Crónica Rock Imperium Día 3: Blind Guardian y The Cult lideran una jornada de contrastes

Rock Imperium

28 de junio de 2025 – Parque El Batel – Cartagena

Madness Live!

Fotos: Tigran Grigorian

Crónica: Equipo Stairway to Rock

Las fuerzas ya van medrando pero seguimos en la brecha y empezamos la jornada del tercer día del Rock Imperium con más fuerzas que nunca, bajo un sol de justicia y aprovechando la Happy Hour para ver a dos bandas, Inxight desde Málaga y Mind. No perdimos oportunidad tampoco para ir a la firma de Michael Monroe y tras una parada técnica seguir con la jornada con FM, Michael Monroe, Leprous, Blind Guardian, The Cult, Rhapsody of Fire y Manticora.

Inxight abre fuego con aires Alter Bridge

Inxight abre fuego con aires Alter Bridge. Llegamos al show de Inxight gracias a que había una firma de discos de Michael Monroe, y les pudimos disfrutar pues practican un hard rock moderno con aires a Alter Bridge. Quinteto con ideas frescas y buenas canciones, desde Málaga. “Rewind” fue uno de los momentos más destacados de su actuación.

Mind juegan en casa y suenan alternativos

Los Mind jugaban en casa, cartagineses ellos y con un nutrido y voluntarioso círculo de fans que estuvieron con ellos a muerte a pesar de la temperatura. Tintes noventeros y aires alternativos. El cuarteto sonaba especialmente cohesionado y los juegos de timbalas destacaron especialmente. Consiguieron todo un hito: ¡un mosh a las 15:30 y a 40 grados! La verdad es que la ciudad que alberga el festival tiene bandas especialmente interesantes más allá de Arde Bogotá.

Michael Monroe fue Michael Monroe en Cartagena

Pocos animales escénicos hay mejores que Michael Monroe, si es que hay alguno… El tiempo pasa, pero él sigue siendo el mismo forajido que aupó a los Hanoi Rocks en Estados Unidos recién salido de las cloacas de Helsinki. Lleva una banda espectacular con todo un Sami Yaffa en el bajo, y a pesar del calor y la hora, salió vestido de rock star tras una intro de percusión con djembés. Empezó muy fuerte con “Dead, Jail or Rock n’ Roll”, sin la habitual jam.

 

Michael ya había bajado al foso y era un quebraero de caeza para los roadies que intentaban darle cable y espacio en “I Live too Fast to Die Young” y “Last Train to Tokyo”. Yaffa estuvo de cine, pero Steve Conte a la guitarra es un seguro de vida. El primer regalo de Hanoi vino con el “Motorvatin’” en el que el divo iba con un abanico que lanzó a un público entregado. Presentó a la banda y se dedicó a meterse hielos en la entrepierna. “Man with No Eyes” y “’78” sonaron a gloria e iba intercalando voz con armónica a la vez que se iba cambiando de gafas y gorros.

 

En uno de los momentazos del festival le dio por escalar por la estructura y cantar desde una altura muy considerable. Otro día más en la oficina… Cantó una balada sentado y acompañado por la guitarra acústica y traca final con “Back to Mystery City”, la maravillosa “Hammersmith Palais” de los Demolition 23 y “Malibu Beach Nightmare” en la que sacó el saxo y tocó. Todo real, sin pregrabado alguno y con fantásticos coros por parte de la banda.

 

Se despidieron con la siempre festiva versión del “Up around the Bend” de la Creedance Clearwater Revival y soportando una temperatura infernal y con una banda absolutamente maravillosa saludando y con una versión acústica y en balada de “Hammersmith Palais” de fondo. Excepcional concierto, pero básicamente: otro día en la oficina para el señor Monroe, que sigue haciendo unos espagats de alucine.

 

Leprous (por Oriol Torras)

En la pasada edición del Rock Imperium, Einar Solberg presentó su disco en solitario en el escenario pequeño y dijo que aquel concierto era como un pequeño oasis dentro del festival. La entrada de Leprous en la tercera jornada me transmitió la misma sensación: después de horas y horas de hard rock y heavy metal, apareció la banda noruega con un tono intimista, inaugurando su actuación con las primeras melodías de «Silently Walking Alone», canción que abre su último disco, Melodies of Atonement.

