Segunda entrega de la entrevista con Thomas Andersen de Gazpacho y en la que exploramos las conexiones de la banda noruega con Marillion, su referente clarísimo desde el principio. Han girado con ellos y han participado hasta entres Marillion weekends. Recordamos su paso por el festival Be Prog! y su accidentada actuación y le retamos a que salga al escenario con un keytar.
Al escuchar el disco, Jordi y yo coincidimos en que tenéis una relación o conexión muy fuerte con Marillion. ¿Estamos en lo cierto?
Por supuesto. Empezamos Gazpacho porque éramos grandísimos fans de Marillion, y, de hecho, la banda comenzó un poco como una broma. La razón por la que se llama Gazpacho y por la que todo empezó fue porque estábamos en mi estudio y pensamos: “¿Qué pasaría si formáramos una banda que hiciera música con el mismo enfoque que Marillion respecto a los temas de las canciones, pero la hiciéramos con un sonido latino, como música de mariachi, ritmos latinos, mexicanos?”
Esa fue la idea original de Gazpacho. Era una broma. Entonces intentamos hacer canciones al estilo Marillion, pero con bases rítmicas latinas. Y cuando nuestro cantante Jan Henrik se unió, todas las canciones se volvieron mucho más serias. Nosotros decíamos: “¡No! Queríamos hacer algo latino, divertido, una especie de música de fiesta mariachi, pero con contenido profundo.” Así que desde el principio hemos estado conectados con Marillion.
Y como conocíamos un poco a los miembros del grupo, tuvimos la oportunidad de girar con ellos en la gira Marbles de 2004, donde nos hicimos aún más amigos. Seguimos siendo grandes amigos de todos los chicos de Marillion. Creo que son increíblemente especiales, porque para mí Marillion tiene un lugar único en la historia de la música. No puedo pensar en otra banda que haga lo que ellos hacen. Ni siquiera Gazpacho lo hace. Tienen ese toque mágico que consigue hacerte sentir algo, y eso es lo más importante para mí. Siempre busco emoción en la música, y creo que la clave está en la mezcla entre una gran melodía y una gran letra. Y Marillion son auténticos maestros en eso.
Yo asistí al último Marillion Weekend en Girona y fue increíble. Y sé que vosotros habéis tocado en dos Marillion Weekends.
Sí, de hecho, tocamos en tres. Tocamos también en el de Oslo, el pasado abril.
¿El año que viene?
No, no, fue este abril cuando tocamos con ellos. Y fue una experiencia fantástica. Había pasado muchísimo tiempo desde que tocamos para los fans de Marillion, pero todos nos recibieron con una gran generosidad y lo pasamos muy bien haciéndolo. Así que, ya sabes, no tenemos ningún reparo ni vergüenza en admitir que amamos a Marillion.
Nosotros crecimos con Fish. Cuando éramos adolescentes nerds, Fish era como nuestro héroe. Y luego, cuando nos volvimos un poco más “cool”, llegó Steve Hogarth como cantante, y entonces pudimos tener un modelo a seguir un poco más moderno, así que todo encajó perfectamente con nuestro paso a la adultez. Y aún adoro a Steve. Quiero decir, el tipo está un poco loco, pero es una persona maravillosa.
Volviendo un momento al nombre: podemos entender, más o menos, que el nombre “Gazpacho” fue elegido porque sois una mezcla de muchas cosas diferentes. Mi pregunta es: ¿alguna vez os habéis arrepentido de ese nombre?
No, no, nunca me he arrepentido, y te diré por qué. Porque siempre que hablo de nuestra música, o si miras los álbumes, todo parece muy serio. Y lo es, es serio. Pero siempre tengo miedo de parecer pomposo. Ya sabes, no soy el tipo de persona que se sienta en un café de París con una boina, unas gafitas y una copa de vino tinto mientras lee. Somos gente divertida, normal.
Me gusta pensar que, si alguien me llama por teléfono, yo contestaría y hablaría con él. Así que, incluso si la música es seria y el contenido es serio y todo en el universo Gazpacho es serio, creo que es un poco loco tener este tipo de música bajo un nombre como Gazpacho. Es absurdo, es gracioso, y también tenemos que reírnos, ¿no? A veces hace falta.
Tengo que decirte que mi primera experiencia con Gazpacho fue en el festival BeProg! My Friend, hace años, en Barcelona.
¡Oh, lo recuerdo!
Aunque debo confesar que al principio me resultó difícil entrar en vuestra música. Por otro lado, cuando escuché el álbum Fireworker, me voló la cabeza. Y pensé: “Vaya, vuestra música no es fácil de asimilar, pero cuando profundizas, descubres un mundo increíble”. Es curioso, porque aquel fue un concierto realmente bueno, con violín y todo, pero en ese momento no conecté. Así que quería preguntarte por vuestra experiencia en el BeProg! porque en Barcelona vuelve a celebrarse el festival, así que quizás el año que viene seáis bienvenidos de nuevo aquí.
