Follow the Reaper
30 de octubre del 2000
Spinefarm – Nuclear Blast
No hace mucho hablábamos del disco de Children of Bodom Are You Dead Yet?, pero un servidor siempre ha tenido en un pedestal “el azul”, el que nos ocupa. Y es que en los primeros pasos del grupo hubo el disco rojo, el verde… y el azul. Y gracias a Follow the Reaper los chicos liderados por Alexi Laiho alcanzaron un estatus mundial. He aquí la perfecta combinación de melodeath con dejes neoclásicos y con bastante influencia del heavy metal tradicional y del creciente, en aquél entonces, power metal.
Follow the Reaper da en el clavo y consigue el equilibrio perfecto entre heavy metal clásico y death metal melódico. Es una maravilla, con canciones algo más directas, buscando agradar a un público menos extremo, pero intentando mantener canciones con dejes a sus dos primeras obras. Gran nivel de producción y con un Alexi Laiho que modifica un poco la forma de cantar y no esconde su amor por las bandas de heavy metal clásico. Hay un buen puñado de clásicos y es el inicio de su etapa más exitosa.
El disco
“Follow the Reaper” daba nombre al disco y ya fue un clásico por antonomasia el día de su aparición. La canción condensa todo lo que vienen siendo los fineses, pero también hay una búsqueda de ser menos recargados. Wirman tiene su espacio para el solo de teclados, uno de los sellos distintivos de la banda, igual que los solazos de Laiho y Alexander Kuoppala. Pero aquí lo que manda especialmente es el riff de la canción y el genial estribillo. Pero si de estribillos va la cosa… la que me robó el corazón en su día fue el “Bodom after Midnight”. Por canciones como está el grupo despego hasta lo más alto. Aquí hay detalles neoclásicos, empartentables a su primer disco y me parece junto a “Toward Dead End” el mejor tema de su discografía.
“Children of Decadence” podría ser considerada power metal con voz rasgada-gutural, aunque lo que le da el plus a todo es la inmensa producción de Peter Tägtgren, que da mucha cancha a los sonidos graves y la batería de Jaska Raatikainen y el bajo de Henkka Sepälä suenan que atruenan. Muy posiblemente el tema más accesible y una de las claves de que su música superara barreras. Aquí hay fragmentos que podrían ser perfectamente de Yngwie Malmsteen, lo que a doble bombo y con el sello Laiho. “Everytime I Die” fue todo un éxito, gracias al videoclip, pero también al hecho de buscar la accesibilidad en un medio tiempo sumamente original.
Pero cuando hay tanta concesión… toca marcar paquete y hacer un guiño a sus primerizos fans. Esto llega de la mano de “Mask of Sanity”, pero especialmente en los versos, pues el estribillo es realmente melódico y pegadizo. Hay incluso dobles voces de apoyo a Laiho y juegan con unas atmósferas pausadas que pueden recordarte a lo que hacían Cradle of Filth en esa era. Luego el solo es puramente power metalero, cabalgando a doble bombo con un rapidísimo Jaska. Una intro hablada da paso a
“Taste of My Schycte” empieza con una voz introductoria en una pieza oscura, bastante enrevesada y especialmente trabajada. Al delicioso solo de teclado rapidísimo le toma relvevo la guitarra, y es que… esos momentos son los que más recordamos de este grupo. En su día crearon escuela y nos parecían imbatibles. “Northern Control” va a riff muy marcado, es de las más breves y en las que Alexi canta más grave y rasgado, pero sin grandes novedades.
Mucho más interesante resulta la preciosa “Kissing the Shadows” que me recuerda a las primeras definiciones que la gente que escuchaba al grupo te decía: “es como si Blind Guardian cantaran en gutural”. Y sin ser una definición buena, en este tema sí podrías llegar a acercarte a ello. Impresionantes juegos de cánons, reminiscencias medievales, neoclasicismo y velocidad. Esta canción… es una maravilla.
“Hate Me” es uno de los clasicazos por antonomasia del grupo y un auténtico disfrute. Posiblemente el tema ideal para mostrarle a la gente cómo suenan los de Laiho en una canción redonda, adictiva y que combina perfectamente la guitarra con el teclado. Todo brilla, desde el riff base a un estribillo, y eso que no busca altas revoluciones y la letra habla de la parca, su símbolo distintivo armado con guadaña. Tägtgren añadió los coros puntuales para dar fuerza, que no melodía y el interludio más pausado que reposa a hombros del bajo de Henkka es otro logro.
Veredicto
Children of Bodom subió como la espuma alcanzando el número 3 en las listas de la tierra de los mil lagos. Sabían que tenían entre manos una vuelta de tuerca hacia la accesibilidad y para mostrarse, todavía más metaleros y menos death metal, hicieron hasta cuatro versiones de grupos de masas: WASP, Scorpions, Ozzy Osbourne y Iron Maiden. La jugada les salió perfecta, pero más allá de unas versiones que quedaron como meras anécdotas, el material de Follow the Reaper es para un servidor, y para muchos de sus seguidores, lo mejor que grabaron nunca.


Licenciado en INEF y Humanidades, redactor en Popular 1, miembro fundador de TheMetalCircus y exredactor en webs y revistas como Metal Hammer, Batería Total, Guitarra Total y Science of Noise. Escribió el libro «Shock Rock: Sexo, violencia y teatro». Coleccionista de discos, películas y libros. Abierto de mente hacia la música y todas sus formas, pero con especial predilección por todas las ramas del rock. Disfruto también con el mero hecho de escribir.
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