Seguimos con la conversación con Arjen Lucassen, uno de esos músicos que todo lo iluminan, que están en mil proyectos y que se han ganado su apelativo de leyenda del prog metal con todo merecimiento. Tocamos ahora el tema de las colaboraciones y los directos, algo que el neerlandés aborrece, pero que sucede cada x tiempo en su tierra. Más de 100 personas son necesarias para llevar las óperas rock al directo.
¿Nunca has recibido ofertas de grandes festivales como Wacken Open Air o Hellfest para tocar tu música en directo?
Sí, hemos recibido muchas. De hecho, llegamos a tocar en un festival, el Graspop en Bélgica. Fue junto a Iron Maiden y bandas así. Encabezamos la carpa en el Graspop, así que ya lo hicimos una vez. Pero es complicado, porque todo el montaje de Ayreon implica a unas 100 personas. Solo los músicos ya son entre 25 y 30, más todo el equipo técnico.
Es muy complejo y caro de organizar. También recibimos la oferta de otro festival; incluso llegamos a preparar el espectáculo, pero entonces llegó la pandemia. Así que quién sabe qué ocurrirá en el futuro.
Hemos entrevistado a varios artistas de ópera rock en España y siempre contestan lo mismo: es realmente difícil producir en directo este tipo de discos.
Cierto.
Es un poco triste, ¿no? Porque solo recibimos la mitad de la experiencia con el álbum, y estamos acostumbrados a ir a conciertos. ¿Cuál es tu opinión? ¿No es económicamente viable o simplemente este género de las óperas rock no funciona en directo?
Lo que pasa es que, si eres una banda, sales de gira, ensayas bien, sois cuatro o cinco músicos con un equipo detrás. Pero en este caso hablamos de un montaje de 100 personas. Y otro gran problema es que trabajamos con al menos diez cantantes en cada show; en algunos incluso llegamos a veinte. Y todos ellos tienen sus propias bandas aparte y están siempre muy ocupados. Reunir a todos estos cantantes en un mismo lugar es realmente complicado. Para organizar los conciertos de Ayreon tenemos que empezar a planearlo con dos años de antelación, así de complejo es.
Tengo dos preguntas de un músico llamado Joaquín Padilla, fan de Arjen Lucassen, que también hace óperas rock como tú. La primera: ¿habrá una segunda parte de Supersonic Revolution?
Es difícil decirlo porque ahora tengo muchísimos proyectos paralelos: Guild Machine, Gentle Storm, Stream of Passion, Ambeon, Supersonic Revolution, Plan 9, Simone Simons… Creo que la gente empieza a cansarse un poco de mis proyectos alternativos. Cada vez que arranco uno nuevo me dicen: “Queremos un nuevo trabajo de Ayreon, ¿qué estás haciendo? ¡Es hora de un nuevo Ayreon!”. Así que creo que lo próximo será un nuevo Ayreon. Dicho esto, hacer Supersonic Revolution fue muy divertido porque lo grabé con amigos cercanos y fue muy fácil de producir, así que me encantaría hacer otro, pero no hay planes.
La segunda pregunta es técnica: ¿cuál es el modelo exacto de la guitarra Ibanez RG de siete cuerdas que usas para las rítmicas en tus discos?
¿Quieres decir si tiene un nombre? Pues es de la serie RG, pero no tengo ni idea del modelo exacto, soy muy malo para esas cosas. Solo sé que es una Ibanez RG de siete cuerdas, nada más. Déjame verla… (trae la guitarra). Aquí está.
¿Qué pone?
Nada, solo un agradecimiento por comprar en la American Guitar Store. Bueno, aquí dice RG, serie RG. Eso es todo lo que sé. Sí, pero es mi guitarra favorita. Toco todo con ella. Suena mejor que ninguna, tanto con distorsión como en limpio. Así que pruébala.
