«I’ll have to be a warrior. A slave I couldn’t be. A soldier and a conqueror. Fighting to be free».
Contexto
Es evidente que clásicos del metal épico como Warlord, Manilla Road, Omen, Pagan Altar, Cirith Ungol o Jag Panzer beben del legado de los míticos Rainbow de Dio y Ritchie Blackmore. Estos a su vez fueron influenciados claramente por Led Zeppelin, en canciones como «Ramble On» (puro Tolkien) o «The Battle of Evemore». Sin embargo, se suele no tener en cuenta en la ecuación a una banda setentera que fueron los pioneros del underground en interpretar tonalidades épicas dentro del rock: Wishbone Ash. La agrupación fue fundada el 1969 en Torquay, Inglaterra, por Martin Turner como bajista y cantante principal, Ted Turner como guitarrista y voz (no son familiares con Martin), Andy Powell como guitarrista y voz y Steve Upton en la batería. Su característico uso del dúo de guitarras solistas resultó una influencia evidente en bandas como Thin Lizzy o Iron Maiden. Debutaron con su disco homónimo Wishbone Ash en 1970, después de que el ya mencionado Blackmore los recomendara al sello Decca Records, tras haber sido teloneros de Deep Purple. En ese disco, mezcla de blues, folk, hard rock y psicodelia, ya podemos apreciar una primeriza apuesta épica con los diez minutos de duración de «Phoenix». No obtuvo excesivo éxito, pero la crítica lo valoró de buen grado.
Al año siguiente, su segundo disco Pilgrimage ya muestra una evolución hacia un sonido más folk progresivo, con ciertos matices blues. Incluso jazz en su instrumental «Vas Dis». El toque pastoral de «Valediction» sentaba las bases para lo que veríamos en su siguiente lanzamiento: el majestuoso Argus. Lanzado en 1972, aquí es notoria la lírica medieval y de literatura griega que les permitió alcanzar por fin el merecido éxito. No es un disco conceptual en el sentido estricto: inicia con «Time Was», donde el protagonista libra una batalla interior y reconoce los errores del pasado; «Sometime World» por su parte presenta un contraste entre realidad y ensoñación, como si quisiera trascender en su existencia; continúan con la más directa y exitosa del disco, la hard rockera «Blowin’ Free», en claro contraste con el resto del disco; «The King Will Come» es la primera épica, con el juicio final cristiano enfocado en el prisma medieval; el momento más folk e introspectivo lo encontramos en «Leaf and Stream», de clara meditación con la naturaleza; «Warrior» y «Throw Down the Sword» recuperan la epicidad para cerrar esta joya, como veremos a continuación.
La música
Empieza «Warrior» con la guitarra acústica, que no tarda en ser seguida por la dupla de seis cuerdas eléctricas, las cuales interpretan melodías paralelas en terceras. Igual de bien se combinan las calmadas voces de Martin, con el apoyo crucial de Andy. La batería de Upton utiliza un hi-hat cerrado y redobles contenidos, para evocar la marcha de los tambores hacia el campo de batalla: «I’m leaving to search for something new. Leaving everything I ever knew».
El protagonista parece ser un trabajador de campo que se ve obligado a pelear por sus derechos, como si no tuviera otra elección que levantarse en armas frente a la opresión del poder, en un futuro cercano e incierto: «Tomorrow the plow becomes the sword». Es inevitable la comparativa con obras del séptimo arte como las épicas Spartacus (1960) de Stanley Kubrick o Gladiator (2000) de Ridley Scott.
Esta epopeya continua en «Throw Down the Sword», una transición natural, como si fuera la calma después de la tormenta bélica. Las mismas guitarras parecen encarar el crepúsculo del resignado guerrero, que renuncia a la futilidad de la contienda y encuentra la paz interior, para aceptar su redención moral y espiritual.
La letra
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«Me voy en busca de algo nuevo. Dejo atrás todo lo que conocía. Cien años bajo el sol no me han enseñado todo lo que hay que saber.
El valle, allí nos reuniremos.
El tiempo pasará.
Tendré que ser un guerrero. |
Veredicto
Argus es mucho más que la obra maestra de Wishbone Ash: como hemos mencionado, fueron cruciales para la épica en el rock y el metal, además de en su combinación de guitarras solistas encajando de manera simbiótica. El clímax de esta obra maestra lo personifica «Warrior» que, con su coro pegadizo y su lírica mística, parece motivarnos frente a cualquier desafío que nos encontremos.
Por otra parte cabe mencionar que, durante el tour promocional del disco, al grupo le robaron todo su equipamiento mientras estaban alojados en un hotel de Nueva Orleans. De la formación original, únicamente permanece en la banda Andy Powell como guitarrista y cantante. De hecho, cuando Martin Turner, el cantante, bajista y principal compositor antaño de la banda, empezó a girar en 2004 con el nombre Martin Turner’s Wishbone Ash, ambos tuvieron una disputa legal sobre los derechos de la banda, que ganó Andy al haberlos registrado. Os dejo para finalizar un directo reciente, donde interpretan la ya mencionada tríada épica.
Apasionado del cine y la música. Desde 2021 he sido redactor en diferentes medios como Manners of Hate, Metal Nightmare y Queens of Steel. Recientemente incorporado al equipo de Stairway to Rock, para ofreceros desde entrevistas, reseñas de discos o crónicas de conciertos (con énfasis en el underground), además de cualquier artículo especial cinéfilo que me pase por mi cabeza. Especializado en heavy, thrash, speed, metal épico, doom, rock progresivo y psicodélico. Actualmente trabajando en una novela de ciencia ficción.
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