Käbrones
5 de septiembre de 2025 – Sala Razzmatazz 2 (Barcelona)
Z! Live On Tour
Fotos: Marc Tomàs
Crónica: Ruth Gómez
Viernes por la tarde. Accedemos a la sala Razzmatazz a las 20:40h, aunque las puertas ya estaban abiertas desde las 20h. El concierto empieza a las 21h y, a esa hora, la sala ya está llena hasta la bandera. Se nota que había muchas ganas de ver a Käbrones, la formación casi original de lo que fue de verdad Mägo de Oz. Y es que se han hecho de rogar desde que se juntaron hasta que finalmente se han dejado caer por las salas de España, y en este caso, por Barcelona.
Con la sala cada vez más apretada, pero aún con algo de espacio entre la gente, el público empieza a impacientarse: aplauden y silban a cada técnico que sale al escenario a hacer las últimas comprobaciones o a colocar los setlists en el suelo.
Pasan apenas cinco minutos de las nueve cuando suena una intro pregrabada, fácilmente reconocible como una de las que usaban en las giras con José. Las tengo todas en la memoria, aunque a los nombres ya no llego. La primera sé que la usaron en varias giras, pero no recuerdo cómo se llama. La siguiente me suena a «MDXX», «Prólogo de La Leyenda de la Mancha», «Génesis del Jesús»… En definitiva, una mezcla de intros que han ido marcando sus discos a lo largo de la historia.
Los primeros clásicos
Escuchadas estas, el banderazo de salida lo da «Maritormes», que pone a todo el público en pie cantando a voz en grito. Le sigue «La Santa Compaña», una de mis favoritas, y que pocas veces pude disfrutar en su época. Luego llega «El Ángel Caído», tema que a las generaciones más jóvenes probablemente ni les suene, salvo que se hayan convertido en auténticos fans y se hayan empapado una y otra vez de todos los discos anteriores. La canción pertenece al Jesús de Chamberí y no sé si alguna vez llegó al escenario; al menos no desde 2001 en adelante, cuando estaban cerrando la gira de La Leyenda de la Mancha.
«El que quiera entender, que entienda», con el mismo canto a la libertad que no se ha perdido con el tiempo. Al terminar, entre los pequeños silencios de las canciones no presentadas por José, un grupo empieza a gritar «¡Txus pesetero!» y, de golpe, toda la sala se une al coro. Aprovecho el momento para girar la vista y dar un repaso con la mirada al público: la media de edad ronda los cuarenta años, y los más jóvenes son claramente hijos o herencia de los que estamos allí. Me emociona especialmente ver la sala así, completamente llena, con fans de entonces que han esperado más de diez años para vivir lo que estamos presenciando esta noche.
«El Cantar de la Luna Oscura» precede a este inciso, con el que José se echa unas risas antes de seguir con lo suyo.
Virtuosismo instrumental
Después, José desaparece del escenario y comienza un mix instrumental con fragmentos de varios discos: «Gerdundula» (del disco al que llamamos La Bruja), «Czardas» del Jesús de Chamberí y la parte más ágil de «Sueños Diabólicos». Es una demostración no solo de que son grandes músicos todos y cada uno de ellos, sino también de la compenetración, la química y la energía que transmiten sobre el escenario. Aunque haya pequeños problemas de sonido, no se nota: lo que llega es pura alegría, buenas vibraciones y fiesta. (Especialmente si te fijas en el teclista, que no para de contorsionarse sobre su teclado inclinado hacia el público y montado sobre un soporte extraño que aprovecha para subir la pierna de vez en cuando; cuando no, lo vemos moviendo sus piernas como un péndulo o correteando de un lado a otro).
En este punto, José aprovecha para presentar a cada músico que hace de Käbrones una pedazo de banda: Joaquín a la batería, Salva al bajo, Víctor, que sustituye a Frank mientras se recupera y que demuestra estar más que a la altura de nuestro querido guitarra, y Carlitos, al que no le hace falta presentación y al que se le ve bastante recuperado de sus problemas de cadera de estos últimos meses.
También presenta a Santi Vokram al violín (que algunos ya conocíamos de Runa Llena) y a Ismael a los teclados, del que destaca “las sonrisas y la elasticidad”. Es precisamente él quien se encarga del preludio de la siguiente canción, dedicada a la memoria de Fer y Kiskilla: «Es hora de marchar». En la pantalla se proyectan imágenes de ambos mientras toda la sala aplaude emocionada. Es imposible no soltar una lágrima con la voz de José y esta maravilla de canción que tantos años llevábamos sin escuchar.
Pasado, presente y resistencia
Del disco La Leyenda de la Mancha, presentan «Dime con quién andas», una canción que apenas tocaron en su día y que parecía maldita. (Quizá por la dificultad de su tempo, pienso yo). Aunque llegué a escucharla en directo en su momento, fueron muy pocas veces, pese a que siempre la pedíamos a gritos.
Los años pasan y cada uno recuerda cuánto hacía que no tocaban en esta sala… pero, por muchos años que pasen, ellos seguirán tocando «hasta que el cuerpo aguante». Y nosotros, también.
Siguen «El Santo Grial» y «La Leyenda de la Mancha», con ovaciones ensordecedoras y un público cantando a pleno pulmón.
Entre canción y canción siempre hay momentos para bromas, discursos e interacción con el público. En una de ellas, José busca entre la gente a alguien que sepa cantar y subirse a un escenario. Finalmente, eligen a dos chicas (una por José y otra por Carlitos) para hacer la voz femenina de «Astaroth». Afinadas o no, lo cierto es que la canción se convierte en un auténtico pelotazo con su colaboración.
El clímax final
Con «El fin del camino» y todos los pelos de punta, llega el momento de la retirada para el bis final. Apenas nos hacen esperar unos minutos: Joaquín sale solo al escenario, se sienta a la batería y divide a la sala en dos para competir en gritos, mientras el resto de la banda va entrando en sus posiciones. Arranca entonces el primero de los bises: «Fiesta Pagana».
Después llega «Molinos de Viento», con la sorpresa de la presentación de Adrià Mondaray, quien interpreta a José en la película sobre los primeros tiempos de Mägo de Oz. Y no es porque Adrià sea amigo mío, de mi pueblo, y juegue con ventaja… pero es un gran cantante además de un gran actor.
El tercer y último tema del bis es «Satania», que nos deja a todos afónicos y eufóricos a partes iguales.
Conclusión: una noche mágica
Hacía años que no disfrutaba tantísimo de un concierto. No solo me han transportado 25 años atrás, sino que el ambiente, la energía y todo lo que envuelve a la banda han hecho de esta noche algo especial, mágico y muy esperado.
Espero que esta solo sea la primera de muchas veces que podamos verles en directo, y que este nuevo proyecto les lleve muchos años más sobre los escenarios.

Nanotecnóloga y química de formación y amante de la música como pasión. Me gusta la música en todas sus vertientes. Empecé tocando el violín y de la música clásica pasé al rock y al metal (mis primeras bandas fueron AC/DC y Mägo de Oz, por supuesto). No tengo muchas bandas predilectas, aunque Rulo siempre encabeza el podio. Helloween, Volbeat o Greta Van Fleet le siguen de cerca. Mis gustos han cambiado a lo largo de los años pero siempre abierta de mente, así que le doy al hard rock, al power, al death metal (melódico) y a todo lo que me haga descubrir cosas nuevas o me sepa impresionar.
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