

El tema volvió a ganar enorme popularidad en 1972 gracias a la versión de Michael Jackson, cuando aún era adolescente. Su interpretación fresca y carismática llevó la canción a nuevas generaciones y la consolidó como un clásico atemporal.

 

Es tan famosa porque combina una melodía contagiosa, letras sencillas y optimistas, y porque está asociada tanto al nacimiento del rock and roll como al temprano talento de Michael Jackson. Hoy sigue siendo un símbolo de diversión y nostalgia musical.


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