Angra + Witherfall + Madzilla
29 de octubre – Bóveda– Barcelona
Toplink Music + Dragon Productions
Crónica: Jordi Tàrrega
Fotos: Ruth Gómez
Supongo que todo el mundo se toma el “adiós” de Angra como un “hasta luego” y poco más. Kiko Loureiro no va a volver al grupo y Fabio Lione es un vocalista pluriempleado, así que han decidido sabiamente volver a hacer otra ronda de despedida y han visitado dos veces Barcelona en un año. El Bóveda no se llenó, pero hubo una muy buena entrada en la que los brasileños demostraron ser una banda muy especial. Muy posiblemente Lione ya se ha acoplado a la perfección, por lo que ya no podemos hablar de Angra con Lione y sí de “Angra” como tal. Su voz y actitud encaja en sobremanera con lo que es el grupo.
Madzilla cumple y entretiene
Desde Las Vegas vinieron los Madzilla, competente cuarteto con sonidos de power metal americano de los 80. Su vocalista nos contó que estudió en Barcelona años ha, por lo que su castellano fue muy fluido. No había mucha gente, pero el grupo supo demostrar su valía con composiciones de calado como “Your Enemy”. Se le notó su apego a la ciudad condal hasta el punto que hizo referencia al 0 a 4 del Barcelona frente al Madrid. El sonido estuvo un poco pasado de volumen, pero cumplieron con creces y nos regalaron una intensa “Destiny’s Eyes”. Cumplidores, entretenidos y muy metálicos.
El prog metal de Witherfall divide a la sala
El quinteto norteamericano Witherfall no tuvo la noche más lucida de todas a pesar de que hubo quien salió extasiado de la contienda. Les recordaba más contundentes y con menos agudos, pero quedó patente que el combo tiene tablas y que sus juegos de estilos dispares son muy especiales. Su teclista aportó unas segundas voces muy logradas y combinó el teclado con la guitarra en temas puntuales. En “Tempest” demostraron que su apuesta es el metal progresivo técnico, pero sería en “Moment of Silence” cuando desplegaron todo su poder. Impresionantes agudos de un Joseph Michael que fue de menos a más y la clase absoluta de un Jake Dreyer (Iced Earth), que es quien comanda la nave.
Se les notan las tablas e “Insidious” fue una canción muy oscura y agresiva con unos solos muy neoclásicos por parte de su guitarrista Dreyer. Un poco era todo un cajón de sastre de estilos y texturas que no terminaban de tener la homogeneidad requerida. Su bajista presentó a la banda, y luego, en “Nobody Sleeps Here…”, recordaron a los mejores Fates Warning. Tiraron de voces y agudos pregrabados en momentos puntuales y en “Ceremony of Fire” se agradecieron esos coros reales tan bien llevados. Terminaron con el vocalista en el teclado y el teclista cantando como solista, pero su material peca de inconexo y forzado. Habrá que darles unas cuantas más escuchas en disco, pues en directo quedé algo perdido entre todo…
Angra brillan a pesar de los problemas de sonido
Eso de empezar con tanto retraso no fue una buena señal, y de verdad que se hizo eterna la espera hasta que no empezó a sonar la intro de “Crossing”. Atención al inicio de Angra puesto que casi casi que estábamos en los bises: “Nothing to Say” y “Angels Cry”. Y como diría ese gran filósofo de los 90: En dos palabras: “Im-presionante”. Sonaba todo en su sitio y palpabas la dificultad y todos los detalles técnicos soberbios de una banda que funciona como un reloj. Fabio Lione está ya plenamente integrado, sobrado en los temas de Falaschi, ni llega a todos los agudos de Matos y espectacular en su material propio.
Los coros de un gran Rafael Bittencourt ayudaron a dar color y clase a las dos partes de “Tide of Changes” bajo luces amarillas. La verdad es que ambos temas, fundidos quedaron espectaculares y apuntan a ser clásicos en el repertorio de un grupo que necesita un descanso largo para reflexionar. Lione presentó “New Born Me” y nos invitó a que la cantásemos con él, pero cuando de verdad que arrasaron fue con la interpretación de un “Lisbon” muy sentido. La imprimen mucha más fuerza que en la versión original y los detallitos de Felipe Andreoli al bajo fueron excelsos. Cantó el Bóveda a pleno pulmón en ese recuerdo a Matos.
“Vida seca” fue uno de esos momentos en los que el folk de raíces sudamericanas toma su música, Bittencourt toca con la acústica y comparte protagonismo vocal con Fabio. Temas como este hacen que Angra sean únicos en su especie. Uno de los grandes momentos de la noche: “Time”, de su primer disco. Cuando Fabio dijo que tocarían un tema de Angel’s Cry la gente empezó a pedir el “Carry On”, y el italiano dijo: “¡Hay otros temas aparte de ‘Carry On’ en ese disco!”. Toca subrayar el altísimo nivel de Bruno Valverde tras los parches, pues es por él que el grupo suena “a Angra”.
“Rebirth” fue ortro momento impresionante con Rafael a la acústica otra vez y con toda la banda cantando en este medio tiempo tan evocador. Fue de lo mejor de la noche, y de largo. Y ya en “Morning Star” empezaron a petar los bafles y nos temimos que la cosa podría ir a más, como así fue. La voz de Fabio quedaba distorsionada, pero aquí se vio la grandeza de Angra: cuando otras bandas irían entre bastidores, Rafael y Fabio decidieron quedarse e improvisar un “Make Believe” que no estaba en el guion. A dúo y en acústico hasta que se subsanaron los problemas de sonido.
Se comieron un par de temas de los previstos, pero disfrutamos con “Ride into the Storm”, todo un himno y ese gran final en los bises que une el “Carry On” con el “Nova Era”, dos canciones fundamentales que siguen sonando a gloria sobre un escenario. Cerrada ovación y despedida a unos Angra que parece que necesitan una pausa para la reflexión. Se anuncia parón indefinido, pero dudo que pueda suponer un final. Lo bueno del caso es que pudimos verles dos veces seguidas en un año, todo un regalo para los fans.
Licenciado en INEF y Humanidades, redactor en Popular 1, miembro fundador de TheMetalCircus y exredactor en webs y revistas como Metal Hammer, Batería Total, Guitarra Total y Science of Noise. Escribió el libro «Shock Rock: Sexo, violencia y teatro». Coleccionista de discos, películas y libros. Abierto de mente hacia la música y todas sus formas, pero con especial predilección por todas las ramas del rock. Disfruto también con el mero hecho de escribir.