77/100
21 de mayo de 2025
Subterfuge Records
Siempre les he tenido mucho cariño a The Killer Barbies, y cuando me enteré de que iban a sacar un disco nuevo, con libro, me volvió a recordar todas aquellas cosas por las que entraron en nuestra vida a mediados de los 90. La icónica Silvia Superstar, anuncios de la tele, singles tremendos y pelis de Jess Franco… Los de Vigo llevaban muchos años sin darnos noticias, y de verdad que ha valido la pena esperar puesto que El Pop se autodestruirá en 4, 3, 2, 1 es pura diversión y nos recuerda especialmente a los tiempos en los que dieron el campanazo.
“Yo no tengo corazón, porque lo vendí en Hong Kong, me pagaron un millón y mi vida ahora es mejor” es la frase con la que se inicia este gran tema que supera de mucho a la mayoría de los que hay en este trabajo. A ritmo ramoniano y con producción rica en detalles, más cercana al End of the Century que al Rocket to Russia y que le da al grupo otra bala decisiva que les confirma que en pleno 2025 siguen siendo capaces de hacer grandes cosas. Las versiones no se hacen esperar y el “Sholuld I Stay or Should I Go” de los Clash se convierte en “Si me quieres o si no”. Gran versión adaptada en la lengua de Cervantes y que con la voz de niña traviesa de Silvia funciona de maravilla.
Otra gran versión de Green Day “American Idiot” se rebautiza como “Voy a provocar un incendio”, melódica y fiel a la original. Grande Billy King a la batería además de una gran adaptación de la letra para disfrute de sus muchos fans. Esperamos cosas así de estos gallegos que lo rompieron en los 90 en España y Alemania. En “Vértigo interior” se juega al medio tiempo con una batería sobreproducida siendo otra gran versión y con el teclado de David Rial. Definitivamente la presencia de las teclas es el gran plus del disco. Grandes guitarras y una adaptación de una canción antigua de Silvia que aquí toma por título “Voy a ser millonaria”. Directa, divertida y con arreglos simples que funcionan perfectamente.
“Vivir sin ti” es otra canción puramente The Killer Barbies, con la voz de niña traviesa de Silvia y el pulso llevado a la batería por Billy (que se hace cargo de todas las letras). Versos desnudos y erotismo en lo escrito. El bajo abre “No voy a ir al cielo”, corte más oscuro y con efectos que recuerdan a algo más marciano, además de otro buen estribillo que ahonda en la tradición e imaginería de los viguetenses. Esos efectos de teclado a lo “Mars Attack” redondean otra buena canción. “Quero tu corazón y nada más” tiñe la cosa de melancolía y bonitas palabras en otra versión adaptada.
La joya del disco es precisamente la única “balada” como tal: “La lluvia en Madrid”. Tema muy sentido y profundo en el que la batería la sitúa luego en un medio tiempo animoso, pero letra y voz es evocación y dulzura. Una entrañable motosierra punk en forma de cación que esperemos poder vivir en sus próximos directos. Terminan con la cover de “Cherry Bomb”, realmente lograda y que encaja perfectamente con los postulados de punk pop que siempre ha hecho gala el grupo. La verdad es que todas las versiones han estado muy bien escogidas, y las adaptaciones en las letras quedan métricamente perfectas.
Puede que el hecho de que se decidieran a cantar en castellano les supusiera un cambio difícil en su día, y rompió bastantes cosas. Silvia no estaba muy convencida y su discográfica alemana Drakkar les dijo que no les aceptaba un disco sin ser en inglés. Pero hemos seguido disfrutando ampliamente de su material nuevo a pesar de que queden lejos los tiempos primerizos. Este disco es puro punk de los 70 mezclado con pop de los 60 y muchas dosis de diversión, pero también de compromiso. Billy King y Silvia Superstar siempre nos alegran un poco más nuestras vidas cada vez que nos regalan un disco.

Licenciado en INEF y Humanidades, redactor en Popular 1, miembro fundador de TheMetalCircus y exredactor en webs y revistas como Metal Hammer, Batería Total, Guitarra Total y Science of Noise. Escribió el libro «Shock Rock: Sexo, violencia y teatro». Coleccionista de discos, películas y libros. Abierto de mente hacia la música y todas sus formas, pero con especial predilección por todas las ramas del rock. Disfruto también con el mero hecho de escribir.
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