 

El concierto continuó con «The Price», en el que el batería Tobias Andersen brilló con un juego de caja y platos que dejó al público boquiabierto. Siguió «Illuminate», tema del álbum Malina. Aunque Einar hizo una pequeña broma en castellano diciendo que tenía frío, hay que reconocer que Leprous comenzó el concierto algo fríos o dubitativos. Sin embargo, a medida que avanzaban los temas, la banda fue ganando confianza y recuperando su personalidad característica.

 

Einar explicó que, en general, es un hombre de poca paciencia, pero que ha aprendido que a veces es necesario relajarse y dejar que las cosas sigan su curso. Con esta reflexión presentó «Alleviate», donde hubo un momento en que pareció liberarse con un grito que llenó todo el escenario.

 

Se podría decir que «Like a Sunken Ship» cerró la primera parte del concierto con buena nota, dando paso a «Forced Entry», tema del álbum Bilateral. Fue una pieza antigua, de más de diez minutos de éxtasis sonoro, que hizo las delicias de los fans más veteranos, aunque no eran muchos.

 

Sin tiempo para digerir las melodías anteriores, la banda continuó con «Below», una de las mejores canciones de Pitfalls, muy celebrada por el público congregado. «Nighttime Disguise» y «From the Flame» mantuvieron una gran tensión, que terminó por estallar con «Slave».

 

«Atonement» fue la última canción del concierto, pero cuando parecía que todo había terminado, la banda sorprendió con un pequeño fragmento de «The Sky Is Red» a modo de despedida. Esta pieza, que suena más a apertura que a cierre, regaló al público una vez más esa “danza macabra” tan característica que siempre logra conectar con la audiencia.

 

Leprous firmó un concierto que fue de menos a más, frente a un público compuesto en su mayoría por curiosos más que por seguidores acérrimos.

Blind Guardian siguen a un altísimo nivel de directo

Llegaba el momento del cabeza de cartel del día, momento del día que contó con la mayor afluencia de público y es que aunque los años pasan, Blind Guardian sigue atrayendo al público, al nuevo y al que lleva con ellos desde el principio. Para mí gozan de un estado de salud impecable y parece que la voz de Hansi sigue intacta. Puede ser que sea una de las mejores voces a nivel internacional a día de hoy. Con respecto a sus shows anteriores (el año pasado en el Leyendas mismamente) se centraron menos en su último trabajo «The God Machine» y nos trajeron más temas recuperados de sus discos más clásicos. Realmente este último disco ha calado mucho, no hace falta más que ver la pancarta que llevan decorando, dentro de la sobriedad que ahora prodigan.

 

La poderosa «The Ninth Wave» abrió boca a medida que salía toda la banda y el público les recibía con la ovación merecida. La mezcla del setlist nos llevó por un recorrido por toda su discografía pero rescataron alguna joya como «A Past and Future Secret» menos conocida acompañada de guitarra clásica y de este último disco sonaron «Violent Shadows» y «Deliver Us From Evil».

 

Es difícil retomar el ritmo después de una canción de bardo, nuestra querida «The Bard’s Song». Y es que Hansi además, casi ni la cantó… pero es que no hace falta. Fue el momento más tierno de la noche y uno de los que queda para el recuerdo. Para acabar escogieron los tres temas que no pueden faltar, Lord of the Rings, que para mucho es la imprescindible. Pero sin duda las que no pueden faltar son «Valhalla» y la que puso el broche final, «Mirror Mirror.

 

De verdad que es un gusto volver a ver siempre a Blind Guardian y darse cuenta que para ellos no pasan los años. La voz de Hansi seguirá igual de cuidada y el nivel de sus composiciones siepre estarán un peldaño por arriba. Blind Guardian siempre en nuestro equipo.

