Marky Ramone tributa en Salamandra un gran homenaje a Los Ramones

Marky Ramone + Wild Mama’s

3 de junio de 2025 – Sala Salamandra – L’Hospitalet de Llobregat

Rebel Sound

Fotos: Carlos Martínez

Crónica: Jordi Tàrrega

Si un Ramone viene a tu ciudad, lo mínimo que hay que hacer es irle a ver y presentar nuestros respetos ante tamaño coloso. Quedan tres vivos en todo el mundo: C.J., Richie y Marky, pero indudablemente lo de Marky es especial, pues estuvo en los momentos claves en el seno de la banda y ha vivido gran parte de su vida con Johnny, Joey y Dee Dee. Gran entrada, que parece haber consolidado la leyenda. Recuerdo en 2003 que tocó para una sala Màgic con apenas 20 personas. Está claro que esta encarnación supera aquellos Speedkings que le acompañaban.

 

 

 Wild Mama’s reparten juego con una gran propuesta

Gran papel de los catalanes Wild Mama’s, un cuarteto que demostró horas de local y una propuesta dispar en lo estilístico que gustó y fue especialmente aplaudida. Combinan castellano e inglés, pero sorprendieron con un tema en catalán al final “Noia de l’Amazones”. Se combinan las voces solistas y dejan el centro del escenario a su bajista a la vez que uno de sus guitarristas también ataca con la armónica dando mucho juego en canciones como “Somos animal”.

 

Momentos realmente punks, pero con garajeo muy bien llevado y manteniendo la intensidad en todo momento. “City’s Burning Generation” elevó la temperatura de la sala con una bailable línea de bajo. Curiosamente uno de sus mejores temas fue “Dinosaurear”, que suena muy a la movida madrlieña, pero con muchísima gracia. Y terminé el concierto con el estribillo de “Noia de l’Amazones” repitiéndose en mi mente sin parar. Y se la jugaron con una proclama a favor de Palestina, y lo digo porque no es algo que le guste especialmente a Marky

 

 

Marky Ramone’s Blitzkrieg

Se amenizó la espera con clásicos de punk rock hasta que sonó la banda sonora de la serie “Perry Manson”. Un enorme logo con letras rosas en el que rezaba Marky Ramone’s Blitzkrieg se alzaba tras la batería blanca, y el grupo asaltó el escenario en un show de la vieja escuela y en el que se trató de ser muy respetuoso con el legado de los de Queens. Show trabajado con buenos músicos y mucho sentido del directo al ritmo de “Do You Wanna Dance” y “Havana Affair”. El bajista metía coros, pero el 1,2,3,4 con el que daba inicio a muchos temas no era como el clásico de Dee Dee.

 

Tampoco la voz del cantante se parecía a la de Joey, pero… ¿y qué más da? Cuando cantas y bailas “Teenage Lobotomy” o “Commando”, uno se da cuenta en un directo como este que el legado de los Ramones es inmenso, y que sus himnos de minuto y medio son atemporales y tremendamente divertidos. Tras “Beat on the Brat” pasamos a un tramo de versiones con “Let’s Dance” y “Surfin’ Bird”. La histórica “Judy Is a Punk” y la proto-pseudo-balada “I Wanna Be Your Boyfriend” no nos puso tiernos, pero la cantamos de principio a fin. Para esto está este proyecto: para que estas canciones sean tocadas sobre las tablas.

 

 

Marky es de largo el que menos clava los tiempos, intenta hacer alguna virguería rítmica y… naufraga, y está más tosco que nunca, pero… ¡es un Ramone vivo! Y cuando alguien aprende a tocar la batería, el primer tema que uno suele tocar es uno de Ramones, normalmente el “Blitzkrieg Bop”, que fue la que cerró la velada. Pero antes caerían 34 canciones más. “Now I Wanna Sniff some Glue” representa su faceta más cafre y “We’re a Happy Family” tiene calado político en sus letras y musicalmente es de lo más rico de su discografía.

 

El guitarrista cumplió con creces, vistiendo como le parece y sin intentar vestirse con “el uniforme Ramone”: véase chupa de cuero, pelos largos y tejanos desgastados. Bailamos el “Rockaway Beach”, cantamos el “Gimme Gimme Shock Treatment” y nos emocionaron con la versión de la Creedance “Have You ever Seen the Rain”. El bajista llevaba una camiseta con la frase: “Today Your Love, Tomorrow the World”, canción que no cayó esa noche (¡!!), pero sí lo hizo “Oh Oh I Love Her so”. Y luego nos fuimos a tramo más primigenio y ramonil con (atención) “I just Want to Have something to Do”, “Pinhead” y “Cretin Hop”.

 

 

Me dolió que no apareciera en escena el cartel de “Gabba Gabba Hey” en “Pinhead”, tributando a la película “Freaks” de la que el tema toma inspiración y que simboliza lo que fueron los Ramones: unos marginados de manual. Marky sonríe, el logo de fondo va cambiando de color. Mucha actitud para luego poner algo más de clase en la versión de “Needles and Pins”, la fabulosa “Rock n’ Roll High School” y la versión de Motörhead “R.A.M.O.N.E.S.”. Menudo tributo les hizo Lemmy Kilmister a los de Queens. Parada, con bajada a bastidores y con la sala rugiendo ávida de más clásicos.

 

El bajista ya iba sin camiseta luciendo tattoos y atacaron seguidas “You’re Gonna Kill that Girl” y “Chain Saw”, dos de las fundamentales. Luego dos de “desamor” como son “Gald to See You Go” y “I Don’t Wanna Walk around with You”, para luego hacer latir el corazón de amor con “Listen to My Heart”, y una de las sorpresas de la noche: “What a Wonderful World”, versión que cantó Joey en sus últimos días y que es tan famosa como la original. El cantante estuvo especialmente bien en este tema. Y tras “Blitzkrieg Bop” dijo “eskerrik asko”, “moltes gràcies” y tocó irse a casa feliz.

 

 

Podemos gastar saliva debatiendo si lo que presenciamos es un mero tributo, pero lo que realmente es, es que las canciones de los de Queens se hicieron para ser tocadas en directo, que no hay peinados ni poses y que Marky merece tocar ese legado. Dentro de la crítica posible es que sean las canciones más obvias y los grandes éxitos, pero cuando suenan… te transformas y revives los tiempos del Loco Live, grabado en Barcelona. Me gustaría escuchar piezas más olvidadas y que arriesgaran, pero ya me va bien así. Y si nos vistan una vez al año, yo ya soy feliz.

 


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