Arjen Lucassen – Songs No One Will Hear

85/100 

12 de septiembre de 2025

InsideOut Music

 

Voy a confesar que quizá sea la persona menos indicada para hacer esta reseña, porque Arjen Lucassen es mi artista favorito. Es difícil ser imparcial, aunque confesaré que pese a disfrutar como un chiquillo de trabajos suyos como las óperas de metal de Ayreon o los discos de Star One y otros proyectos, ha habido otros en los que a veces me ha dejado un poco frío, como por ejemplo los que han sido en solitario. Y es por eso que tenía mucha curiosidad por ver la dirección que iba a tomar con este nuevo proyecto en solitario, que tras varias escuchas ha acabado siendo una maravillosa sorpresa.

 

Las expectativas no eran muy altas, ya que del «Lost In The New Real» de 2012, su último trabajo en solitario, me quedé con apenas una o dos canciones en la retina. Pero lo que me he encontrado ha sido todo un tiovivo de emociones en el que Lucassen ha explorado varios tonos musicales en su historia, y que en vez de intentar hacer algo diferente se ha abrazado en varios temas al sonido más característico de Ayreon.

 

Siguiendo la tónica de casi todos sus lanzamientos, «Songs No One Will Hear» es otra historia de ciencia ficción, una en la que se narran los últimos días de la humanidad antes de que un gigantesco meteorito choque con la tierra. En este marco aprovecha para mostrarnos con humor varios elementos de crítica social, así como la cruda realidad de que nosotros podemos tener unos planes que nada le importan al universo. Al final, lo que importa es el viaje, como nos recuerda en uno de los cortes. El título, las canciones que nadie escuchará, precisamente hace referencia a esa consciencia de que todo lo que suena no será escuchado porque el meteorito arrasará con todo.

 

Este disco tiene dos versiones, una con narrador entre canciones y otra sin él. El narrador es nada menos que otro genio loco de la música, el polifacético cantante australiano Micheal Mills de Toehider, que además de tener una de las voces más espectaculares que he escuchado en el heavy metal también es pura imaginación y fantasía, y un colaborador habitual en Ayreon. También nos encontramos con voces tan familiares en el mundo del músico holandés como las hermanas Irene Jansen y Marcela Bovio a los coros, colaboraciones estelares como la de Floor Jansen, Robert Soeterboek o Peter Daltreyo músicos como el productor, teclista y colaborador habitual Joost van den Broek, el batería Koen Herfst,  el violín de Ben Mathot, Jeroen Goossens a la flauta o Jurriaan Westerveld al cello.

 

El álbum comienza con «End Of The World Show», una simpática introducción narrada en la que Mills encarna a un presentador de noticias anunciando el fin del mundo por un meteorito, un buen toque de humor para introducirte en la historia. «The Clock Ticks Down» es la pista con que arranca oficialmente el disco, un tema que en el que Lucassen es acompañado por la maravillosa voz de Floor Jansen. Comienza lento, a modo de balada, pero a mitad de la canción hay una transición con la que cambiamos a un tema más rápido y potente, con unos riff muy pesados y un sintetizador muy presente, puro Ayreon.

 

Le llega el turno a «Goddam Conspiracy», que con cinismo y humor habla de esas personas que creen que todo es una conspiración, y que toda la realidad que no se alinea con sus pensamientos son noticias falsas. El tema es muy directo y rockero, un himno de hard rock progresivo con elementos inusuales como son riffs con flauta que le dan un poco de sabor a Jethro Tull en algunos momentos. Es un medio tiempo rápido y decidido, muy sencillo, con potencia y desenfado, y donde la voz de Irene Jansen acompaña a Arjen. Le sigue «The Universe Has Other Plans», con mucha más instrumentalización y un ambiente más ayreonesco, que bien podría formar parte del «The Theory of Everything» de 2013. Aquí, nos encontramos con un tema épico y emocional, con momentos lentos y melancólicos, y otros que se vienen arriba con pasión.

 

«Shaggaton»marca el punto intermedio, y esto ya nos recuerda un poco más al anterior trabajo en solitario del holandés, con un ritmo beatleriano festivo en algunas partes, y otro que se acerca más a Queen en otros momentos. Es un tema festivo y con un acertado tono de humor que contrasta con el corte anterior, y que le da mucha variedad al disco. Al final del tema, el narrador dice que se está yendo la electricidad y que el final se acerca todavía más, lo que nos lleva directamente a «We’ll Never Know», la parte más emotiva de la obra en la que Arjen Lucassen y Floor Jansen cantan acordándose de los tiempos que quedan atrás, y del futuro que nunca vendrá. Es una balada triste que cuando pasa su ecuador va subiendo de intensidad, y en la que el músico holandés nos recuerda que nadie ha sabido exprimir mejor el potencial de la voz de Floor como él.

 

Con los pelos todavía de punta llegamos a «Dr. Slumber’s Blue Bus», que de nuevo es un corte bastante más juguetón, y con un sabor noventero. En la letra, se nos anima de una manera muy desenfadada a que tomemos asiento para el fin del mundo, reflejando un tono desenfadado con el que enfrentarse a una conclusión dramática. «Just Not Today» baja el ritmo a una balada más lenta y tranquila, marcando un cambio de tono crucial para llevarnos a un remanso de calma antes de que llegue el final. Guitarra acústica y la voz de Lucassen, aliñadas con un poco de ambientación de sintetizadores. No se necesita más para conmovernos recordándonos que es mejor disfrutar el presente en vez de entrar en pánico por lo que nos rodea.

 

Y tras la calma, llega la canción final. Se trata de «Our Final Song», toda una suite de quince minutos que sirve como una épica conclusión que encapsula todos los sonidos y sentimientos que se han ido explorando a lo largo del álbum. Mezcla una amplia variedad de estilos musicales, desde momentos más lentos e introspectivos hasta otros más potentes y épicos. En la canción nos vamos a encontrar con la colaboración de voces como las de Robert Soeterboek, Marcela Bovio o Peter Daltrey. Al final, todo termina de forma inevitable, con el final del mundo.

 

En definitiva, de este disco podemos sacar varias conclusiones. Personalmente me parece el mejor de los cuatro en solitario que ha lanzado Lucassen hasta la fecha, un ejercicio magistral en el que no tiene complejos a la hora de abrazar los sonidos que recuerdan a Ayreon. Además, con la temática elegida es toda una lección que nos recuerda que lo importante no es el implacable final que vamos a tener, sino disfrutar del viaje hasta que llegue ese final. Y este viaje musical ha sido una maravillosa delicia.


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