La pregunta es si estás en contacto con otros artistas que hagan este tipo de proyectos, ya sea en Europa o en América, o si ellos intentan contactarte, porque creo que en este género eres una referencia.
La verdad es que no tengo ni idea. Soy muy malo para los nombres. Pero siempre contesto cada correo que recibo.
Bueno, pero ¿qué piensas de lo que digo? Para mí eres una referencia en el campo de la ópera rock. ¿Tú lo sientes así?
Es un gran cumplido. Cuando empecé con Ayreon la gente pensaba que estaba loco, porque eran los 90, los tiempos de Nirvana y el grunge, y no se hacían óperas rock progresivas. Todos pensaban que estaba totalmente loco al empezar con ello, y creían que no habría público para algo así. Y yo también lo pensaba. Solo quería hacer una ópera rock y la hice sin saber qué pasaría. Pero resultó que había una audiencia invisible, que nadie conocía, que compró el disco. Fue una gran sorpresa y, por supuesto, un gran honor poder inspirar a otros músicos.
¿Y crees que Into the Electric Castle cambió el mundo?
Para mí sí. Porque el primer álbum, The Final Experiment, fue un éxito moderado. El segundo, Actual Fantasy, no fue un éxito en absoluto. Así que Into the Electric Castle tenía que ser el grande. Tenía que ser exagerado al máximo, quería que la gente lo amara o lo odiara. Y cuando salió, por suerte, a la gente le encantó. Ese fue el álbum que cambió mi vida, sin duda.
Quiero decirte que el proyecto Ambeon fue un disco absolutamente increíble. Y además fue algo muy especial para la cantante.
Sí, tenía… creo que 14 años.
14 años. Guau…
Quería hacer un disco instrumental solo con sintetizadores. Entonces alguien me envió una grabación de ella y pensé: “No voy a escuchar eso, no tengo tiempo… es solo una chica holandesa de 14 años, ¿qué demonios?”. Pero en algún momento lo escuché y no podía creer lo que oía. Es increíblemente talentosa. Vino a mi estudio por primera vez, y lo hizo perfecto. Escribió su propia melodía, sus propias letras, realmente era un talento enorme.
La siguiente pregunta es un poco extraña, pero la leí en algún sitio, no sé si en Wikipedia algo curioso. Dicen que no compones escribiendo partituras o leyendo notas, y para mí eso es maravilloso, porque significa que eres muy bueno componiendo. ¿Cómo lo haces?
No tengo ni idea de todo eso. Como dije, lo grabo en mi teléfono, luego lo paso al ordenador y trabajo sobre ello. Uso mucho MIDI, no sé si lo conoces, pero me permite no tener que tocar teclados; puedo programarlo en el ordenador, igual que la batería. Programo todo y después se lo mando a los músicos reales. No les envío partituras ni tablaturas, solo una grabación con lo que quiero. Hoy en día esto es posible gracias a los ordenadores, pero en los 90 no era así. Sí, había ordenadores, pero era mucho más complicado. Tenía que mandar casetes o cintas DAT por correo, todo era distinto.
Tienes invitados muy especiales en tus discos, pero quiero preguntarte por dos personalidades muy especiales. Steve Vai estuvo en tu último disco; supongo que fue un sueño cumplido. Y también Rutger Hauer, el actor holandés. ¿Qué tan importantes fueron esas colaboraciones?
Fueron un sueño hecho realidad porque, de niño, Steve Vai era mi guitarrista favorito, junto con Ritchie Blackmore y Eddie Van Halen. El hecho de que él toque un solo, y además un solo tan largo, en mi disco, es algo increíble. Creo que duraba dos o tres minutos y realmente se esforzó por mí, siendo yo, un don nadie. Con Rutger Hauer fue igual. Crecí viendo sus películas en Holanda y también sus primeras series de televisión, en las que hacía de caballero medieval, eran muy divertidas. Así que poder hablar con tu actor favorito, como estamos hablando ahora nosotros, fue algo muy extraño.
