Canciones perfectas: «Spirit Never Dies» de Masterplan

La irrupción de Masterplan fue absolutamente sonada y gran parte del éxito recae en este clarísimo single que podemos calificar como canción perfecta e incluso como el mejor tema del grupo de toda su historia. El caso es que el grupo nace tras la expulsión de Roland Grapow y de Uli Kusch de Helloween. Dark Ride cabreó a Michael Weikath que vio como la orientación del grupo y del productor Roy Z apuntaba hacia una oscuridad y a algo muy enrevesado. Ambos músicos tuvieron mucho protagonismo en la composición, por lo que fueron echados de la calabaza y se llevaron la oscuridad a su terreno.

Kusch y Grapow estaban en un momento creativo superior y armaron un grupazo bajo el nombre de Masterplan. El material que tenía el baterista creado terminaría pasando a ser parte de este nuevo proyecto en el que, de inicio, se suponía que Russell Allen de Symphony X se iba a hacer con el puesto de vocalista. Intentaron incluso convencer a Michael Kiske, pero finalmente se optó por darle voz a todo un Jorn Lande, que había hecho magia en Ark y ya había estado con Malmsteen en la carretera. Esta canción y este disco son los que consagrarían al noruego como uno de los vocalistas definitivos del hard rock actual.

Tenía que ser una superbanda, y lo fue, pero también hay que recordar que el teclista Janne Wirman de Children of Bodom iba a ser el teclista original y que, en un principio, el grupo iba a bautizarse como “Mr. Torture”. Afortunadamente lo cambiaron y en 2003 editaron un disco espectacular del que sobresalieron especialmente dos temas. Uno era el “Enlighten Me”, que fue el primer single y la carta de presentación, y la otra… la maravillosa “Spirit Never Die”, el tema que nos ocupa y el que abre ese inmenso trabajo.

La letra

 

There was a place, a little town
Where we used to play and laugh around
We went too far reaching for that star
And the light moved away from me
But the spirit never died, the world belongs to me
This is where I’ve been given time to live and see

Había un lugar, un pequeño pueblo
donde solíamos jugar y reír sin parar.
Fuimos demasiado lejos, intentando alcanzar aquella estrella,
y la luz se alejó de mí.
Pero el espíritu nunca murió, el mundo me pertenece,
este es el lugar donde se me dio tiempo para vivir y ver.

Música y letra se dan la mano para crear una sensación positivista y de muchísima fuerza y superación. La letra parece que beba directamente de algo vivido y que el compositor intente aconsejar a superar los momentos malos y los reveses de la vida. Nos sitúa en un pequeño pueblo y habla en plural. El fuimos demasiado lejos para alcanzar esa estrella implica que algo salió mal y que posiblemente sea una persona que no está en ese mundo. Toca superarse y tirar adelante por mucho que duela.

 

Pero dándole vueltas a todos los significados también podría llegar a ser una metáfora de su expulsión en Helloween y todo cobraría otro sentido pues sería la sensación de sobreponerse a un golpe muy duro. También toca decir que Uli también había sido expulsado de Gamma Ray. Para esto están las canciones y las letras…

 

I got a fast car like a rock star
Come and join the ride with me
Take a spin downtown, check out who’s around
I’ll show you where you wanna be
And the spirit never dies
Let the music take you higher
I know what it means to burn
That’s how I began to learn

Oh, I’ve seen love in vain, I have felt the pain
Torn in desire, lead by the fire
And as I lived it all, the world became too small
And my colors grew colder (colder)
Oh, the spirit takes me higher, high

Tengo un coche rápido, como una estrella de rock
Ven y súbete conmigo
Demos una vuelta por el centro, veamos quién anda por ahí
Te mostraré dónde quieres estar
Y el espíritu nunca muere
Deja que la música te eleve
Sé lo que significa arder
Así fue como empecé a aprender

Oh, he visto el amor en vano, he sentido el dolor
Desgarrado por el deseo, guiado por el fuego
Y mientras lo vivía todo, el mundo se volvió demasiado pequeño
Y mis colores se enfriaron (se enfriaron)
Oh, el espíritu me eleva, alto

En esta parte de la canción se expresa un sentimiento de libertad, energía y descubrimiento personal. El coche rápido simboliza la independencia y la emoción de vivir intensamente, mientras que la invitación a “unirse al viaje” sugiere compartir esa aventura con alguien. La canción mezcla el espíritu rebelde del rock con una búsqueda de identidad: aprender a través de la experiencia, del riesgo y de la pasión (“I know what it means to burn”). Aquí las imágenes de la carretera polvorienta o la montaña simbolizan los obstáculos de la vida a los que toca enfrentarse. Ve la vida como un trayecto y hay la bonita idea de “dejar el futuro tras de sí”.

