75/100
11 de abril de 2025
Nuclear Blast
De las entregas publicadas a lo largo de esta primavera, una que esperaban los amantes del metal sinfónico era, sin duda, el noveno álbum de Epica llamado Aspiral. La banda neerlandesa publica el disco tras 4 años de espera, distribuido en 11 canciones que abarcan algo más de una hora de duración, llegando a superar los 7 minutos algunas de sus piezas. Como sorpresa adicional, la agrupación se animó a continuar la saga “A New Age Dawns” con 3 nuevas partes, que constituyen algunas de las mejores sorpresas de esta nueva entrega discográfica.
Unos años después de haber superado dos décadas de trayectoria, Epica parece tener bien claro su camino. Apiral no abarca grandes sorpresas, no es especialmente innovador u original dentro del género, pero muestra a unos Epica que tienen claro su sello de identidad, e incluso abren la puerta a ciertas innovaciones sutiles que suman a su sonido. La siempre fantástica voz de Simone Simons no decepciona, y se convierte en una de las partes más valiosas de este engranaje que supone Epica.
Los guturales de su compañero Mark Jansen aportan versatilidad y agresividad, así como unas guitarras más presentes que contrarrestan el estilo melódico de su metal sinfónico. Los elementos orquestales incluidos adicionalmente al álbum, tanto corales como instrumentales, también suman, y aportan una belleza sonora que realmente destaca en algunas de las canciones del nuevo álbum de Epica, Apiral. Los toques más experimentales en algunas de las canciones también aportan versatilidad, muy agradecida en un género que a veces puede verse limitado respecto a sus fronteras sonoras.
Pese a todo lo mencionado, en ocasiones no dejan de pecar de falta de originalidad o versatilidad, con grandes diferencias entre las más elaboradas y las más simples. La esencia no se pierde en ningún momento, pero brilla con más intensidad en determinados momentos, mientras que en otros no se escucha algo realmente destacable o sorprendente. Lo que está claro es que la identidad de Epica es palpable, desde “Cross The Divide” hasta el final con la homónima “Aspiral”.
En este caso, una mayor presencia de las guitarras, con algunos solos fantásticos incluidos, aportan esa brutalidad que puede echarse en falta tras demasiados elementos melódicos. Generalmente, todos los integrantes de la banda tienen su momento para destacar, todos aportan su grano de arena a este conjunto que recuerda a sus orígenes, con un toque renovado. Algunas partes pecan de excesiva sencillez, en otras tal vez de todo lo contrario.
El álbum ofrece momentos más sinfónicos y atmosféricos, otros más teatrales y emocionantes, otros más agresivos y directos. El conjunto muestra un porcentaje considerable de partes instrumentales que aportan cierta riqueza, con un gran trabajo vocal por parte de la dupla Simons-Jansen y los elementos corales en algunas de las canciones. Respecto al propio contenido artístico del álbum, la inspiración del título de este trabajo proviene de una escultura del artista polaco Stanislaw Szukalski.
Entrando en materia, “Cross The Divide” da el pistoletazo de salida a esta aventura sinfónica con fuerza y firmeza. La energía de su estribillo, una potente percusión y la poderosa voz de Simons son el punto fuerte de este inicio que ya anticipa las intenciones del álbum. Carne de cañón para los directos. La segunda canción, “Arcana”, es más melódica y coral, con menor presencia de las guitarras y una línea vocal desgarradora y emocionante. Una canción para dejarse llevar por la letra y dejar a un lado la base instrumental, que es más sencilla y queda en un segundo plano. Asoman la cabeza por primera vez las voces guturales, como sorpresa final.
“Darkness Dies In Light – A New Age Dawns Part VII”, continuación de la saga “A New Age Dawns”, recupera el protagonismo instrumental con elementos orquestales cargados de intensidad realmente emocionantes. La línea vocal ya combina de forma más equilibrada la voz lírica de Simone Simons y los guturales de Mark Jansen, con un resultado que aporta versatilidad a la tercera pieza del disco. Las guitarras recuperan también su lugar para dar el toque de distorsión y compensar los efectos orquestales. El resultado tiene aires de banda sonora épica en un viaje de casi 8 minutos.
