No fue mi entrevista soñada ni mucho menos puesto que Roger Öjersson no sería miembro fundador de Katatonia y también por el hecho de que, finalmente, no pudo ser por Zoom como habíamos acordado en un principio. Finalmente tenemos las respuestas y es un placer el poder hablar con alguien que forma parte de unas de las bandas más especiales del panorama actual.
Si me decidí por entrevistar a Roger fue especialmente porque nuestro protagonista ha formado también parte de dos grandes agrupaciones por las que siento debilidad: Tiamat y Kamchatka. Este guitarrista es todo un referente dentro del circuito sueco de metal a pesar de que sus raíces están bastante alejadas de lo que significa Katatonia. Quizá por ello haya encajado tan bien en una formación que edita nuevo disco en breve: Sky Void of Stars.
Hola, Roger, saludos desde Barcelona. En primer lugar, gracias por su tiempo y felicidades por vuestro nuevo disco Sky Void of Stars. El álbum se publicará la próxima semana, así que… ¿Estás contento, de momento, con las opiniones de los fans y la prensa sobre los tres sencillos que habéis avanzado en redes sociales?
Sí, todo el material ha sido en general muy, muy bien recibido, pero, como siempre pasa… no a todo el mundo le va a gustar la dirección que toma nuestra música.
Katatonia tiene tres sencillos: “Austerity”, “Birds” y “Atrium”. ¿Quién decide los sencillos, la banda o quizás la gente de Napalm Records?
Supongo que es una decisión conjunta entre banda y sello.
Vuestro anterior disco, City Burials, una obra brillante, en mi modesta opinión, alcanzasteis el número 6 en las listas alemanas. Recuerdo City Burials algo más oscuro que Sky Void of Stars. ¿Será debido a los tiempos de pandemia?
No, realmente, pero supongo que toda esa experiencia hizo que cada uno percibiera las cosas de una forma diferente a como lo hacía antes. Por ejemplo: la pandemia hizo que uno deseara cosas que nunca hubiera imaginado, como añorar ese tiempo de espera en los aeropuertos, por ponerte un ejemplo.
Después de muchos años en Peaceville Records, Katatonia ahora está con Napalm Records. ¿Por qué este cambio?
Se acabó el contrato y aprovechamos para probar algo nuevo. Es tan simple como eso.
¿Cómo defines el estilo musical de la banda hoy en día? ¿Post rock-alternativo-doom?
Supongo que, simplemente, no. Para mí, básicamente, es una especie de rock que se desarrolla en diferentes direcciones en diferentes canciones, dependiendo de lo que necesite cada composición.
Vuestra nueva gira comienza el próximo viernes, así que… ¿Habéis decidido el setlist ya? Hay muchas canciones muy buenas y te recuerdo que City Burials no tuvo gira de presentación. Entiendo que vais a tener que tocar material de vuestro anterior disco y del nuevo…
Bueno, desafortunadamente, y debido a la pandemia, la única gira real que tuvo el disco City Burials fue la gira por Estados Unidos de la que acabamos de regresar, pero, por supuesto que también tocaremos algunas canciones de ese disco en esta gira europea.
Vais a girar con una banda telonera muy especial: Sólstafir, de Islandia. ¿Cuál es tu opinión sobre ese grupo?
Toda esta escena todavía la siento como un poco nueva para mí, ya que yo provengo del blues y el progresivo de los 70, así que prácticamente no conozco ninguna banda de estilo, pero seguramente no tardaré mucho en escucharlos pronto.
Katatonia ha cambiado, su sonido, obviamente, si comparamos Dance of December Souls con vuestros últimos discos, pero cuando tocáis en directo, todas las canciones antiguas suenan en vuestro estilo actual. ¿Puedes entender que muchos fans echen de menos el sentimiento original de las canciones y la voz gutural de los primeros discos?
No, realmente. Personalmente, y musicalmente, eso no va conmigo. Y yo mismo encontraría extremadamente aburrido escuchar cualquier cosa que siempre suene igual. Pero bueno, para aquéllos que quieren que las cosas se mantengan siempre iguales, pueden escuchar los primeros discos.
La mayoría de los fans y la prensa ven a The Great Cold Distance como el álbum perfecto, o tal vez, el que cambió muchas cosas para mejor. ¿Cuál es tu opinión sobre este disco?
Una de las primeras cosas que hicimos cuando me uní a la banda fue grabar una versión en directo de ese disco con una orquesta sinfónica en un antiguo anfiteatro romano, lo cual fue una experiencia increíble que nunca olvidaré. Así que, tal vez, mi opinión esté un poco influenciada por ello, pero te diría que es un álbum brillante.
