El pasado 30 de septiembre nos dejó, a los ochenta y nueve años de edad, víctima de una bronconeumonía, una de las figuras más infravaloradas del séptimo arte: Renato Casaro, artista italiano encargado del diseño de los carteles de varias películas emblemáticas. Nacido el 26 de octubre de 1935, Renato empezó su trayectoria en el cine Garibaldi de su Treviso natal, donde realizaba carteles gratuitos a cambio de entradas. Fascinado por el diseño en el séptimo arte, pedía los carteles que iban descolgando, para llevarlos a su casa y estudiarlos. El mismo propietario le aconsejó que se fuera a Roma si quería dedicarse a esto, así que viajó a la capital para trabajar como voluntario en el Studio Favalli. Solo tardó un par de años en fundar su primer estudio privado, en los famosos Estudios Cinecittà, donde obtuvo su primer encargo a los veinte años, con el póster de la película alemana Zwei blaue Augen de Gustav Ucicky. Del mismo año es el western The Last Command de Frank Lloyd. Si bien era principalmente autodidacta, sus principales influencias como cartelista fueron Norman Rockwell, Hans Otto y Angelo Cesselon. Su trabajo combinaba lápices, pinceles, aerógrafos, acrílicos y pinturas al óleo. Empezó firmando sus obras como C. Renè, para luego pasar a ser R. Casaro.
Si bien su primer diseño para un spaghetti western fue Buffalo Bill Hero of the Far West (1964) del cineasta Mario Costa, la clave para su éxito a nivel europeo fueron sus colaboraciones con el maestro Sergio Leone, en la famosa trilogía del dólar: A Fistful of Dollars (1964), For a Few Dollars More (1965) y The Good, the Bad and the Ugly (1966), todas ellas protagonizadas por Clint Eastwood. Igualmente crucial resulta su asociación con el productor Dino De Laurentiis, quien le permitió alcanzar su primer éxito internacional en la épica The Bible: In the Beginning…(1966), dirigida por John Huston, ya que logró exponer su cartel en el Sunset Boulevard de Hollywood. De esa época son asimismo sus primeras colaboraciones con dos pioneros del terror giallo italiano, como Mario Bava y Lucio Fulci.
Ya en los setenta, cabe destacar la ciencia ficción de Solaris (1972) de Tarkovski, la paródica Monty Python and the Holy Grail de los genios Monty Python, el terror de La Residencia (1974), del siempre reivindicable Narciso Ibáñez Serrador y de Phantasm (1979) de Coscarelli o Quadrophenia del mismo año, basada en la ópera rock de la banda The Who de 1973, dirigida por Roddam. Por otra parte, comentar también sus trabajos con directores italianos como Sergio Corbucci, Sergio Martino o Michele Lupo.
Evidentemente su mayor popularidad fue durante la década de los ochenta. Como muchos de los trabajos importantes contemporáneos llevan su firma, mencionaremos en orden de publicación los más destacados: Flash Gordon (1980) de Mike Hodges; 1997: Escape from New York (1981) de John Carpenter y Blow Out de De Palma del mismo año; Conan the Barbarian de 1982 de John Milius, además de otras grandes del mismo año como Creepshow de Romero, Rambo de Kotcheff o Tenebre, del pionero del terror sobrenatural Dario Argento; en 1984 trabajó en The NeverEnding Story de Petersen, Once Upon a Time in America de Leone o Dune de Lynch; para 1985 vinieron las épicas Red Sonja de Fleischer y Flesh and Blood de Verhoeven, así como ya en 1987 Opera de Argento o La Princesa Prometida de Reiner.
Encaró la década de los noventa con Total Recall (1990) de Verhoeven, así como la adaptación de Stephen King de Misery de Reiner; Terminator 2 de Cameron en 1992, además de El Ejército de las Tinieblas de Raimi. Debido al auge de herramientas como Photoshop y otros avances digitales, el último cartel en el cual trabajó Casaro fue Asterix and Obelix vs. Caesar (1998) de Claude Zidi. Después de un merecido retiro, Quentin Tarantino le contactó en 2019 para que trabajara con él en su película Once Upon a Time in Hollywood. Le preguntó si podía elaborar posters de falsas películas italianas, que habría protagonizado Rick Dalton (encarnado por Leonardo DiCaprio). Le envió una foto firmada de Leo como agradecimiento, que decía: “Siempre has sido mi favorito”. Un año más tarde, el director Walter Bencini trabajó en el documental L’ultimo Uomo che Dipinse il Cinema (en inglés The Last Movie Painter), que nos habla sobre su legado.
Comentar también que se ha encargado de supervisar varios de los carteles que ha creado su hijo Claudio. En 2024 creó el cartel para la atracción Disaster – The Blockbuster, del parque temático Movieland ubicado en Lazise, Verona, así como al año siguiente hizo lo mismo para el parque acuático Caneva Aquapark. También en 2024 presentó, durante el Festival de Cine de Roma de 2024, en la Casa del Cine, una exposición de carteles de su colección privada.
Para terminar, evidentemente recibió varios reconocimientos a su talento. Entre ellos, destacan en 1983 el Premio Cinema e Società al Mejor Diseñador de Carteles; en 1988 el Ciak d’oro al mejor cartel por Ópera de Argento; en 1991 el Ciak d’oro al mejor cartel por Il Tè Nel de Bertolucci, así como el Promo Immagine Cinema como mejor poster para Nikita de Besson, además en 1992 de llevarse un Premio Jupiter al Mejor Cartel por Dances With Wolves de Kevin Costner.

Apasionado del cine y la música. Desde 2021 he sido redactor en diferentes medios como Manners of Hate, Metal Nightmare y Queens of Steel. Recientemente incorporado al equipo de Stairway to Rock, para ofreceros desde entrevistas, reseñas de discos o crónicas de conciertos (con énfasis en el underground), además de cualquier artículo especial cinéfilo que me pase por mi cabeza. Especializado en heavy, thrash, speed, metal épico, doom, rock progresivo y psicodélico. Actualmente trabajando en una novela de ciencia ficción.
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