80/100
22 de noviembre de 2024
Frontiers Records
Los dos hermanos Van Zant “se reúnen” tras 20 años y editan un disco de especial carácter cristiano en el que dan rienda suelta a sus filias espirituales y su fe rebosante. Es un producto 100% americano, pero engancha desde el principio, por mucho que seas ateo recalcitrante. Johnny es el cantante de Lynyrd Skynyrd, Donnie ha sido el líder de 38 Special y su añorado hermano fue Ronnie Van Zant, el líder de los Skynyrd, fallecido en el fatídico accidente de avión.
Todo se inicia con un “Awesome God” que se te queda ya desde un buen inicio. Gran combinación de voces en un medio tiempo evocador, pero optimista y en el que hay ese feeling de devoción y respeto hacia el altísimo. Aquí es evocado hasta lo más alto y la batería de Shawn Fichter marca el camino sin estridencias. “Stand Up” entra con un dulce piano al que la guitarra acústica de Mark Matejka le da la mano. Las voces de los hermanos empastan de maravilla en una tonada feliz y melosa, directa, sin artificios y de esas que te ponen de buen humor en plena mañana.
“Warrior” es de alma más country y una letra explícita sobre el bien y el mal. Se ven los hermanos como guerreros de Jesús y se vanaglorian por ello. Bonita línea vocal repuntada por los coros femeninos. Hasta tres teclistas han participado en el disco dando mucho color con las teclas blancas y negras. Feeling y mucha clase en “There You Are”, con muchos juegos vocales y dejando que la voz de los hermanos brille hasta que explote en un estribillo muy conseguido. “Speaks His Name” cumple y destaca por esa original batería que rellena con fills en los versos. Aromas countries y sonando muy a himno americano.
“Why God Brought Me Here” es evocadora y casi lacrimógena. Años dorados en familia, esos tiempos felices en las letras y recuerdo al hermanísimo y a los padres de nuestros protagonistas. Escenas costumbristas musicadas con muy buen gusto y esos coros sutiles que todo lo elevan. “Praying” es otra vuelta más a la rueda. Repetición de esquemas en otro medio tiempo muy correcto y que esta vez ahonda en los errores del pasado. “It’s Up to You” complementa melosa y acústica un disco que, por momentos, peca de demasiado almibarado…
https://www.youtube.com/watch?v=UdysAxE07w4
“Holy Moment” es el enésimo himno al señor, si bien esta vez todo queda en terrenos muy de rock sureño, y obviamente los ecos de Skynyrd están allí, cosa que se agradece especialmente. “Leaning on the Cross” posee unos punteados de guitarra y unos coros angelicales masculinos y femeninos. Esta queda casi que de musical hollywoodiense. Todo termina con ese “Jesus Christ” de aires más alternativos e incluso metálicos. La han dejado para la última al ser la más contundente y oscura.
Los años pasas y hay muchos artistas que vuelven a abrazar la fe de sus años de niñez. Los tiempos de rebeldía quedan atrás y son muchos los que terminan luciendo sus creencias. Este no sería el caso de los hermanos sureños Van Zant, la familia definitiva del southern rock, pues siempre han hecho bandera de ello. Lo que sí que esta vez las letras, la portada y esas cruces enormes que llevan colgando acentúan su marcado objetivo. Muy disfrutable y muy americano, pero escucharlo del tirón empalaga.
- Awesome God
- Stand Up
- Warrior
- There You Are
- Speak His Name
- Why God Brought Me Here
- Praying
- It’s Up to You
- Holy Moment
- Leaning on the Cross
- Jesus Christ
Johnny Van Zant: Voz
Donnie Van Zant: Voz y guitarra
Mark Matejka: Guitarra y slide
Carl Lindquist: Guitarra y slide
Jimmy Carter: Bajo
Shawn Fichter: Batería y percusión
Jeffrey Roach: Teclados
Chris Hurst: Teclados
Dennis Wage: Teclados
Licenciado en INEF y Humanidades, redactor en Popular 1, miembro fundador de TheMetalCircus y exredactor en webs y revistas como Metal Hammer, Batería Total, Guitarra Total y Science of Noise. Escribió el libro «Shock Rock: Sexo, violencia y teatro». Coleccionista de discos, películas y libros. Abierto de mente hacia la música y todas sus formas, pero con especial predilección por todas las ramas del rock. Disfruto también con el mero hecho de escribir.