Canned Heat Living the Blues

Canned Heat Living the Blues

Autor: Fito de la Parra

2025 (Quarentena Ediciones

Este libro es una maravilla… uno de los retratos más auténticos y definitivos sobre el auge y caída de una banda de rock (Canned Heat) que alcanzó su cénit en los 60 con Woodstock y que posteriormente fue decayendo en popularidad, con todos sus miembros perjudicados y tocados por todas las adicciones habidas y por haber hasta la aniquilación. Todo ello está escrito de manos de su baterista, el enorme Fito de la Parra, que salió de México para conseguir su sueño americano, y a pesar de todos los pesares, lo consiguió. Sólo por haber escrito un libro así, con la ayuda de Terry y Marlane McGarry creo que ya ha conseguido un hito en su carrera.

 

Canned Heat fueron la banda que puso la banda sonora a Woodstock con la mítica “Going Up the Country” y “On the Road again” fue un clasicazo que a día de hoy todavía se versiona en todo el mundo. Uno puedes alucinar con el libro de Mötley Crüe, pero sabes que está exagerado en palabras de sus protagonistas, pero lo de Canned Heat NO. Es un libro que te lo crees a pies juntillas porque Fito no quería sacar tajada ni hacerse rico con ello, pero de verdad… todo lo que cuenta es absolutamente apocalíptico y toda banda debería tenerlo de manual para no repetir todos los errores que le condenaros de por vida.

 

Todo empieza el día que despiertan a Fito de la Parra para ir a tocar en Woodstock y el baterista chicano no puede con su alma y manda a los managers a la mierda porque la resaca le pide quedarse encamado. Y luego es un festín familiar de anécdotas de amor y masacre con unos tipos carismáticos que página tras página llegas a amar hasta el infinito. “El Oso” fue su gigantesco vocalista que reventaba puertas por diversión y “El Buho” fue ese motor como guitarrista que les brindó el “boogie”, y a base de copiar LITERALMENTE, canciones de blues antiguo, se marcaban temazos que les auparon hasta lo más alto.

 

Todos terminaron muertos de las peores formas posibles, y mientras lees los acontecimientos, ya sabes que nada va a terminar bien. Es una historia que debería ser llevada a la pantalla pues los personajes son tan grotescos como amigables y las vicisitudes vividas son absolutamente tan demenciales que dejan a lo de Mötley Crüe en pañales. Fito no se corta y cuenta las historias sexuales con groupies, los arrestos constantes que dieron al traste con todo se legado musical y los múltiples desmadres del grupo, que terminó siendo pasto de motoristas traficantes de droga. Incluso sus managers.

 

Posiblemente Fito fuera un “ángel en el infierno” nacido para mantener un legado de una gente que nunca estuvo capacitada para el éxito y que el infierno de las drogas y de las enfermedades mentales les devoró a su paso. Cruzaron caminos con John Lee Hooker, Albert Collins, John Mayall y tuvieron a un jovencísimo Walter Trout de guitarrista. Todo es tan adictivo y sincero que hay detalles tan escabrosos como que en las firmas de contrato con grandes discográficas alguien se tiraba un pedo y se interrumpía la firma hasta el punto de que perdieron varias oportunidades de la misma forma. Pero es que cuando vives al límite no puedes ni aguantarte las flatulencias.

 

El episodio de la muerte de Alan Wilson es absolutamente atómico… era un tipo que repugnaba a las groupies porque su amor por la naturaleza le hacía no ducharse y llevar tierra y plantas en los bolsillos. Y lo de Bob Hite y su disfuncional pareja es digno de estudio… Curiosamente hay patrones que se conectan con la etapa final de Phil Lynott de Thin Lizzy, pero es que esto fue el rock n’ roll. Impresiona absolutamente leer los años posteriores sin los líderes natos del grupo y su conexión con moteros fuera de la ley como “The Push”, que les amaban, pero que querían narcotraficar con la figura de Canned Heat.

 

Estamos ante un libro real sobre una banda maldita. Han perdido todas las regalías y derechos de autor, Fito vendió su alma para no ir a Vietnam y se salvó por tener un poco más de cordura que sus compañeros y sigue tocando habiendo compartido escenario y conocido a los más grandes de su era. Estar de fiesta con Jim Morrison o The Greatful Death no es algo que muchos mortales puedan contar… Los capítulos terminan con fotos de los grandes momentos y hay alguna cosita retocable pues algún capítulo anticipa cosas de otro posterior. El libro está descatalogado, pero es imprescindible.

 


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