Este es tu tercer álbum con Katatonia. ¿Cómo fue la experiencia de llegar a ser miembro del grupo a tiempo completo? ¿Un sueño hecho realidad?
Me tropecé casi por casualidad con ello. Como vengo de un entorno musical completamente diferente, realmente no sabía casi nada sobre Katatonia… hasta que fiché por ellos. Recibí el consejo de mi amigo Leo Margerit, que toca la batería en Pain of Salvation, que hizo con ellos una gira acústica hace ya un montón de años. Me dijo que Katatonia andaban buscando un guitarrista y pensé que valdría la pena echarle un vistazo al asunto.
Fredrik Åkesson de Opeth, que es un viejo amigo mío, había girado con ellos, y también es amigo de los otros chicos de Katatonia, me dijo que probablemente encajaría en esa banda, así que le pregunté qué tipo de estilo tocaban, y le pedí información a él y a Michael Åkerfeldt. Michael solían tocar en Bloodbath con Jonas y Anders, y les habló bien de mí. Me invitaron a cenar con los chicos, hubo química y, de repente, estaba ya en la banda. La primera sorpresa fue al comenzar a ensayar y descubrir el inmenso tesoro de canciones que han llegado a salir de esta banda.
Hay una banda que me encanta y de la que formaste parte: Tiamat. Grabaste el disco The Scarred People y tocaste en directo con ellos. ¿Sigues actualmente con Tiamat?
No. Después de unos diez años con Tiamat, esos muchachos querían hacer algo que yo no podía respaldar, que era tocar en Israel… así que dejé la banda. Sin embargo, todos seguimos siendo muy buenos amigos.
¿Qué podrías decirme sobre Johan Edlund? ¿Es un genio?
Realmente, lo es en su campo. Lo más curioso de todo es que en realidad él nunca se haya visto a sí mismo como un músico, sino más bien como un artista que se entromete un poco en la música. Además, es un pintor brillante. Él es quien hizo que yo volviera a la pintura. Incluso una vez comenzamos un grupo artístico juntos en Alemania llamado Der Fuchs Hinten Dem Ohr Gruppe.
Por otro lado, también eras parte de Kamchatka. ¡Una banda genial! Tocaron dos veces en Barcelona y asistí en ambas ocasiones. ¿Cómo fue eso de trabajar con Juneor y Per Wiberg?
Sí, yo y un par de chicos de Varberg, que es de donde soy originalmente, comenzamos a tocar juntos y formamos una banda de la que se me ocurrió la cuestionable idea de llamar Kamchatka. La gente parece tener muchos problemas para pronunciar el nombre en partes de todo el mundo. Tenía ganas de tocar el bajo y cantar la voz principal una temporada, lo que también me pareció una buena idea en ese momento.
Editamos cuatro discos antes de que sintiera la necesidad de seguir mi camino. Nunca estuve en la banda al mismo tiempo que Per. Él entro para ocupar mi sitio, por así decirlo. Aunque también tengo que decir que Per hizo diseños gráficos para esos cuatro álbumes y que también tocó algunas teclas en un par de ellos. Incluso hicimos algunos conciertos con él como invitado al teclado. Y también hemos tocado en un montón de conciertos junto con Tiamat. Es un amigo y es un tipo brillante.
¿Cuál es el primer álbum que te compraste con tu propio dinero?
No estoy muy seguro de cuál fue primero, pero el Killers de Iron Maiden, el Iron First de Motörhead y el Black Rose de Thin Lizzy se convirtieron en influencias muy importantes para mí desde el principio.
¿Cuál es el truco que siempre quisiste hacer en el escenario, pero nunca has logrado hacer? ¿Láseres, fuego?
A día de hoy, desde que me rompí la espalda, estoy feliz ya si puedo subir y bajar del escenario, así que ahora, principalmente, deseo poder hacer las cosas que solía hacer.
Finalmente… en Stairway to Rock hablamos de «Canciones perfectas». Quiero preguntarte sobre una en concreto: “The Neverending Story” de Giorgio Moroder.
Canción innegablemente brillante en su simplicidad y que es una de las favoritas de mi hija de nueve años. No estoy tan seguro de la elección del intérprete (Limahl), pero sí que tengo que decir que es una gran canción.

Licenciado en INEF y Humanidades, redactor en Popular 1, miembro fundador de TheMetalCircus y exredactor en webs y revistas como Metal Hammer, Batería Total, Guitarra Total y Science of Noise. Escribió el libro «Shock Rock: Sexo, violencia y teatro». Coleccionista de discos, películas y libros. Abierto de mente hacia la música y todas sus formas, pero con especial predilección por todas las ramas del rock. Disfruto también con el mero hecho de escribir.
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