Bueno, eso sería fantástico. Queremos tocar en todos los festivales que podamos. Y recuerdo muy bien el BeProg! porque, para empezar, me acuerdo de que mi Mac, que es el ordenador del que saco todos mis sonidos —ahora he cambiado a un portátil; de hecho, estoy ensayando ahora mismo, no sé si lo ves, estoy ensayando la canción Magic 8 Ball—, pues ese mismo Mac con el que estoy hablando ahora era el que usaba en el Be Prog! Estuvo todo el día al sol y murió.
Como la prueba de sonido fue temprano por la mañana, cuando salí al escenario el Mac estaba muerto y tuve que reiniciarlo mientras sonaba la intro. Y pensé: “Oh, Dios mío, ¿qué va a pasar ahora?”. Además, hacía muchísimo calor, y como un idiota, estaba tocando con gafas de sol porque quería parecer una estrella del rock. Pero claro, cuando tocas el teclado estás mirando hacia abajo, así que el sudor de mi cabeza caía dentro de las gafas y no podía ver las teclas. Tuve que vaciar el sudor de las gafas para mantener mi aspecto “cool” de rock star.
Así que estaba reiniciando el Mac, con el sudor cayéndome por las gafas… digamos que fue un concierto lleno de dificultades técnicas. Pero aun así lo pasamos genial. Creo que tocábamos con Steve Hackett, ¿no? Sí, fue con Steve Hackett, ¡vaya! Y, por supuesto, soy un grandísimo fan de Genesis, como toda persona (risas). Poder conocer a Steve Hackett fue un momento increíble. Es un tipo encantador. Para mí fue como si mi infancia regresara, porque crecí escuchando a Genesis, tanto de la época de Peter Gabriel como la de Phil Collins. Así que guardo un buen recuerdo de aquello, y nos encantaría volver en cualquier momento.
¿Tocas también con keytar?
No, el keytar… no, no, no.
¿Te gusta?
Sí, aunque me parece ridículo. Pero, al mismo tiempo, me encantaría tener uno. Si fueran baratos, probablemente compraría uno solo por diversión. Pero claro, entonces tendría que ponerme una capa y ser como Rick Wakeman, ¿sabes?
He escuchado y visto el Live at Saint Croix, un directo espectacular. Podríamos decir que fue un directo “pandémico”, ¿no? Supongo que decidisteis grabar un álbum en vivo porque no había oportunidad de tocar en directo.
Exacto, decidimos hacerlo porque ya habíamos ensayado la gira y estábamos listos para salir a tocar. Así que conocíamos todas las canciones. Teníamos preparada una gran gira, pero no pudimos hacerla. Entonces dije: “Bueno, si ya sabemos todas las canciones, ¿por qué no usamos el dinero que íbamos a gastar en el autobús de la gira para hacer un álbum en directo?”. De esa forma, toda la gente que se quedó sin poder vernos podría disfrutar igualmente del espectáculo, aunque fuera grabado.
Esa fue la razón principal, pero también queríamos mantener el impulso de la banda, porque creo que, como todo lo que está vivo, quedarse quieto demasiado tiempo es muy peligroso. Es como cuando sales a correr: si te tomas un descanso de dos semanas, luego cuesta muchísimo volver a la rutina. Con una banda pasa igual: tienes que estar trabajando constantemente o puede convertirse en algo que terminas olvidando.
Así que el álbum en directo fue una manera de mantenernos en movimiento, algo muy importante para nosotros. Además, pensamos que sería una tontería no hacerlo, ya que teníamos todas las canciones listas y estábamos preparados para salir de gira.
Es un directo mágico. Cuando tengo que mostrarle a alguien la música de Gazpacho, siempre pongo este disco en directo.
Muchas gracias. La verdad es que pensamos en hacer una película de un concierto real con público, pero no estaba permitido en aquel momento. Entonces decidimos grabarlo en el mismo lugar donde ensayamos, para que la gente pudiera ver cómo es la banda cuando simplemente toca su música: sin público, sin luces, sin artificios, nada más. Intentamos que fuera una representación honesta de cómo somos realmente cuando tocamos. Y eso es todo. Así es como somos. Esperábamos que la gente nos aceptara y nos quisiera tal y como somos.

Licenciado en INEF y Humanidades, redactor en Popular 1, miembro fundador de TheMetalCircus y exredactor en webs y revistas como Metal Hammer, Batería Total, Guitarra Total y Science of Noise. Escribió el libro «Shock Rock: Sexo, violencia y teatro». Coleccionista de discos, películas y libros. Abierto de mente hacia la música y todas sus formas, pero con especial predilección por todas las ramas del rock. Disfruto también con el mero hecho de escribir.
Descubre más desde Stairway to Rock
Suscríbete y recibe las últimas entradas en tu correo electrónico.