The Cult hace su mejor show en años

La memorable sintonía de “Twin Peaks” de Angelo Badalamenti nos introdujo suavemente en lo que iba a ser uno de los conciertos del festival. Siempre es Ian Astbury quien marca los conciertos de unos The Cult tremendamente fiables en lo musical, y si llegabas a dudar de él… pues calló bocas desde el minuto cero. Entró corriendo, pandereta en mano en “In the Clouds”. Menudo sonidazo, un groove enorme y espectaculares luces lilas debajo de la batería de Joey Tempesta. Y en “Rise” los focos se volvieron amarillos para que el grupo nos brindara una de las imprescindibles de su repertorio.

 

Billy Duffy estuvo perfecto en “Wild Flower” y Astburuy lucía unos cómodos “pantalones cagados” y una cinta en la frente. Era impresionante cómo llegaba a sonar una pandereta que lanzaba y le retornaban los roadies. En “Hollow Man” tiró de maracas y el grupo lució músculo. El momento de “Edie (Ciao Baby)” fue de lo más bonito de una noche en la que todo fan del grupo quedó absolutamente impresionado y convencido. Quizá el único pero es que infrautilizaran la pantalla trasera (enorme). Sólo aparecería el logo al final.

 

Destaquemos también el “C.O.T.A.” (Communion of the Animals) y “Resurrection Joe”. Y ya en los temazos imprescindibles “Rain” (espectacular). Fue entonces cuando Astbury habló sobre España y lo que admira de ella: escritores, pensadores y la cultura en general. Bailó como no le veíamos en años en “She Sells Sanctuary” para luego morir en los bises con temas de la talla de “Fire Woman” y “Love Removal Machine”. Y es que hemos visto varias veces a The Cult, pero… nunca tan bien como en esta gira.

 

Rhapsody of Fire se sacan la espada esmeralda afilada

Rhapsody marcaron un antes y un después en la historia del power metal europeo, siendo una de las bandas pioneras fundadas en Italia. Tras su separación en 2011 por diferencias musicales, en el nombre que adoptó esta parte de la fragmentación Rhapsody of Fire, quedó Alex Staropoli (teclista) como miembro original. La formación ahora la completan Giacomo Voli a las voces, Roby de Micheli a la guitarra, Alessandro Sala al bajo y Manu Lotter a la batería.

 

Los músicos cuentan con una salud y forma envidiables y en todo momento nos hicieron disfrutar de un concierto con una energía inagotable. Eligieron bien a su cantante Giacomo Voli, pues en su papel imita a la perfección las voces operísticas propias de Rhapsody of Fire y para ello contó con efectos vocales como la reverberación que le daban un toque mucho más épico a las canciones.

 

Hicieron un repaso de algunos de sus discos más clásicos con temas como “The March of the Swordmaster” pero sin duda la apoteosis llegó con “Dawn of Victory”, que llegaba ya en el ocaso del concierto y en la que todo el público enardeció para cantar al unísono este tema tan vitoreado de los italianos.

 

Tras este cambio de tonalidad, el concierto comenzaba a encaminarse hacia su final. Para ello, regresaron los temas más enérgicos, como A New Saga Begins, la acertada Land of Immortals y, por supuesto, la más famosa de todas: Emerald Sword. Esta última fue presentada por Giacomo animando al público a formar un wall of death que, si bien no tuvo el impacto esperado, sí logró encender los ánimos y dar paso a un vibrante moshpit. Fue un cierre apoteósico para un concierto del que muchos pensábamos que tendría poca asistencia… y que, sin ser parte de los cabezas de cartel, podría acabar siendo uno de los más concurridos de esta edición.

 

Manticora

Hablar de Manticora es hablar de fusión de power metal con tintes de thrash y progresivo. Sí, a priori parece una mezcla inmiscible pero desde luego encajan a la perfección y atraparon a más de uno. Pues a última hora del sábado 28 de junio aún quedaba público en el Rock Imperium deseando verles, o quizá por la happy hour. Sea como fuere, la actuación nos sorprendió a más de uno para bien y su estilo reúne técnica, oscuridad y lírica. Es difícil no caer en el cliché de la épica siedo una banda de power metal pero los daneses lo consiguen y se permiten explorar terrenos más agresivos y pesados. «Echoes of a Silent Scream» o «Cantos» fueron buena prueba de ello.

 

 


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