¿Tienes algún músico o actor soñado como invitado para un futuro álbum?
Sí, claro, la lista es interminable. Crecí en los 60 y escuchaba a Pink Floyd, The Beatles, Led Zeppelin, Black Sabbath… si pudiera trabajar con ellos sería un sueño. Pero ellos no saben quién soy, así que aún no… quizá algún día suceda. Aunque claro, ahora tienen 80 años, así que me parece que es ahora o nunca. ¡Tengo que darme prisa!
¿Has recibido negativas de alguien para participar en tus proyectos?
Sí, claro, mucha gente me ha dicho que no, especialmente al principio, cuando nadie sabía quién era yo. Y debo decir que todos los que no son prog o metal siempre me dicen que no. Me encantaría trabajar con artistas de otros estilos, pero es imposible: en cuanto digo que hago música prog o metal, responden “no, no vamos a hacer eso”. Supongo que por eso se llama progresivo, porque tienes la mente abierta. Si un artista pop me pidiera colaborar, yo diría que sí, sería un reto, pero ellos no opinan lo mismo.
Somos los inadaptados.
Sí, totalmente.
Hablemos de tu salud. La última vez que hablé contigo me comentaste que sufrías de tinnitus. ¿Está todo mejor ahora?
No, no, nunca va a mejorar, solo empeora. Siempre uso in-ears o auriculares a un volumen muy alto, y cuando hago ejercicio, como cuando remo, escucho música a todo volumen. Así que solo todo va a peor y no hay nada que hacer.
¿Usas tapones cuando vas a conciertos?
Ya no voy a conciertos, pero si voy, me pongo tapones. Pero, ya sabes, yo mismo toqué en directo en los 70, 80 y 90, y entonces no pensabas en eso; solo querías que fuera lo más alto posible, y tenía la batería, justo al lado de mis orejas. Seguro que gran parte del daño viene de esos años.
Pero tocaste en un festival en Bélgica. ¿No tuviste oportunidad de ver a otras bandas?
No, no, estaba demasiado nervioso. Solo estaba entre bastidores pensando: “¿Cuándo me toca salir?”. Además, nosotros éramos los cabezas de cartel, así que llegamos lo más tarde posible. Yo llegué lo más tarde que pude, así que no vi nada más.
¿Recuerdas la última vez que lloraste en un concierto? No vas a muchos, pero ¿en cuál banda, y con qué canción sucedió?
Definitivamente fue en los últimos conciertos de Ayreon. Cada vez que los cantantes suben al escenario, interpretan mis canciones y lo hacen realmente bien, se me caen las lágrimas. Recuerdo especialmente cuando tocamos “Radar love”. Estuvo mi cantante favorito, con el que crecí: el vocalista de Golden Earring, Barry Hay. Seguro lo conoces por “Radar Love”, que fue un gran éxito. Es uno de mis héroes, y subió al escenario; tocamos un fragmento del “Radar Love” y el público no se lo esperaba. En ese momento lloré como un loco. Fue hermoso.
En nuestro equipo de Stairway toRock hay muchas personas que aman tus proyectos. Tenemos un amigo que viaja cada vez que tocas en los Países Bajos.
Increíble.
Esta entrevista a Arjen Lucassen es un sueño para él, así que algunas preguntas las formuló él.
Gracias. Genial. Salúdalo de mi parte y muchas gracias. Tal vez hablemos la próxima vez con él. Adiós.

Licenciado en INEF y Humanidades, redactor en Popular 1, miembro fundador de TheMetalCircus y exredactor en webs y revistas como Metal Hammer, Batería Total, Guitarra Total y Science of Noise. Escribió el libro «Shock Rock: Sexo, violencia y teatro». Coleccionista de discos, películas y libros. Abierto de mente hacia la música y todas sus formas, pero con especial predilección por todas las ramas del rock. Disfruto también con el mero hecho de escribir.
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