 

Continuando con la hipótesis de que es una letra autobiográfica hay la figura de la estrella de rock que invita a alguien a subirse en su cochazo. Esta sería como que la persona ha pasado página, no se ha rendido ni ha cedido  y que ha renacido puesto que “sabe lo que significa arder”. Combina la presencia del amor y el dolor en la vivencia y alude al exceso y a la lujuria simbolizada por el fuego. Alude a esta experiencia como algo muy negativo y el mundo se le hizo cada vez más pequeño.

El estribillo

El estribillo es directo, muy melódico y pegadizo y se alude a los tópicos literarios del tempus fugit o del carpe diem, es decir: aprovecha el momento porque nunca sabes lo que pasará. “Cantaré con mi alma antes de envejecer, porque puede que no haya un mañana”. En definitiva, es una declaración de fuerza interior, fe y perseverancia. Refleja el espíritu clásico del power metal: superar los obstáculos con pasión y determinación. Las frases “Never give up, never give in” y “Won’t stop believing” expresan una actitud optimista y desafiante ante la vida. “Sing with my soul before I get old” introduce un matiz más humano: vivir intensamente el presente, antes de que sea tarde. La metáfora de “climbing the mountain” representa el esfuerzo y la superación personal, mientras que “leaving the future behind me” sugiere liberarse de la ansiedad por lo que vendrá. En conjunto, el mensaje es claro: vivir con coraje, fe y autenticidad, porque el espíritu, como dice el título, nunca muere.

 

I’ll never give up, never give inWon’t stop believing, ‘cause I’m gonna winSing with my soul before I get old‘Cause there may be no tomorrow
There is no limit to what can be doneClimbing the mountain with power so strongDusty roads, down the wayLeaving the future behind me, oh!

Nunca me rendiré, nunca cederé
No dejaré de creer, porque voy a ganar
Cantaré con el alma antes de envejecer
Porque puede que no haya un mañana
No hay límite para lo que se puede lograr
Escalando la montaña con una fuerza imparable
Caminos polvorientos, a lo largo del sendero
Dejando el futuro atrás, ¡oh!

La música

La canción comienza con un bajo continuo que asume todo el protagonismo, acompañado por un pasaje orquestal pregrabado que aporta una atmósfera envolvente. Pronto se incorporan las guitarras y la batería, añadiendo energía y contundencia mientras el tempo va in crescendo. Se trata de una introducción típica, con el crescendo acentuado por la batería de Uli Kusch en un up tempo con un marcado carácter hímnico. La banda ofrece un power metal de manual, y los instrumentos acaban cediendo el primer plano a la voz de Roland, que en este punto resulta simplemente mágica. Las estrofas son algo planas en lo vocal, con escasa variación tonal o melódica.

 

El estribillo es brillante, con ese “Never give up, never give in” alargado que funcionaba tan bien en los conciertos. La estructura del tema es clásica: incluye un solo y añade algunas notas agudas que refuerzan el clímax al final del estribillo. La base rítmica es sencilla y sin artificios. En conjunto, la canción resulta perfecta para abrir el disco, ya que demuestra que la banda mantiene su actitud intacta, pero con un sonido más pulido y accesible.

Veredicto

La canción lo tiene todo para rozar la perfección. Su estribillo desprende una fuerza arrolladora, capaz de revivir a un muerto. Ese “Never give up, never give in” posee algo magnético, se te queda grabado en el neocórtex y te sorprendes tarareándolo sin darte cuenta. Con este tema, la banda dio con la fórmula perfecta: energía, melodía y emoción en equilibrio. Lástima que no lograran mantener esa línea con más canciones que estuvieran a la misma altura, porque aquí rozaron algo verdaderamente inolvidable.


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