“Obsidian Heart” relaja la intensidad y aporta una versión diferente de la banda neerlandesa con un estilo más oscuro y pesado. No es una pieza especialmente destacable en originalidad. Todo ello ni por su estilo compositivo ni por su nivel técnico (a excepción de la siempre destacable Simons). “Fight To Survive – The Overview Effect” es más enérgica que la anterior, más guitarrera que sinfónica en esta ocasión. Los intervalos más melódicos se combinan con sutiles cambios de intensidad más poderosos. A nivel compositivo también peca de conservadora y poco atrevida a pesar de su esfuerzo en parecer dinámica. Un punto a favor es que se puede escuchar finalmente un solo de guitarra, breve y sencillo, pero una sorpresa al fin y al cabo.
“Metanoia – A New Age Dawns Part VIII” supone la vuelta de la emoción. Con una base instrumental arrolladora y unos regalos corales que son el complemento melódico perfecto. El estilo sinfónico se alimenta de la distorsión de las guitarras y viceversa. Se unen en un todo que termina de romper con la vuelta del dúo de voces lírica y gutural. No alcanzan, sin embargo, el nivel de emoción de “Darkness Dies In Light – A New Age Dawns Part VII”. Sí la supera en agresividad y se postula como una de las más destacables del álbum.
“T.I.M.E.” es más breve y directa. Se trata de una declaración de intenciones de lo que pueden conseguir cuando busca concatenar todos los elementos que la caracteriza de forma más reducida. Elementos corales, guturales, guitarras desbocadas y detalles sinfónicos todo comprimido en 4 minutos. No es una pieza especialmente original, pero sí lleva el sello de la banda y de su sonido.
“Apparition” muestra una faceta más industrial y menos sinfónica, con una línea vocal fantástica como es habitual. Instrumentalmente es menos destacable y vuelven a pecar de sencillez como sucedió en canciones anteriores. Lo mejor en esta ocasión: el solo de y la voz, una vez más. “Eye Of The Storm” retoma la épica y el sello sinfónico, sin abandonar la presencia de las guitarras. El protagonismo de los guturales es todo un acierto debido al potente sonido de la pieza. La batuta la recupera Simons para los melódicos estribillos.
“The Grand Saga Of Existence – A New Age Dawns Part IX” abandona la agresividad para adentrarse en la sinfonía. Momentos más melódicos protagonizados por Simons y otros más teatrales. También Jansen tiene su hueco para aportar el toque de brutalidad, al igual que una percusión incombustible. Instrumentalmente no tiene un comienzo espectacular, pero es un viaje sinfónico de lo más agradable que mejora por momentos.
“Aspiral” pone el broche de oro al álbum. La belleza de esta balada está protagonizada por la magistral línea vocal y una sutil melodía de piano (finalmente acompañado por otros elementos igualmente sutiles y discurso motivador incluido). Ponen así el punto y final dejando un buen sabor de boca. Cuando finalmente el resto de compañeros aportan su toque instrumental para dar el toque final, la intensidad de la canción se vuelve realmente emocionante. Una muestra de la versatilidad de la banda que no se aprecia en otras canciones más predecibles. Pero es evidente que está ahí cuando quieren hacer muestra de ella y salirse de su zona de confort.
En definitiva, una nueva entrega de Epica que pretende aportar ciertos elementos innovadores, especialmente instrumentales. Pero, a pesar de ello, todavía es la banda que enamoró a los aficionados al metal sinfónico. No siempre logran ser rompedores. Por momentos pecan de excesiva sencillez o falta de originalidad. Sin embargo, su esencia se mantiene intacta, y con algunas de las canciones todavía logran sorprender gratamente al oyente. Un buen álbum dentro de su género -y fuera-.

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